Mi diagnóstico es simple: sé que no tengo solución

Como escribió Julio Cortázar,"mi diagnóstico es simple, sé que no tengo solución". No tengo solución porque me gustan las cosas claras y de chocolate espeso. No tengo solución porque me gusta que me abracen sin motivo alguno.

Ciertamente usted tampoco tiene solución porque usted tiene gusto de hacer las cosas derecho ya veces llora sin saber por qué. Tal vez usted y yo nos fascinamos con personas que, con su energía, contagian emociones.

Seguro que también le gustan las personas que vibran y es probable que también le guste trabajar para conseguir que su realidad supere los sueños que usted cultiva hace un buen tiempo, por los que usted lucha día tras día.

Usted no tiene solución (y yo tampoco) porque a veces usted se enfada sin saber el motivo y el mundo cae cuando usted no puede hacer que algo salga como quiera. Usted no tiene solución porque no puede contar hasta tres antes de explotar, como dicen los expertos.

No tengo solución (y usted tampoco) porque no soy capaz de hacer cinco comidas al día, de dormir 8 horas o de pensar en mí antes de pensar en los demás.También no tengo solución porque vivo la expectativa de que"aquella persona"quiera pasar tiempo conmigo. No tengo solución (y estoy seguro que usted tampoco tiene), porque no siempre soy capaz de

"soltar y decir adiós" a quien me duele. No es que me guste agarrarme a algo o que soy incapaz, es sólo que yo guardo la esperanza de que pueden suceder "milagros".No puedo evitar, soy un poco irracional, aunque intente cambiar eso (estoy seguro de que con usted sucede lo mismo). No tengo solución porque tengo plena convicción de que las cosas que son más fáciles para nosotros son las que más valen la pena y sé que tengo que coleccionar motivos para seguir adelante. Me gusta dar una sonrisa todas las mañanas, pero entiendo que no siempre es necesario, que la tristeza también me hace bien y que cuando mi cuerpo quiere llorar, es sano que me apague y me desconecte por un tiempo.No me gustan las personas que no siguen adelante. También no me gusta que me digan lo que tengo que hacer, como tengo que ser o si puedo o no estar triste.

Compartir

No tengo solución porque me gusta escuchar las historias de batallas de los demás, examinar su rostro y evaluar sus expresiones. No tengo solución porque no soporto que me mientan, pero entiendo que a veces alguien lo hace. No tengo solución porque no me gusta blanco ni negro; es que soy más de cenizas, rosas, azules y amarillos.

No tengo un color favorita porque todas me dicen algo que me emociona.También no tengo solución porque sé que puedo emocionar recordando mi primer amor y estoy seguro de que eso no me hace incapaz de amar con inmensa locura quien está en mi vida hoy.

Compartir

No tengo solución porque en mi vida tengo PERSONAS y personas.Con letras mayúsculas y minúsculas. Porque sí, sé claramente que en el amor existen jerarquías o que, al menos, existe un tipo de cariño dedicado a cada persona del mundo.

No tengo solución porque a veces critico y soy incoherente. No tengo solución porque pienso que el amor vale la pena en este mundo de prisa, porque sé que hay puntos cardinales y que soy capaz de perder el norte por cualquier tontería.También tengo miedo de afirmar que el corazón partido me causa pánico, que a veces temo la soledad y que me caen las lágrimas cuando pienso que algún día alguien no me quiere querer.

CompartirSomos auténticos en la diversidad

No tengo solución cuando mis extrañas dicen todo sobre mí, cuando me apasionan por lo genuino, por lo infantil y por lo inesperado. Dicen que no debería, que

"Soy demasiado vieja para ...".Y yo respondo que no soy demasiado vieja para nada, que lo que tengo es juventud acumulada y que voy a vivir la vida como yo quiero hasta llegar mi hora o mi circunstancia.

Porque sé que la vejez es un estado de "espíritu", no una fase de la vida. Es inevitable hacer cumpleaños, sí, pero yo decidí que no tendré solución y que seré una llama que nunca se apagará hasta que yo no pueda más.

CompartirAunque debo admitir que

no tener solución no es fácil, es aún más difícil porque atesorar memorias a veces duele.

Es difícil justificar que pasé meses enteros del calendario haciendo todos los días la misma cosa y sintiendo cosas parecidas.Vendo la hora de mi celular cambiar, colocando 20 alarmas, enviando los mismos mensajes en whatsapp y prometiendo a mí mismo cosas que no van a suceder ...

Entonces me digo a mí misma que la semana que viene estaré preparada para cambiar todo. Pero cuando pienso de eso, me doy cuenta de que esas 20 alarmas y esos mismos mensajes en whatsapp no ​​son lo que me define, ni lo que escribe mi historia. Yo escribo mi historia con mis puntos, mis comas, mis puntos de exclamación e interrogación, mis letras mayúsculas y mis puntos cardinales. Eso es lo que me hace no tener más solución que ser EE.UU., otra vez con letras mayúsculas y determinación.CompartirNo tengo solución y estoy seguro de que usted tampoco tiene por varias razones.

Porque cada uno de nosotros tiene miles de historias y cientos de cicatrices. Es lo que nos hace auténticos y especiales, no tener solución en la intimidad mientras somos nosotros mismos con tanto y con tan poco en común.