Si sabemos lo que necesitamos hacer, ¿por qué no lo hacemos?

Usted está paralizado, pero allá en su interior usted sabe exactamente lo que necesita hacer para levantar su ánimo y, principalmente, lo que haría su corazón feliz. También sabe que está en sus manos dar el paso para proseguir, pero no se mueve: usted ha escuchado de su interior lo que usted necesita y algo en usted lo niega. ¿Por qué sucede esto?

"El miedo suele ser la causa de la mayoría de las situaciones negativas en las que nos vemos envueltos, y superarlo normalmente nos lleva a grandes alegrías .
Es posible que usted tenga las cosas más claras de lo que imagina, o también es probable que usted sepa la respuesta del próximo movimiento de su vida y que el temor y el pánico lo mantengan quieto en esa posición en la que está.

¿Cómo me siento? La respuesta a esta pregunta es muy complicada porque exige mucha paciencia y cariño para sí mismo: para responder usted necesita ser sincero y hablar con usted mismo sin reservas, lo que implica un gran esfuerzo emocional por su parte.

En la posición en que está usted se siente incómodo, desconcentrado, raro en su día a día.

Es como si supiera que no estaba en el lugar correcto, pero no era capaz de moverse, de modo que el malestar se expande a todas sus emociones y su humor se modifica.

La clave: el saber racional y el saber emocional Todos nosotros disponemos de dos tipos de fundamentos para tomar decisiones: uno que tiene que ver con la parte más instintiva y racional del cerebro; otro con su zona más emocional e impulsiva. La primera de ellas está ligada al control de las situaciones ya la búsqueda de seguridad, de modo que es muy útil en las horas que demandan frieza de acción. La segunda, como su nombre indica, está unida a los sentimientos. "Me gustan las personas sentimentantes, que no separan la razón del corazón.

Que sienten y piensan al mismo tiempo. Sin divorciar la cabeza del cuerpo, ni la emoción de la razón. "

-Eduardo Galeano-

Ambas se relacionan, pero las personas tienen la tendencia inconsciente hacia un lado o hacia el otro: por ejemplo, hay aquellos que son más empáticos que otros. Si usted racionalmente sabe lo que necesita hacer pero emocionalmente no sabe por qué no lo hace, tal vez sea porque
los movimientos más humanos necesitan ser impulsados ​​por esa parte emocional.
Reorganice sus motivaciones

El conflicto no tiene que estar motivado por la razón, pero lo bueno sería que fuera guiado por la emoción: si usted necesita hacer algo, primero necesita sentir que quiere hacerlo.

Supongamos, por ejemplo, que usted es consciente de que necesita hacer una dieta porque su salud se está resistiendo y, sin embargo, no logra realizarla. El problema es que emocionalmente usted no quiere estar de dieta y su falta de voluntad débil.

Reorganice sus motivaciones y escuche bien a donde usted quiere ir de verdad, no a donde usted debería ir, ya que a veces la razón no nos permite ser feliz. Tome el tiempo necesario para encontrar el camino que el corazón indica y luche contra sus miedos y sus traumas si les impiden avanzar. Usted puede vencer y vale la pena vencer: sólo así usted sabrá que lo que usted está haciendo corresponde a la verdad que usted desea. "Respire con la profundidad con la que usted respiró el día en que vino al mundo, sin permitir que nada le distraiga: espere y espere más. Quédate quieto, en silencio, y escucha tu corazón. Y cuando él habla, levántate y ve donde él lo lleva. " -Susanna Tamaro-