El mal humor es natural en las personas temperamentales. Todos tenemos momentos malos ya veces es muy difícil controlar a nosotros mismos en presencia de los demás, pero hay personas que parecen encadenar un "chilique" después del otro. Cuando el mal humor es ocasional, podemos tolerarlo y ser empáticos, pero cuando se vuelve una constante y no nos alejamos de la persona, podemos contaminarnos.
Pero, qué hacer cuando una persona está constantemente irritada o cuando el mal humor parece ser su principal rasgo de personalidad? ¿Debemos tolerar este comportamiento tóxico? La mayoría de la gente dirá que usted no necesita cargar el mal humor de los demás. Si usted no juega basura en la puerta del otro, él no debe separar la suciedad dentro de su casa.
Sin embargo, no siempre podemos evitar a esas personas malhumoradas y temperamentales. Podemos incluso aguantar, pero nunca dejarnos contagiar por el mal humor del otro. Damos aquí algunas sugerencias para lidiar con esas personas, porque muchas veces no tenemos otra alternativa y queremos evitar situaciones desagradables.
Cómo lidiar con personas temperamentales
Su humor no debe ser determinado por los demás, usted necesita aprender a manejar sus emociones. Sin embargo, algunas personas son más susceptibles que las otras y no pueden actuar de forma eficaz. Estas personas se interesarán por nuestros consejos, porque les ayudarán a mejorar la gestión de sus propias emociones.
Considere sus opciones
Puede haber en su ambiente personas muy mal humoradas y controladoras, que necesitan que todo el mundo esté tan malhumorado y molesto como ellas, porque se sienten mejor cuando perciben que pueden dominar el humor del otro.
No es fácil escapar de estas personas, ellas están ahí. Fugir no siempre es una buena opción. ¿Qué hacer si su actitud afecta su humor? Para empezar, usted necesita identificar estos cambios, saber dónde y cómo afectan a usted.
Una vez identificada la influencia que ejercen sobre usted y cómo le afecta, además de hacer un esfuerzo extra para controlar sus emociones, usted puede considerar la opción de evitar esa persona o no provocarla.
No entre en su juego
Cuando usted convive con una persona muy temperamental, que se irrita fácilmente, no entre en su juego: no intente imponerse ni tener razón. En este caso, para esas personas usted sería una presa fácil; ella encontraría una forma simple de irritarlo y esparcir su veneno.
Si no puede evitar que esa persona descubra su "punto débil", no le preste atención. Sea persistente y no acepte provocaciones.
Utilice frases hechas o formas de actuar para desviar su atención o para responder sin entrar en su juego. Si para eso usted necesita parecer tonto, acomodado o morder la lengua, no tiene problema. Usted ya sabe que nunca le dará razón y siempre encontrará una forma de "estar por encima". Si no juega, nadie gana y no pierde.
No pague con la misma moneda
Cuando convivimos durante mucho tiempo con personas que se irritan con facilidad, nos sentimos tentados a pagar con la misma moneda como una forma de venganza. Pero, ¿por qué alimentar esa actitud del otro que detesta?
Pare y piense. Si usted se comporte de la misma forma, además de alimentar su mal humor, va a reforzar su comportamiento. Es decir, está validando lo que hace y dando autorización para continuar perjudicando su día a día.
Contra-ataque con simpatía y amor
La simpatía y el buen humor son como los misiles antiaéreos cuya misión es anular el ataque enemigo: su objetivo es destruir las bombas antes de que lleguen a tierra. Ser simpático y amigable puede contagiar al otro o hacer que elija otro objetivo para su mal humor.
Sea optimista y aborde el asunto desde una perspectiva simpática en lugar de "pagar en la misma moneda". Deje claro para el otro que no se va a dejar llevar y que no permitirá que descargue toda su rabia sobre usted. Si el otro necesita hablar para desahogar, que lo haga de una forma que no lastimar a nadie.