Peligro, barritas a la vista!

El niño dice: "¡Quiero bala!". Como padres, ustedes creen que ese no es el momento adecuado para un dulce. Pero ustedes también saben que la negación seguramente traerá una consecuencia inevitable: la birra. ¡Pero espere un poco! ¿Son realmente incontrolables? ¿Cómo acabar con las rabietas?

Usted dice que ahora no tiene bala y, entonces, ve aparecer todos los síntomas ... El niño empieza a llorar y gritar, repitiendo incansables veces que quiere una bala. Ustedes intentan conversar. Primero, con calma. Pero, a continuación, se van volviendo más y más nerviosos y acaban gritando también ... ¿Qué podemos hacer para que la situación no salga de nuestro control? Siga leyendo y descubra!

"Un comportamiento indisciplinado se parece a una nevada de invierno de corta duración."
-Epicuro de Samos-

¿Es normal que los niños hagan birra?

Cuando somos niños, no sabemos expresar adecuadamente nuestras ideas. Nadie se detuvo para enseñarnos eso o, si lo hicimos, todavía no tenemos suficiente capacidad de control para poner en práctica. Por eso, entre un año y medio y los cinco años de edad es común que las rabietas surjan como respuesta a las reglas impuestas que no están de acuerdo con nuestros deseos. Generalmente, llegan al auge a los 2 o 3 años, siendo ese el período en que son más frecuentes.

Aunque es una conducta de desobediencia propia de la etapa evolutiva de los niños, esto no quiere decir que no se puedan poner en práctica medidas para que su frecuencia disminuya. En realidad, si no se hace nada para que paren, las rabietas pueden llevar a la aparición de otros problemas de conducta más graves a medida que los pequeños van creciendo, como por ejemplo el trastorno desafiante de oposición o el trastorno de personalidad antisocial. Para evitar que los niños terminen recurriendo a la agresión como habilidad para resolver conflictos y conseguir lo que quieren, es importante que los padres entiendan una cosa importante: el llanto que aparece cuando están haciendo birra no aparece porque están sufriendo mucho, sino porque es la la única herramienta que poseen para conquistar sus objetivos.

"Una conducta desalineada aguza la inteligencia y falsea el juicio."

-Los de Bonald-
La extinción: nuestra gran aliada para acabar con las barritas

Dado que la birra es una conducta que el niño presenta, una parte esencial para lograr eliminarla es reforzar otras conductas o actitudes que son adecuadas. En esa línea de razonamiento, hablar al niño que nos gusta cuando ella está tranquila o que nos gusta cuando ella nos pide las cosas sin gritar va a estimularla a actuar así más veces. El caso es que la atención está en la base del mantenimiento y del aumento de la frecuencia de los conductos.

Por lo tanto, es necesario no prestar atención cuando la rabia suceda y volver a prestar atención cuando el niño presente comportamientos que consideramos adecuados.

Esta retirada corresponde a la extinción que explicaremos paso a paso a seguir. Pero antes de poner en práctica, es bueno tener muy claras algunas ideas. En primer lugar, es muy importante aplicar este método de forma sistemática y continuar en nuestro lugar, aunque la birra aumente de intensidad en un primer momento. Porque es lo que sucede cuando el niño percibe que pasa a ser ignorado en esas situaciones: ella va a hacer más birra aún y con más intensidad, para ver si así consigue la atención que perdió. En ese momento en que la intensidad de la birra aumenta, podemos hacer dos cosas: dar atención o ignorar. Si damos atención, estaremos reforzando el comportamiento del niño. Estaremos diciendo: para conseguir lo que quieres, sólo tienes que gritar más. Y ciertamente no lo queremos. El segundo escenario requiere toda nuestra paciencia porque, además de todo, debemos ser sistemáticos con nuestra atención.

El objetivo es hacer que el niño se detenga sola con la barba porque ella entiende que así no va a conseguir nada.

En ese caso, el mensaje que recibe es el siguiente: puede gritar lo que quiera, usted no conseguirá nada así. Este mensaje se guardará en su memoria y marcará esa conducta como un fracaso. Así, la próxima vez que quiera algo, es poco probable que elija el camino de la birra. Por último, es importante interiorizar que cuanto más tiempo el niño esté practicando esa conducta, más difícil va a ser extinguida. El camino para conseguir que nuestro hijo deje de comportarse así es difícil, pero si no comenzamos en algún momento, las consecuencias a medio y largo plazo serán peores. "Son aquellos con quienes vivimos y que amamos que saben cómo engañarnos." -Norman Maclean-

La extinción paso a paso para acabar con las rabietas Sabiendo de todo lo que se ha explicado hasta ahora, es importante saber también que

es necesario trabajar el autocontrol a la hora de aplicar la extinción para acabar con las rabietas.
Otra herramienta que podemos adquirir y que puede ayudarnos en este aspecto es relajarse.

Entonces, cómo aplicar la extinción correctamente? Vamos a ver cómo hacerlo paso a paso.

Cuando el niño se burla, debemos ignorar este comportamiento y continuar con lo que estamos haciendo como si no estuviéramos oyendo. Es relevante hablar al niño sólo una vez como nos sentimos en relación a lo que ella está haciendo: "Estoy enojado (a)", y explicar la conducta alternativa que queremos que adopte "cuando usted esté más tranquilo, conversación ".

Entonces,

  • debemos retirarnos de la situación y esperar un tiempo en minutos correspondiente a cada año de edad del niño. Si el niño continúa, debemos volver a lo que estábamos haciendo sin prestar atención a ella (es decir, sin hablar ni mirarla). Una vez que esté más tranquila, debemos decir que nos gusta cuando está tan tranquila.
  • La verdad es que, cuando la rabia pasa, es muy difícil ignorar los gritos, los patadas o los insultos. Pero lograrlo es esencial para que esas conductas desaparezcan. Por eso, es muy importante conseguir armarse con paciencia y actuar con inteligencia.
  • Vamos a acabar con las rabietas!