Me siento satisfecho con poco, pero ese poco necesita llenar mi alma

Para ser felices, a veces necesitamos muy poco. Sin embargo, ese poco no son migajas que los otros dejan para alimentar un amor interesado. Este poco debe llenar nuestra alma, debe darnos dignidad como personas y, por eso, nunca nos conformar con los pedazos quebrados que los demás nos dan como si fueran palacios reales. Sabemos que actualmente los enfoques entre la psicología positiva y la espiritualidad están en su auge, donde enfatizan la necesidad de aprender a valorar las pequeñas cosas, oa cómo ser feliz con poco, sólo con lo necesario. Ideas como

"la felicidad es darse cuenta de que nada es muy importante", pueden, sin dudas, confundirse un poco."En el momento en que te conformes con menos de lo que mereces, obtendrá incluso menos que aquello con lo que te conformes."

- Mauren Dowd-
Todo tiene matices y, en este tipo de asunto, los matices son grandes. En primer lugar, debemos saber claramente que no es una buena idea conformarnos con menos de lo que merecemos.

A veces nos convencemos de que "lo mínimo es suficiente" puede hacer que quedemos encallados en jardines ermos. Hay quien se dice a sí mismo que la tierra es buena, y que tarde o temprano las semillas van a germinar y de ellas saldrán flores espectaculares.Sin embargo, poco a poco nuestra vida se transforma en una sala de recepción de sueños que nunca van a llegar, de objetivos que nunca serán cumplidos, de flores que nunca van a germinar. Nos conformamos con poco no es vivir de migajas, y la felicidad nunca será "convencernos de que nada es muy importante". De hecho, es exactamente lo contrario: debemos saber claramente lo que es importante. Le proponemos reflexionar sobre ello.

Significados y propósitos de vida Los profesionales de la salud mental se quejan a menudo de que los modelos actuales que tienen el objetivo de tratar la depresión no siempre dan el resultado esperado. Los programas fallan y, con frecuencia, el enfoque donde combinar el tratamiento farmacológico con la psicoterapia ofrece una mejora que, en muchos casos, es temporal. El doctor Eric Maisel, psicoterapeuta y autor de una larga lista de libros sobre la depresión y las emociones, dice que es necesario reformular algunos aspectos. Son muchos los psiquiatras que, en los días de hoy, continúan concentrándose, casi de forma exclusiva, al análisis del cuadro sintomático del paciente, sin usar recursos ni tiempo para encontrar la verdadera raíz del problema.Los antidepresivos se recetan como si se les ofrecía píldoras para curar el dolor de la vida.

Se necesita algo más, más enfoque y menos etiquetas donde todas las personas son tratadas de la misma forma. De acuerdo con Maisel, en la actualidad lo que sufrimos, en mayor o menor grado, es una profunda y devastadora angustia existencial. Nos olvidamos de nuestros propósitos de vida, a punto de no dar valor a nuestras emociones, pensamientos o decisiones.

Nuestra rutina es como un escenario lleno de niebla, donde nada tiene un significado real.

Podemos decir, casi sin miedo de equivocarnos, que nos acostumbra a vivir con mucho menos de lo que merecemos. Porque

no se trata de ser feliz con poco, se trata de saber cuáles son nuestras prioridades

, cuáles son nuestros propósitos vitales, cuáles son nuestros valores y, sólo ahí, aprender a entrar en sintonía con esta música interna. Sin el ruido a su alrededor, sin artificios. El poco, si es bueno, pesa menos

Vamos a imaginar, por un momento, una persona tratando de cruzar un río con una mochila en la espalda. El sol es intenso, despiadado y, a veces, ciega. Ella no sabe muy bien donde quiere ir, sólo intuye que debe cruzar este río, sea como sea ... aunque la mochila que carga sea muy pesada y casi no pueda avanzar. Ella debe hacer algo.

"La mayor tentación de los seres humanos es conformarse con muy poco". - Thomas Merton-Nuestro protagonista se ve obligado a parar y tomar decisiones. La persona saca la mochila de la espalda y la abre: en ella hay piedras, muchas piedras, algunas más grandes y otras más pequeñas. Las más voluminosas son las más bellas y espectaculares: representan sus valores, sus necesidades, sus virtudes, las cosas que más ama y que le identifican.

Las menores, a su vez, hacen referencia a las necesidades ajenas, a las preocupaciones que los demás tienen sobre él, a las críticas, a las falsedades, a las obligaciones a cumplir para satisfacer a los demás, para ser como ellos quieren que sea. Es necesario tomar una decisión contundente, y

nuestro protagonista lo hace: escoge sacar de su mochila todas las piedras más pequeñas e incómodas.Cuando lo hace, cuando va sacando una por una, se da cuenta de algo asombroso: de que son miles y todas ellas triplicaban el peso de sus piedras mayores, sus favoritas.

Cuando termina y vuelve a colocar la mochila en su espalda, se sorprende con la ligereza que siente.
Cuando empieza a caminar de nuevo, el camino parece mucho más claro. Se siente fuerte, percibe que tiene coraje y más voluntad aún de cruzar este río. Las piedras que él ahora lleva en su espalda son muy pocas, son grandes, sin dudas, pero su belleza es tanta que no hacen nada más que inspirarle diariamente con sus formas y sus colores. Poco a poco, y gracias a su maravillosa influencia, se acuerda de su camino y de su destino. No dudará en cumplirlo.

También debemos empezar a hacer esto.

Vamos a dejar nuestros pesos hacia atrás y quedarnos sólo con lo poco que sea significativo, enriquecedor.