Me gusta las personas 'inoportunas': de las que llegan cuando ya no esperaba nada más

Me gusta las "personas inoportunas" que atraviesan las puertas del corazón cuando la gente menos espera. Son personas que traen vientos coloridos, que alborotan nuestras sonrisas cuando las esperanzas ya estaban apagadas, y casi sin saber cómo, se acomodan en el alma como si siempre hubieran sido parte de ella.

Es una cosa al menos curiosa. A veces llegamos a un punto de nuestras vidas en que estamos tan vinculados a nuestra propia red de amigos de siempre y nuestra propia familia, que apenas dejamos espacio para alguien más. Hasta que un buen día, y casi sin saber cómo, llega alguien, alguien que no esperábamos y que cambia todo. Hay gente maravillosa inoportuna, de las que golpean en la puerta de su propia vida cuando usted más necesita, las personas con magia en el corazón y la luz en su mirada capaz de algo increíble. Traen la felicidad para ti y te obligan a creer en ti mismo nuevamente.

CompartirLas personas inoportunas son extrañas que en poco tiempo acaban transformándose en familia.

Pueden mostrarse como amigos excepcionales en los momentos más necesarios o incluso como nuevas relaciones amorosas. Amores que llegan de improviso cuando ya dábamos por perdido el propio amor. Lo más curioso de todo esto es que reconocemos esa complicidad entre nuestras personalidades casi instantáneamente. Los expertos lo llaman sexto sentido. Un sexto sentido emocional del que hablamos a continuación.

Las personas inoportunas llegan en los momentos más necesarios. Una de las amistades más conocidas del mundo de la literatura fue la de Henry James y Robert Louis Stevenson. Estos dos grandes novelistas del siglo XIX, a pesar de tener un estilo de lenguaje y de vida muy diferente uno del otro, siempre revelaron una admiración excepcional, casi mágica.

Todo comenzó en 1884, cuando Henry James publicó un artículo en la

"Longman's Magazine"

elogiando una novela que acababa de ser lanzada hace apenas unos pocos meses: "La isla del tesoro". Algunos días después, el propio Stevenson le respondió con otro artículo, iniciando así una relación construida en forma de epístolas y con inolvidables reuniones donde se hablaba de la vida, de literatura, arte y filosofía.Stevenson siempre engrandeció esa amistad. Según él, llegó en el momento preciso, en el instante más necesario. Su salud no era buena en aquellos años y su ánimo caía en esas temporadas en las que las semanas de cama y fiebre encontraban su único refugio en las cartas que Henry James le escribía. Desafortunadamente, el padre de Long John Silver

y lo que los aborígenes de las islas del Pacífico Sur apodaron "el contador de historias" si fue de este mundo muy temprano, después de un derrame cerebral.

Esa pérdida marcó para siempre la vida de Henry James. Fuera una amistad tejida entre la admiración y la conjunción de dos mentes apasionadas por las letras , el arte y la vida, una cosa que sirvió de auténtico estímulo para dos almas que se encontraron casi instantáneamente, a pesar de tener estilos literarios muy diferentes entre sí usted.

El sexto sentido en las relaciones personales Comencemos revelando una cosa importante. La gente no tiene sólo 5 sentidos, de hecho tenemos más de 20. William James, célebre psicólogo y hermano del propio Henry James, oportunamente definió a muchos de ellos, como por ejemplo la nocicepción, la propriocepción o la sinestesia.La inteligencia siempre va a quedar con la razón, pero la intuición y el sexto sentido nunca se equivocan.

Compartir

El sexto sentido es sin duda uno de los más importantes. Lejos de relacionarse con elementos mágicos o sobrenaturales, tiene que ver con nuestra intuición, con esa

capacidad de "mirar hacia adentro" para entender nuestras propias emociones, para despertar nuestra creatividad y conectarse mucho más con el propio entorno y con las personas que nos rodean. Sólo así establecemos vínculos más auténticos, más significativos.El subconsciente y el sexto sentido

Las personas inoportunas que llegan a nuestras vidas sin saber cómo, en realidad, no son extrañas. Es probable que Henry James no conociera a Robert Louis Stevenson y viceversa, pero ese sexto sentido que todos les mostró a través de la escritura que tenían una gran afinidad.Los especialistas hablan del peso del "subconsciente"

, allí donde se almacenan muchas de nuestras emociones, de nuestras experiencias y sensaciones. Con el paso de los años, las personas crean fuertes lazos neurológicos hacia ciertas experiencias y perfiles de personalidad, con los que nos identificamos de forma instintiva, sin darse cuenta.

Vivimos estas "sensaciones" con frecuencia: existen detalles que nos atraen sin saber por qué.

  • Hay cosas y personas que evitamos sin entender la razón. Todo esto define nuestro sexto sentido emocional, y es él el que hace que seamos tan receptivos a esas personas inoportunas. Esas personas con las que nos encajamos maravillosamente porque nuestro propio cerebro las identifica como semejantes a nosotros mismos.Así como podemos ver,
  • la verdadera magia está, una vez más, en nosotros mismos. En esta íntima arquitectura cerebral que orquesta nuestras emociones, permitiéndonos conectar con "almas gemelas", con esas personas que nos traen su nobleza, sus tardes de café con risas, sus "como usted está hoy" y sus "estoy aquí para el" que usted necesita ". No dude en dejar entrar. Porque las personas inoportunas que traen luz para sus tardes de tempestad y preocupaciones pueden transformarse, sin duda, en la mejor cosa de su vida.

Imágenes cortesía de Linda Lovenstein y Mariana Kalacheva.