Si realmente quieres conocer a una persona, deja de juzgarla

Parece que, actualmente, la ola de lo políticamente correcto viene haciendo el juicio sobre la vida ajena más rígida y agria. Una vez que exponemos nuestras ideas a un público más amplio, dado el alcance de las redes sociales, acabamos siendo blanco de las más variadas formas de juicio, tanto por quien nos gusta, como por quien no le gusta, o incluso por quien no llegó a conocernos. Una de las cosas más difíciles de encontrar hoy en día es alguien con quien podamos discutir cualquier asunto de manera tranquila,

cuando los puntos de vista no coinciden. Muchas personas confunden gritos y ofensas con opinión, mezclando coerción con argumentación. Poco se abren, por lo tanto, al nuevo, al diferente, cristalizando ideas que no logran salir del lugar. De esta forma, muchas veces, hemos perdido oportunidades de encuentros con personas que nos sumarían conocimiento, amistad y compañerismo. Juzgamos a los demás a partir de lo que menos les caracteriza, etiquetándolos de acuerdo con lo que nosotros mismos poseemos, sin permitirnos ver más allá de lo que las apariciones transmiten, que es, al final, lo que realmente importa.

Y la gente cansa. Cansa de ser mal interpretado, de tener lo que dijo desvirtuado y jugado de encuentro con nuestra dignidad de forma descontextualizada. Porque marea tener que ver los comentarios violentos y ofensivos por debajo de nuestras posturas, marea tener que dejar claro, en todo momento, que nuestras opiniones no son reglas y normas absolutas. Es desagradable estar midiendo las palabras por el temor de que gente rabiosa nos ataque con destemporal.

Es tan simple. No me pregunte si soy evangélico, católico o espírita; mi fe. No me pregunte sobre lo que pienso acerca de la diversidad de género, pero vea cómo trato a mis semejantes. No critique mi opción política antes de saber como respeto a la ciudadanía. Pase un día conmigo y entonces tal vez esté listo para sacar conclusiones mínimamente coherentes. Sólo ver no significa ver. No juzgues. Conviva, acércate y observa. No le gustó, alejarse, pero sin griterío, porque nadie merece ...