A lo largo de la vidaconstruimos relaciones que nos invitan a dar nuestro mejor, pero también podemos vernos inmersos en las relaciones devastadoras que nos consumen y desgastan, pudiendo llegar a destrozarnos por estar encerrados en jaulas construidas por un predador emocional. Así como en la naturaleza existen predadores animales que aniquilan otros más débiles para alimentarse, podemos encontrar un fenómeno semejante entre los seres humanos, protagonizado por depredadores emocionales que no se alimentan de las personas más débiles. En vez de eso, lo hacen con las más aptas y fuertes, poseedoras de un don que ellas envidia. Una palabra o una mirada pueden ser factores suficientes para comenzar un proceso de destrucción psicológica de una persona.Compartir
Perfil de un predador emocional
La vida de un predador emocional es un juego de estrategias con objetivos egoístas.Aunque cada predador emocional tiene sus propias peculiaridades, todos parecen compartir una serie de características:
Son especialistas en camuflaje
Un predador emocional es un maestro del camuflaje que se distribuye entre todas las edades, géneros y clases sociales, siendo que sus estrategias son más eficaces en las relaciones personales más cercanas, como las relaciones amorosas. Así como un camaleón transforma su apariencia en función de los colores a su alrededor, un predador también tiene esa propiedad de adaptación, de forma que causa daños profundos a la víctima sin que las personas que lo rodean perciban.
Absorben la energía de los demás
Son personas sedientas de la energía que los otros poseen. Inmersos en universos de rabia y resentimiento en relación a aquellos que son capaces de sentir y vibrar.Sus víctimas son personas bondadosas, alegres, honestas, con gran vitalidad y entusiasmo,
portadoras de características de las cuales el predador emocional carece y siente envidia porque representan todo aquello que él no puede ser. Por eso, sienten la necesidad de destrozar, menospreciar, humillar y destruir a todos aquellos que lo hacen recordar.
Los predadores emocionales se encuentran inmersos en universos de rabia y resentimiento en relación a personas capaces de sentir y llenas de vitalidad.
Compartir Son incapaces de sentirLa principal característica de un predador emocional es su incapacidad para estar en contacto con sus sentimientos, producida por una falta de conexión emocional entre su mente y sus emociones.Esta falta de sintonía normalmente dura bastante tiempo, pues el predador se adaptó a ella y no la ve como una disfunción.
Muchas de estas desconexiones tienen su origen en la infancia, cuando de alguna forma los propios sentimientos crearon un cortocircuito en el sistema con una descarga tan intensa que el propio sistema se desconectó para defenderse. Así, desaparecieron las emociones del mundo y restó la intelectualización de las mismas, la misma lógica que admite que las personas pueden ser tratadas como objetos para alcanzar ciertos fines.Ellos rechazan a sí mismos
Los predadores emocionales sienten un gran rechazo y aversión por sí mismos debido a su incapacidad para sentirse ocultándose detrás de una máscara para no ser delatados.
Se sienten desorientados, diferentes y, en muchos casos, víctimas de su destino. Ellos entienden de alguna manera que la forma en que tratan a los demás es simplemente una réplica consecuente del tratamiento que ellos mismos recibieron. Son grandes simuladores No se sienten, pero aparentan. Su estrategia es premeditada y sigilosa, pasando desapercibidos para todos aquellos que lo rodean.
Primero seducen a sus víctimas a través de la proximidad y con el paso del tiempo, para más tarde poder influenciarlas y finalmente llegar a dominarlas,
privándolas de toda libertad y autonomía. Un proceso complejo y silencioso en el que construyen una telaraña estratégica para atrapar a sus víctimas.
¿Cómo identificar que tenemos una relación con un predador emocional? Una víctima puede mantener una relación con un predador emocional durante mucho tiempo sin darse cuenta de ello. A veces, es imposible percibir hasta que la persona se encuentre emocionalmente exhausta y sentir que perdió toda la esencia de lo que era.
Para poder identificar si usted está inmerso en este tipo de relación tóxica, ya sea con su pareja, con algún familiar o incluso en el ambiente de trabajo, le aconsejamos reflexionar sobre las siguientes preguntas:
¿Se siente aislado?
Perdió el contacto con sus seres queridos? ¿Tiene dificultades para relacionarse con su familia y amigos?
¿La persona cambió sus valores y formas de pensar?¿Usted considera que esos cambios le hicieron distanciarse de la persona que era anteriormente? ¿Cree que ha perdido su propia identidad?
¿Cómo te evalúa? ¿Siente que está lleno de culpa? Usted tiene miedo de expresarse o de dar su opinión?Si usted está aislado, sin ningún apoyo afectivo al que acudir, si han cambiado sus valores, se siente miedo de expresarse y su visión sobre sí mismo es negativa, puede ser que usted esté en una relación con un predador emocional.
Salir de la jaula emocional Salir de las garras de un predador emocional no es una tarea fácil, sobre todo porque el miedo, la inseguridad y la culpa han sido capaces de instalarse en el interior de la víctima de forma muy profunda.
La víctima ya no es la persona que era y tendrá que reestructurar sus pensamientos y emociones.
- Liberarse de esta situación es, ante todo, un proceso lento, en el que es esencial buscar ayuda profesional para poder recuperarse. Compartir
- Tomar conciencia de la situación es el primer paso para liberarse. Para poder salir de esta trampa, la víctima tiene que percibir. De lo contrario, puede que no reconozca la situación como algo peligroso o las rejillas de culpa pueden incluso ser tan fuertes que no le permiten ver una salida.
- La víctima tiene que identificar el proceso de depredación emocional que hace que ella soporte toda la responsabilidad y la culpa por el conflicto, para que pueda poner toda su energía en rescate a sí misma. Ella tiene que entender que debe protegerse, y para ello, dejar de justificarse ante el agresor.
Una vez que la persona tenga conocimiento de la situación en que se encuentra inmersa, es fundamental buscar una red de apoyo, sobre todo reanudar el contacto con aquellas personas con las que tenía fuertes lazos afectivos y que el predador se encargó de cortar. Ellas pueden ser el soporte emocional que la persona necesita para conseguir liberarse de su jaula.
Es indispensable buscar ayuda de un especialista en estos casos. La víctima suele tener dificultades para salir. y cuando lo hace, percibe que ya no es la misma persona, acumula un gran sufrimiento junto a sentimientos de culpa y miedos.
Un psicólogo puede ayudar en el camino del reencuentro consigo mismo y en el restablecimiento de su bienestar y autonomía personal.Compartir
La intervención de la justicia puede ser necesaria en ciertas ocasiones para que sea posible resolver un conflicto de este tipo. Sin embargo, suelen haber complicaciones cuando las autoridades piden pruebas que demuestren los hechos, ya que las humillaciones, el desprecio y las ofensas son difíciles de demostrar. Por eso, sugerimos conservar todos los documentos y archivos que puedan ser reconocidos como pruebas.