No soy capaz! El miedo al fracaso

Muchas personas tienen miedo de no alcanzar el éxito tanto a nivel profesional como en la vida personal. Presos en la lógica del perdedor, pierden la alegría de vivir y no logran enfrentar los desafíos que la vida nos ofrece diariamente por temor al fracaso.

Nuestra manera de enfrentar los desafíos y situaciones difíciles de la vida moldea nuestro carácter y, por lo tanto, nuestro destino final. "El hombre nunca sabe de lo que es capaz, hasta que intenta hacer". Por ejemplo, en una nueva situación que puede ser arriesgada,

si la persona se concentra en el miedo al fracaso, se sentirá insegura y, ciertamente, no sabrá cómo enfrentarla.Numerosos estudios demuestran que una actitud mental positiva es la clave para el éxito personal.Damos aquí algunos consejos para ayudarle a enfrentar las situaciones difíciles.

Estar apto emocionalmente Estar apto emocionalmente significa sentirse seguro, incluso en las situaciones más difíciles

. ¿Que quiere decir eso? Nuestra forma de interpretar las situaciones y evaluar lo que sucede a nuestro alrededor moldea nuestras emociones, nuestras acciones y, por lo tanto, el tipo de persona que somos. Un estado mental ganador se basa en la capacidad y la capacidad de encontrar un significado positivo en cualquier situación.

La pregunta que debemos hacer ante cada situación de nuestra vida es: "¿Qué puedo aprender de esta situación?"

La diferencia entre el éxito y el fracaso La diferencia entre el éxito y el fracaso es la capacidad para transformar situaciones difíciles en el aprendizaje. "El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse".-Winston Churchil-

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El miedo es uno de los sentimientos básicos del ser humano, pero el miedo al fracaso y la inseguridad que provoca no deberían bloquear nuestra capacidad para resolver problemas. Esto sucede porque el camino que nos lleva a la realización personal está lleno de fracasos, pero

son las experiencias difíciles que nos permiten los cambios y los progresos más importantes.

Los vencedores en la vida también encuentran obstáculos y dificultades en su camino, pero todos ellos tienen una cosa en común:

saben cómo sacar provecho de cada situación para crecer y mejorar como personas. El miedo al fracaso y el miedo a correr riesgos

El miedo al fracaso generalmente lleva a las personas a evitar riesgosy, a menudo, esas personas no quieren descubrir los límites de sus habilidades. Desean solamente hacer el mínimo indispensable para obtener un nivel suficiente de bienestar y protección. El psicólogo Abraham Maslow dice que la "seguridad" es una de las necesidades primarias del ser humano, y es parte de nuestro instinto natural querer proteger y conservar lo que tenemos.Pero cuidado:

la seguridad a veces puede engañarnos, limitar nuestras decisiones y, consecuentemente, nuestras acciones. Muchas veces la diferencia entre un hombre de éxito y un fracasado no son las habilidades o las ideas, sino el coraje de apostar por una idea, asumir los riesgos y actuar.

-Maxwell Maltz- Compartir

Para alcanzar cualquier meta es necesario correr algún riesgo. Sólo aprendiendo a manejar el miedo al fracaso tendremos más oportunidades de conseguir lo que deseamos.

Cada miedo es una oportunidad para crecer.

Compartir Muchas veces tememos lo que pensamos

En el juego de ajedrez, decimos que el miedo al ataque es más fuerte que el ataque.Nuestra imaginación tiene una gran capacidad de amplificar nuestro miedo al fracaso.

Sin embargo, el miedo también es útil: nos pone en "alerta" contra los peligros, pero no es funcional cuando bloquea nuestro progreso hacia un objetivo particular. Si somos dominados por el miedo al fracaso es improbable que podamos actuar libremente y de forma eficaz.La vida nos está esperando, y nadie puede vivirla por nosotros.

Si realmente deseamos cambiar, si estamos dispuestos a dejar de evitar el fracaso y arriesgar, podemos ser felices.Podemos cambiar nuestra forma de pensar y los comportamientos disfuncionales que dificultan alcanzar nuestros objetivos.Sólo necesitamos dejar de huir, procrastinar o disculpar.