La reserva cognitiva protege nuestro cerebro

La reserva cognitiva es la capacidad que nuestro cerebro tiene de lidiar con los diferentes ataques que puede sufrir. Realizar actividades que ejercen nuestras capacidades cognitivas (como aquellas que involucran lectura o cálculo) de forma habitual puede protegernos del envejecimiento y de la demencia, aumentando nuestra plasticidad cerebral y estableciendo nuevas conexiones sinápticas cuando las antiguas se deterioran.

A lo largo de años de investigación se ha observado que la misma lesión cerebral no siempre tiene el mismo impacto. Por eso, preguntamos: qué factores influencian la ocurrencia de la demencia y otras enfermedades neurológicas?

Muchas terapias que se aplican en pacientes de Alzheimer se fundan en el hecho de que el cerebro es plástico y puede beneficiarse de la actividad intelectual , incluso en edades muy avanzadas o cuando el cerebro está dañado.El estudio de las monjas

Una de las referencias en la investigación de reserva cognitiva fue una famosa experiencia conducida por el neurólogo David Snowdon de la Universidad de Kentucky en 1986, que él mismo llamó "el estudio de las monjas".

La experiencia consistía en estudiar un grupo de monjas de un convento y observar la evolución de sus funciones cognitivas, como la memoria. Ellos recopilar datos sobre la evolución de estas funciones a lo largo de 17 años. Al realizar las autopsias después de que éstas fuesen, se verificó que el cerebro de una de ellas, que nunca presentó síntomas de demencia, tenía las características patológicas de un paciente de Alzheimer avanzado, pero ¿cómo era posible? A raíz de los resultados de este estudio, surgieron otras investigaciones que apoyaban la teoría de que realizar actividades intelectualmente exigentes pueden mitigar los efectos de las lesiones cerebrales provocadas por el Alzheimer y promover a su vez la plasticidad cerebral.El aprendizaje es una herramienta que puede servir para fortalecer nuestro cerebro y hacer más resistente a la demencia.

¿Qué factores influyen en la reserva cognitiva?

Existen varios factores que se han asociado con la obtención de una buena reserva cognitiva, entre los más importantes están: La educación, el interés por la cultura.

Desempeñar un trabajo que exija esfuerzo intelectual.

Contar con una

  • red amplia de relaciones sociales.
  • Ejercicio físico moderado diario.
  • Leer de forma habitual. Practicar actividades intelectuales complejas, como tocar un instrumento musical.
  • Estos son los principales factores descritos en la literatura científica, aunque otros factores también se han considerado, como la alimentación. Además,
  • aprender cosas nuevas, desarrollar nuestra creatividad, intentar realizar una misma tarea de otra manera, hacer los cálculos de cabeza
  • son tareas pueden ser realizadas en el día a día y que pueden aumentar el tamaño de nuestra reserva cognitiva.

Para el ser humano, nunca es tarde para aprender , y aunque la infancia es el momento en que nuestro cerebro es capaz de absorber la mayor cantidad de información, la verdad es que somos capaces de seguir aumentando nuestras capacidades. Piense que el volumen de nuestra reserva cognitiva no es constante, y gran parte del valor de sus dimensiones será condicionado a una edad más avanzada, para continuar moldeándola a lo largo de los años. Efecto de la reserva cognitiva

Todos estos factores podrían favorecer, de acuerdo con expertos en el tema, la eficiencia de las redes neurales y la compensación a través de redes neurales alternativas. De esta forma, nos protegemos contra las alteraciones sufridas en las funciones cerebrales que suelen ser lesionadas con más frecuencia en los accidentes.Además de protegernos de diversas enfermedades como el Alzheimer, retardando su progresión o incluso retrasando su aparición, el aprendizaje también es beneficioso para la recuperación después de un traumatismo craneoencefálico causado por un accidente.

A pesar del riesgo que existe de demencia en la vejez, la ciencia ha abierto una puerta a una posible solución preventiva, que puede volverse menos vulnerable a enfermedades que aparecen con más frecuencia a medida que envejecemos.