No ser amado es una simple desventura; la verdadera desgracia es no amar

Amar sin ser amado puede acabar siendo una de las experiencias más difíciles por las que podemos pasar en nuestras vidas. Es un momento en el que experimentamos el abandono, la tristeza y una sensación de vacío que se vuelve insoportable.No podemos querer amar sin pagar un alto precio por las consecuencias que tiene.

Cuando el amor es correspondido experimentamos el cielo sobre nuestros pies, y esa maravillosa sensación de que podemos todo, sin importarnos con nada más. Pero amar sin ser amado tiene otra cara, que se presenta como si la vida, de repente, no tuviera más sentido, como si todo lo que fue construido y vivido antes hubiera perdido todo el valor.

Los sueños y los deseos desmoronan, abriendo paso hacia la amargura.La tendencia natural que tenemos al amar es la de sentir por la persona amada una atracción desenfrenada, imposible de detener sin que haya sufrimiento involucrado.

CompartirEs posible superar la tristeza de no ser amado

La decepción y el dolor sufridos por lo que pasamos pueden destruir a los apasionados

, dejándolos sumidos en la desesperación y en una profunda sensación de no poder ser capaz de volver a encontrar otra persona.Esta sensación es muy común, ya que pertenece a la tristeza que arrastramos

, a la desesperanza ya la limitación de lo que somos capaces de poder ver, en esta situación que acaba siendo muy dramática. Sin embargo, aquellos que vivieron todo este proceso y experimentaron toda la tristeza y la soledad que surge al no ser amado saben muy bien que, con el tiempo, la limitación con la que se vivía tiende a ampliarse.Aprende a vivir de otra forma, más fortalecidos y con la experiencia de que es posible recuperar la alegría y la felicidad, a pesar de todo. Ya que nuestra identidad y voluntad de vivir no dependen realmente de nadie, sólo de nosotros mismos.Amar siempre vale la penaAmar, en todo caso, siempre valdrá la pena

, ya que es un signo de vida. Una experiencia única que cambia nuestro mundo y nuestra forma de ver las cosas. Adquirimos una sensibilidad especial para apreciar y valorar cualquier acto del amor. La belleza se vuelve más intensa y nuestras emociones son más reconocibles, por lo que es más fácil identificarlas.

Cuando amamos, compartimos nuestra intimidad, reconocemos la pureza de saber amar, descubrimos aspectos que no sabíamos que teníamos y adquirimos un mayor conocimiento sobre nosotros mismos.

CompartirAl amar nos abrimos en esencia para dar lo mejor de nosotros mismos, lo que nos muestra la enorme belleza que poseemos y cuán privilegiados somos por haber experimentado el amor en todo su esplendor.

No siempre estamos preparados para amarEl amor llega para quien está preparado, para las personas que están en un momento de sus vidas en el que pueden permitirse incorporar tal sentimiento en todo su ser. El hecho de que el amor se instala en nosotros es un gran privilegio, independientemente de la persona que amamos, y si somos o no correspondidos. El amor, por sí solo, vale la pena, por todo lo que él contribuye en nuestras vidas. Para amar hay que haber una predisposición especial de apertura sentimental.

Es necesario que exista una conexión interna, con una sensibilidad que nos permita abrazar todo el mundo de sensaciones con las que el amor nos hace encontrar.

Cuando el amor llega y no entendemos la causa, hay que comprender que no es culpa de nadie, ni nada de concreto nos ha dado esta capacidad de amar.

CompartirEs necesario entender simplemente que se trata de un sentimiento que, de la misma forma que vino, puede irse, y, mientras dure, hay que aprovecharlo, vivirlo, experimentarlo; sin miedos y desconfianza.

Es necesario dejarse amar para poder amar, lo que implica dejar fluir toda nuestra energía, sintiendo que somos dignos de amor.Porque el amor es un estado de pureza, nuestra llama más intensa, la respiración del alma; el suspiro penetrante que da sentido a nuestras vidas ...