Tipos de ansiedad más comunes: todos pueden ser combatidos

La ansiedad es uno de los grandes males de nuestro tiempo. Tanto es así que ya existen diversos tipos de ansiedad referenciados y continúan apareciendo clasificaciones cada vez más extensas. No es para menos si consideramos que los tiempos en que vivimos son a veces muy exigentes, y el equilibrio, tanto el propio como el que tenemos con otras personas, es potencialmente dinámico.

La ansiedad es una de las caras del miedo. Pero diferente del miedo propiamente dicho, aquí no existe un estímulo específico que la provoque. El miedo es normal cuando se enfrenta a una amenaza específica y percibimos que nuestra integridad puede estar en peligro. Pero la ansiedad es una forma de miedo que a menudo no tiene una causa definida, de modo que no es fácil intervenir sobre el origen de esa ansiedad o sobre los factores que la hacen recurrente. "El temor aguza los sentidos. La ansiedad los paraliza. "-Kurt Goldstein-

Usted percibe que la ansiedad está a su alrededor porque
usted se siente inquieto, inseguro o preocupado con" algo "impreciso o por algo específico que no sabe cómo enfrentar. Como si estuvieras dentro de un avión en caída libre, aunque en realidad estás sentado en la sala de tu casa viendo la televisión. Usted siente una inquietud interna que no le deja en paz, que le hace sentirse agitado, irritado, incómodo, pero no puede identificar el por qué.

Son varios los tipos de ansiedad frecuente. Algunas personas prefieren simplemente llamarlas "estrés" o "preocupación", pero si examinadas con lupa son formas de ansiedad muy fuertes. Lo bueno es que cualquiera de estos tipos de ansiedad puede ser superado. Para lograr esto lo primero que hay que hacer es tratar de conocerlos un poco más. La ansiedad generalizada y la ansiedad social

El trastorno de la ansiedad generalizada se define como un estado de preocupación constante , sin que exista una razón específica para que esto suceda. Es necesario tener una duración superior a 6 meses y, en general, viene acompañado de dificultades para dormir, irritabilidad, problemas de concentración y fatiga general. La ansiedad social

, a su vez, es una condición en la cual una persona vive miedo o angustia en todas aquellas situaciones donde necesita interactuar socialmente con los demás.

Cambiando en los niños, la persona tiene miedo del contacto con los demás. Gran parte de esta ansiedad es anticipatoria, es decir, sucede antes de que el contacto social temido suceda.Ambas condiciones deterioran significativamente la calidad de vida de una persona.

Son estados que no se curan por sí mismos, con el paso del tiempo, ya que suelen ser retroalimentados con diferentes conductas de evasión. No son momentos malos, sino situaciones que requieren tratamiento profesional. En la mayoría de los casos es suficiente una terapia corta para que las emociones vuelva a estar bajo control. En otras situaciones son necesarias intervenciones más largas, pero la probabilidad de superar esas condiciones, en todo caso, es muy alta. Los trastornos obsesivos y el estrés postraumático

Los trastornos obsesivos son de varios tipos, pero todos tienen en común el hecho de que existe una idea persistente e intrusiva que provoca temor y angustia. Entonces, por más que la persona trate de sacar esa idea de la cabeza, no lo logra. Estas obsesiones pueden llegar a invadir la personalidad y provocar una parálisis existencial.El estrés postraumático es aquel estado de angustia que viene después de vivir una experiencia traumática.

Se manifiesta como inquietud, dificultad para dormir y, principalmente, con una fantasía recurrente de que lo ocurrido se repetirá de nuevo. Hace que la persona se mantenga en estado de alerta y alimente la inseguridad y el aislamiento.

En ambos casos, y dependiendo de la severidad de los síntomas, existen diferentes formas de superar el problema.

La práctica de algún método de relajación puede contribuir significativamente a disminuir la ansiedad y aumentar la capacidad de concentración. Si estos métodos no son eficaces, la terapia profesional es una excelente alternativa, con grandes posibilidades de éxito. La agorafobia e hipocondria La agorafobia se ha convertido en uno de los tipos de ansiedad más comunes actualmente.

Es un miedo difuso e incierto de todas aquellas situaciones donde parece no haber escapatoria , o en las que no existe la posibilidad de recibir ayuda, si la persona sufre un ataque de pánico. En otras palabras, la persona piensa que puede tener un ataque de pánico y que, en ciertas circunstancias, no podrá escapar o recibir ayuda. En cierto modo, es una forma de miedo al miedo.

Cada día es mayor el número de consultas por agorafobia y quien padece sufre mucho y siente grandes limitaciones para llevar una vida normal. Algo similar sucede con los hipocondríacos que interpretan de forma catastrófica cualquier señal de su cuerpo. Sostienen que tienen enfermedades graves y sienten que su condición puede empeorar en cualquier momento, sin que puedan hacer nada al respecto. En ambos casos es recomendable la práctica de algún tipo de relajación.

Estos contribuyen a reducir o desactivar el aumento de la ansiedad e identificar mejor las señales que el cuerpo manda. También producen un mayor autocontrol. El ejercicio regular también ayuda en este sentido. Como en otros casos, si esto no es suficiente, la ayuda de un profesional siempre será la alternativa más confiable.