¿Usted sufre de dependencia emocional?

Una de nuestras necesidades básicas es conectarnos con otras personas; en ese sentido, todos somos dependientes emocionalmente. La dependencia pasa a ser enfermiza cuando buscamos que los demás satisfagan a aquellas necesidades emocionales que sólo nosotros mismos podemos satisfacer.

Si usted quiere saber si sus necesidades emocionales son saludables o si las está exigiendo de otras personas, no deje de leer este artículo. ¿De dónde viene la dependencia emocional?

¿Has visto un ser más vulnerable que un recién nacido?

Esta pequeña y frágil criatura depende totalmente de los demás para satisfacer sus necesidades físicas como alimentación, vivienda, protección, así como sus necesidades emocionales de afecto, seguridad, confianza, aprecio y empatía.Los primeros años de vida son decisivos en este aspecto, por lo que es fundamental que estas necesidades sean satisfechas adecuadamente durante la infancia. ¿Por qué? Porque si no modelamos e interiorizamos a través de nuestros padres o cuidadores la sensación de que somos valiosos, dignos de amor y de respeto, lamentablemente no seremos capaces de hacerlo en la edad adulta, o será demasiado costoso. En otras palabras, si no se reciben los cuidados y el afecto necesarios, esa vivencia de desprotección podría, más tarde, ponernos en la posición de "mendigos emocionales", demandando de los demás lo que no sabemos cómo darnos a nosotros mismos. Señales de alerta

Aquí hay algunas frases que indican la existencia de dependencia emocional. Revise lo más objetivamente posible que pueda, y observe si usted se reconoce en alguna de ellas: "Necesito a los demás para sentirme valioso y digno de amor""Necesito que los demás me hagan sentir importante""Necesito la aprobación de los demás "

" Necesito que los demás me hagan feliz " " Necesito estar acompañado para no sentirme vacío "

" Necesito estar acompañado para no sentirte aburrido "

" Necesito a los demás para sentirme especial "

Todas estas necesidades deben en primera instancia, autosuficiente.
Cuando no nos proporcionamos el amor, la atención y la aprobación que necesitamos, entonces dependemos y exigimos estas cosas de los demás.
¿Qué podemos hacer frente a la dependencia emocional?
La primera cosa es ser consciente de que la verdadera fuente para sentirnos valiosos, dignos de amor y seguros es nuestro corazón, o en otras palabras, la conexión con nuestra propia esencia.
Partiendo de este supuesto, el paso siguiente es entender nuestro crecimiento personal, ya sea a través de la psicoterapia y / o aprendiendo e investigando todo lo que podamos sobre cómo evolucionar como seres humanos.
Tenga en cuenta que un cambio real y definitivo siempre ocurre de dentro hacia fuera y no al revés.
Necesidades emocionales saludables

"Necesito a alguien para compartir el amor que tengo dentro de mí.En este caso no se trata de un vacío, sino de tener tanto amor dentro de sí, que naturalmente se irradia para los demás. "Necesito conectarme profundamente en un nivel emocional y espiritual con los demás".

Este tipo de conexión, que ocurre entre corazones, surge a partir de un espacio de serenidad y armonía. En contraste, la relación dependiente está cargada de inseguridad, manipulación y ansiedad.

"Necesito a los demás para que me ayuden en mi crecimiento y aprendizaje personal." No es que no podamos crecer individualmente, pero sin duda, las relaciones estimulan enormemente nuestro crecimiento y aprendizaje a un nivel más profundo, especialmente si la otra persona también está dispuesta a crecer y aprender. "Necesito contacto físico, pero no exclusivamente a través del sexo".

"Necesito divertirme, jugar y distraerse con otras personas."

Para ello necesitamos que nos dediquen tiempo libre, fuera de la rutina y de las obligaciones.

"Necesito estar seguro de que el otro nunca me hará daño deliberadamente, ni física, ni emocionalmente."
Es esencial sentirnos seguros de que la otra persona busca de corazón nuestro interés y que es honesta, para poder tener una relación basada en la confianza.

Como vimos,
realmente todos somos más o menos dependientes emocionalmente.

La diferencia entre la dependencia patológica y la necesidad sana del otro es que la primera agota y desgasta la relación, mientras que la segunda la nutre y fortalece.