Síndrome de Procusto: quiero que usted se quede bien, pero no mejor que yo

El síndrome de Procusto hace referencia a personas que menosprecian quién es superior a ellas en talento y habilidades. Y, más, no dudan en discriminarlas e incluso en perseguirlas. Son personas que no progresan ni dejan a otros progresar, perfiles frustrados o con autoestimas muy exageradas que están presentes en muchos ambientes de nuestro día a día. Es muy probable que en ese mismo instante a muchas personas venga más de un nombre a la cabeza, el recuerdo de más de una persona. Vale decir también que esa caricatura -con muchos contornos de realidad, desafortunadamente- inspiró, como cabría esperar, innumerables tramas literarias y cinematográficas. Es, por así decirlo, el clásico antagonista que encontramos en cualquier escenario académico, profesional e incluso familiar, y que va mucho más allá de lo que solemos conocer como "oportunismo".

"Procusto: Si te destacas, te cortaré tus pies. Si usted demuestra ser mejor que yo, cortaré su cabeza ... " -Mitología griega- Paralelamente, es interesante saber que a pesar del síndrome de Procusto no estar presente en ningún manual de diagnóstico ni tener entidad clínica, contempla perfectamente un comportamiento específico reconocido por los sujetos psicólogos. Un comportamiento que tiene como objetivo destruir de forma hostil a quien es considerado más brillante y boicotear quien es más preparado por mera intolerancia y puro egoísmo. Porque

para esas personas, no hay nada peor que ser superado por los demás en cualquier aspecto
, por irrelevante que sea.

El mito de Procusto Aunque el mito de Procusto no es muy conocido, vale decir que es sin duda uno de los más sombríos y terribles. La mitología griega cuenta que ese personaje trabajaba en una posada en las altas colinas de Ática.En ese lugar, ofrecía alojamiento para los viajeros. Sin embargo, bajo aquellos techos simpáticos que invitaban al descanso y al confort, se escondía un secreto macabro.

Procusto tenía una cama en la que invitaba a sus huéspedes a acostarse. Por la noche, cuando éstos dormían, él aprovechaba para amordazar y atar a sus víctimas.

Si la persona fuera más alta y sus pies, manos o cabeza no caben en las dimensiones de la cama, Procusto los cortaba. Si la persona fuera menor, rompía sus huesos para ajustar las medidas.Este sombrío personaje

realizó sus macabras actitudes durante años hasta que un hombre muy especial llegó a su posada: Teseo. Como ya sabemos, este héroe se hizo conocido por haber enfrentado al Minotauro en la Isla de Creta y por haber llegado más tarde a Atenas. Se cuenta que cuando Teseo descubrió lo que aquel sádico hacía durante la noche, decidió aplicar en Procusto el mismo castigo que éste aplicaba en todas sus víctimas. Desde entonces, tuvo lugar una advertencia en forma de dictado que dice lo siguiente:

"Cuidado, hay personas que, cuando perciben que sus opiniones no encajan en las de ellas o cuando ven que usted es más brillante que ellas, no dudan en hacer se acostó en la cama de Procusto. ¿Cómo las personas con Síndrome de Procusto actúan? Es evidente que en nuestro día a día nadie aplica la misma violencia que el Procusto del mito griego, sino una agresividad encubierta que a menudo vemos en el mundo del deporte, de la política o en el ámbito empresarial. De hecho, una cosa que todos sabemos es que aquellos que ocupan los cargos de mayor relevancia en una organización no siempre son los más capacitados ni los mejores preparados.

Esto hace que cuando aparezca alguien brillante, proactivo, creativo y capaz de superar a esas personas en más de un aspecto, no duden en aplicar mil estrategias y despreciables artimañas para anular, humillar y acorralar a los recién llegados en la esquina de la indiferencia donde dejan de ser "un riesgo". Una amenaza capaz de derribar su pequeño mundo de incompetencia y vulgaridad. Características de las personas con síndrome de Procusto

Son perfiles que

viven en medio de una continua frustración y cuentan con una pequeña sensación de control. Pueden tener una autoestima muy baja o, por el contrario, muy alta o exagerada. Son muy sensibles emocionalmente: cualquier situación en que ellas queden en evidencia frente a las capacidades o los aciertos de los demás, tomarán como una gran ofensa.

Al mismo tiempo, esas personas suelen "vender" la idea de que tienen empatía, de que valoran el trabajo en equipo ... Sin embargo, lo que hay detrás de sus palabras es un verdadero egocentrismo y un pensamiento inflexible y extremadamente hostil. Se van a monopolizar todas las tareas. Su nivel de competitividad sólo tiene un objetivo: sobresalir en relación a los demás.

Ellos

  • tienen miedo de los cambios , característica muy común en las empresas dirigidas por líderes tradicionales y nada proactivos que ven cualquier pequeño cambio como una gran amenaza.
  • A veces, asumen una posición irracional. Si, por ejemplo, hacemos una acción que puede significar un beneficio para la empresa, esas personas la ven como un error, una ingenuidad y una idea sin valor. La persona con síndrome de Procusto usa todas sus energías para limitar las capacidades de los demás: son exterminadores de sueños, son represores de esperanzas, manipuladores psicológicos y maestros de la agresión encubierta. Por último, y no menos importante, vale también decir que no dudan en manipular a los demás o en usar su posición para "acabar" con quien se destaca.
  • Debemos escapar de las jaulas construidas por las personas con Síndrome de Procusto
  • Cuando convivimos con personas complicadas, personas caracterizadas por ciertos trastornos o comportamientos que consideramos perjudiciales, casi siempre proponemos aquella historia de "primero aprenda a comprenderlas y luego a lidiar con ellas ".
  • "El talento es bastante común. Lo que existe no es falta de inteligencia, sino de consistencia y coraje. "
  • -Doris Lessing- En ese caso, y cuando hablamos de perfiles que ejecutan el nivel más tóxico y amenazante del Síndrome de Procusto, el más recomendado es mantener distancia .No podemos olvidar que el talento no combina con la amenaza ni con el poder más rígido y perjudicial.
  • Este comportamiento va mucho más allá de la simple competencia.

Cuando se transforma en ataque, cuando tenemos un director o incluso un familiar que nos boicote de forma constante para humillarnos y anular, es necesario tomar la iniciativa y cerrar esa puerta. Por su parte, ese es el momento en que debemos dar un paso más por delante y buscar ambientes en que podamos desarrollarnos al máximo, de acuerdo con nuestros talentos.

Vale recordar también que, a pesar de haber tantos Procustos en nuestro día a día, no debemos rendirles. Todos nacemos para destacar en algún aspecto, debemos desarrollar esa habilidad y encontrar el ambiente más adecuado para sacar provecho en libertad.