Compre experiencias, no objetos

¿Reformar la casa o hacer un viaje de los sueños alrededor del mundo? Comprar esos zapatos de marca o ir a la playa? ¿Se regalan con el último ordenador portátil o hacer una escalada en el Himalaya?

Para muchos, la decisión es obvia:enriquezca su currículum de experiencias, y no de objetos.

Si bien es verdad que el dinero no compra felicidad, puede comprar experiencias que enriquecer su vida mucho más que objetos materiales. Las modas pasan y la tecnología se reinventa cada minuto. La casa o el coche durarán más, es verdad, pero ellos le brindarán los mismos paisajes y los mismos embotellamientos todos los días.Las experiencias, por otro lado, permanecerán con usted durante el resto de su vida,ampliar su aprendizaje como ser humano y le darán mucho más satisfacción a largo plazo.

Solíamos arrepentirnos de comprar objetos

Según un estudio de la Universidad de Cornell, las personas tienden a arrepentir mucho menos de comprar experiencias (como viajes o cursos) que de comprar objetos. El 80% de los participantes en el estudio afirmó que no se había arrepentido de haber hecho un viaje, mientras que casi el mismo porcentaje se arrepintió de haber comprado un objeto.La razón es incluso un poco obvia, aunque no parezca tanto cuando estamos delante de un coche nuevo:las experiencias son únicas e insustituibles

, mientras que el objeto en sí se produce en serie y puede obtenerse en cualquier momento, de hecho, incluso con mejor calidad con el paso del tiempo.También es verdad que las experiencias nos ofrecen mayores posibilidades de conectarse con los demás. De acuerdo con una investigación de la Universidad de Colorado, un par de extraños puede disfrutar mucho más de una conversación sobre una experiencia que han tenido, que sobre un objeto que hayan comprado.

Compartir nuestras historias nos une más con otros seres humanos y nos proporciona mejores momentos que hablar de cómo es maravilloso tener una chaqueta de marca.Es en este acto, de compartir con los demás y conseguir una conexión emocional, que reside buena parte del encanto de comprar experiencias:una experiencia solitaria no hace la menor diferencia en relación a comprar un objeto

, según afirma otro estudio, esta vez realizado por el College of Business at Stony Brook de la Universidad de Nueva York. Incluso si la experiencia no es necesariamente la más placentera, contribuirá al currículo de la vida. Perder en una ciudad desconocida, enfermar de malaria, o tener que romper la cabeza con las declinaciones del alemán puede no ser la idea de diversión de casi nadie, pero haber superado la prueba refuerza nuestra autoestima y confianza en nosotros mismos. Amplía nuestra mente de manera más contundente que las imágenes que nos ofrece un televisor de plasma. El hecho de salir de la zona de confort y autocriticar hace que crezcamos como personas.Por lo tanto, la próxima vez que esté entre un objeto o una experiencia, no dude: opte por la experiencia, esa maravillosa adquisición cuyo recuerdo siempre podrá llevar consigo hasta el último día de su vida.