No puedo llorar cuando quiero, pero a veces llora sin querer

Llorar es un acto infinitamente complejo y muy conmovedor. En realidad, la ciencia todavía proporciona una respuesta incompleta cuando intenta explicar por qué el llanto sucede. Además, en el ser humano esta es una reacción asociada a fuertes estados emocionales, sea de felicidad o tristeza. En algunos animales, que también dejan caer lágrimas de los ojos, creemos que las motivaciones son las mismas.

El llanto es prácticamente la primera manera que tenemos que comunicarnos con el mundo. Es la base de nuestra comunicación durante los primeros meses de vida. Una forma de decir "yo estoy aquí" y "preciso de los demás"; precede y trasciende el lenguaje verbal. "Las lágrimas derramadas son amargas, pero más amargas son aquellas que no derramamos".

-Provérbio irlandés -
Todo ser humano sano sabe lo que es llorar

. A veces lloramos por un sufrimiento que no conseguimos expresar en palabras y, a veces, porque la risa cruza un límite que se transforma en lágrimas. A veces lloramos de emoción e incluso, sin saber el por qué.Cuando quiero llorar, no puedo

Muchas personas creen que el llanto es un símbolo de debilidad y, por lo tanto, es rechazado en los ambientes machistas o muy autoritarios.

Él está asociado al femenino y, por eso, puede ser motivo para la falta de respeto. Sin embargo, incluso los guerreros más machistas comenzaron su vida llorando. Y si usted no se permite llorar durante su vida es por un acto de represión, y no por falta de voluntad. Hay momentos en que nos sentimos llenos de lágrimas, pero muchas veces existe una fuerza que no podemos identificar que impide que las lágrimas caigan de nuestros ojos y traten caminos por nuestras caras. En esas ocasiones nos sentimos nublados, como un cielo lleno de nubes grises, y no sabemos exactamente por qué. Muchas veces esa fuerza que traba nuestro llanto tiene que ver con el miedo que sentimos de nuestras propias emociones: tenemos miedo de empezar y no poder parar de llorar. "La frase título de este artículo reproduce un poema de Rubén Darío:" Juventud, divino tesoro, / que va para no volver / Cuando quiero llorar, no llora ... / ya veces lloro sin querer ... "Así es como nos sentimos en aquellos que

momentos de la vida donde hay que tener fuerza para continuar, pero una lágrima nos llama para hacer una pausa.Y a veces usted llora sin saber el porqué ...

Usted llora sin saber el motivo porque no invirtió el tiempo necesario para permitir que el sufrimiento guardado aflorara de una forma saludable. Hablamos de un sufrimiento que se esconde bajo todas las tareas que usted anota en su agenda y se manifiesta en todas ellas, porque no tuvo un tiempo específico para ser protagonista y ser sanado. Usted no llora por lo que lo oprime, pero en vez de eso, quizá llore cuando escucha el himno nacional o cuando asista un comercial de TV que en otro estado emocional habría parecido terriblemente tonto.

Tal vez lo que le hace llorar sea una melodía, una lectura, o incluso un perro. Cuando hay sufrimientos no resueltos,

cualquier cosa puede ser el gatillo para que aquella lágrima tratante aparezca

cuando usted menos espera.Además, en tiempos de grandes transformaciones internas, las lágrimas pueden surgir en cualquier momento. Todo gran cambio significa decir adiós a otro tiempo que no existirá más y, aunque haya sido lleno de malos momentos, tuvo un gran significado en su vida. En tiempos de cambio nos volvemos muy sensibles a todo, y las lágrimas a menudo llegan sin ningún motivo específico.

¡Viva el llanto! Llorar siempre es un acto sano. En primer lugar, porque transforma una presión interna en una expresión de nuestro mundo interior. Es bueno porque el llanto libera una fuerza interna, la deja salir y produce un sentimiento de liberación y, hasta cierto punto, de confort. El llanto trae consigo una liberación emocional y, de esa forma, crea una sensación de bienestar. Hay un hecho que sigue siendo curioso.

Las lágrimas emocionales tienen una composición diferente de las "lágrimas basales".

Las lágrimas basales son aquellas que producimos cuando el ojo necesita ser lubricado, o cuando está irritado (por ejemplo, al cortar cebollas). La ciencia ha descubierto que las lágrimas emocionales tienen más proteínas y más hormonas asociadas al estrés. Por lo tanto, la idea de que llorar libera es una declaración con base científica.

Llorar es también un lenguaje, una forma de comunicación. Las lágrimas aparecen cuando las palabras no son suficientes para definir una emoción.

Como, por ejemplo, cuando usted consigue algo que es decisivo para su vida, o cuando usted testifica cualquier acto que revise cada fibra de su ser. Por eso se dice que el llanto es altamente complejo, ya que está asociado a emociones muy profundas y, sin embargo, no existe ninguna teoría para explicarlo completamente. Aquellos que se jacta de no llorar sufren de algo que puede definirse como analfabetismo emocional. El psicoanalista Jean Allouch dice que vivimos en una época donde la gente no quiere llorar, incluso cuando existen razones claras y motivos suficientes para hacerlo. También sugiere que esta limitación puede estar en la base de muchas formas de depresión. Llorar no es una señal de debilidad, sino de espontaneidad. Por lo tanto, podemos decir sin miedo: ¡Viva el llanto!