Yo parecía un insecto atrapado en una trampa. En mi corazón reinaba la sequedad, la carencia y el vacío emocional. Usted me alimentaba con las sobras, con un amor posesivo, con una casa sin muebles donde las plantas no eran regadas. Sin embargo, agradezco su falta porque huí de ella para encontrarme con mis nutrientes, con mis puntos fuertes, con mi plenitud ... para finalmente atraer la abundancia para mi vida. Desde el punto de vista emocional e incluso espiritual, podemos definir la abundancia como un estado de gracia que nos recuerda que tenemos todo, o al menos la mayoría de las cosas que queremos y necesitamos. Es como vibrar en aquella frecuencia ideal donde las emociones se sintonizan con los pensamientos, con la realización personal y con cada área que configura nuestra existencia. "La abundancia no es algo físico, es algo con lo que logramos sintonizarnos".
- Wayne Dyer - Por el contrario, la pobreza o la escasez es un estado de "ser" muy común donde nos volvemos resistentes, dondenos falta apertura mental y emocional para poder generar cambios positivos y enriquecedores. De esta forma, las personas "pobres", además de no tener esa armonía interna para sentirse plenas y satisfechas, generalmente tienen la capacidad sutil de proyectar su pobreza emocional sobre las personas de su convivencia.
Es muy probable que ya haya vivido esta situación a lo largo de nuestra vida: convivir con una persona con esas características (sea nuestro socio, un pariente o incluso el gerente de nuestra empresa) genera un clima de falta y escasez absoluta. Casi sin percibir, quedamos atrapados en el ámbar, en esa resina tóxica, en esa falta de nutrientes hasta el punto de dejar de lado nuestra principal vitamina: la dignidad ...
La dinámica de la falta nos impide atraer la abundancia Si nos preguntamos cuál es, el camino principal o la estrategia clave para atraer la abundancia
, la respuesta es muy simple:
la generosidad emocional. Sin embargo, nada es tan complicado de implementar, nada tiene más matices y esquinas oscuras que el concepto de "generosidad".
¿Cuál es la razón? Estamos acostumbrados a pensar sólo en nuestras carencias y cuando sentimos que "nos falta algo" es muy complicado poder "donar". Cuando hablamos de generosidad emocional, no nos referimos exclusivamente al acto de abrirnos a los demás para conectarnos con ellos, para consolarlos, aliviar sus dolores o alegrar su corazón.
Estamos hablando también de ser "generosos" con nosotros mismos. Muchos de nosotros ya pensamos de esa manera en algún momento de la vida: enfocamos la atención en todo lo que no tenemos, en todo lo que nos falta (no soy reconocido por los demás, no soy amado como merezco, no soy valorado en mi trabajo, soy muy solo / incomprendido ...). A medida que intensificamos esos pensamientos negativos, también alimentamos la frustración, el desánimo y el resentimiento. De esta forma, bloqueamos completamente la ley de la abundancia.No debemos concentrarnos exclusivamente en lo que nos falta, en lo que duele, en lo que no nos gusta ... Necesitamos ser valerosos y dar el primer paso para percibir todo lo que merecemos, porque ahí reside la verdadera abundancia. Compartir la ley de la abundancia en las relaciones de pareja Existen momentos en nuestras relaciones afectivas en las que nos sentimos plenos. Como decía William Blake, vemos el mundo en un grano de arena, el cielo en una flor silvestre y el infinito en la palma de nuestra mano. Esto es, sin duda, la abundancia, el equilibrio perfecto, la armonía ideal donde sus emociones y las mías, sus proyectos y los míos, sus valores y mis se armonizan y componen la más bella poesía, la nuestra.
"La abundancia no es un número o una conquista. Es el simple reconocimiento de nuestra competencia. - Alan Cohen -
Sabemos que no es fácil alcanzar este estado ideal de abundancia.
El desequilibrio emocional y la falta de generosidad, tanto con nosotros mismos como con nuestro socio, rompe la alianza de la abundanciadentro de una relación de pareja. Muchas veces nos tiramos en los brazos de una persona cualquiera, con un corazón hambriento y una venta en los ojos deseando ser amados, pero olvidando completamente de amarnos a nosotros mismos.
Dejamos de ser generosos con nosotros mismos para alimentar al otro hasta caer en el círculo de la pobreza, en la celda de la escasez. Llegamos a creer que ser alimentado con migas no es mal, ya es algo ... Nos contentamos con tan poco que hasta olvidamos que queríamos todo. Nos olvidamos, por encima de todo, de que el amor es sinónimo de abundancia
, de que quien lo ama enriquece y quien se ama, se cuida.
Recuerde que tenemos la responsabilidad y el privilegio de ser los creadores de nuestra felicidad, de atraer la abundancia, y eso es alcanzado de dentro hacia afuera. Porque esta es una emoción que nos alienta a cuidar de nosotros mismos, a ser merecedores de la alegría, del equilibrio y de ese amor que, en lugar de hacernos daño, nos ayuda a crecer.
Todas las imágenes de este artículo pertenecen a Sonia Koch.