Arrepentimientos

Pienso que son pocas las personas que hicieron todo lo que quisieron, desearon o sintieron voluntad en la hora y en el momento oportunos. El más común es encontrar a personas que arrastran por la vida situaciones mal resueltas, frustraciones, decepciones y todo lo que ya se ha quedado atrás y no tiene más sentido en el presente. Lo ideal sería si pudiéramos resolver lo que es posible y está a nuestro alcance y seguimos adelante, sin mirar lo que pasó o lo que debería haber ocurrido. Pero no siempre actuamos de esa manera. Muchas veces tenemos el hábito de pensar en lo que podríamos haber hecho o hablado y no lo hicimos, y sufrir ante esta posibilidad.

Creo que una de las cosas más difíciles que existe es llegar allá adelante, cerca del final de nuestra jornada, y constatar que el saldo de nuestros arrepentimientos es mayor que el de nuestros logros. Llegar a una etapa de la vida y quedarse de frente con nuestras frustraciones y nuestros pesares ... Constatar que la vida ha pasado y nos quedamos con varios nudos y arrepentimientos que podrían haber sido historias de realizaciones... Notar que nuestros anhelos no se concretaron, que había situaciones que podríamos haber cambiado, vivido, escogido de manera diferente, pero que, por innumerables bloqueos nuestros, no lo hicimos ... Concluir que lo que tuvimos ganas de hacer no realizamos ... Percibir las experiencias que quisiéramos haber tenido y no vivimos ...

Cuando nos conscientes de que hemos alcanzado más de la mitad de la vida y que, por desgracia, no hay más tiempo para solucionar lo que quedó atrás, lo que no funcionó, lo que no se ha hecho, que los años que nos sobran no son suficientes para ello y que el tiempo no vuelve, debe golpear una enorme desesperación. Creo que en momentos así tenemos la certeza de que el tiempo puede ser un gran aliado en ciertas cuestiones, pero un gran villano en otras. Él es implacable con su propio movimiento, y nada ni nadie le escapa! Nos queda sólo mirar la vida y ver con claridad, revelada en blanco y negro, la colección de arrepentimientos que juntamos. Arrepentimiento por no haber experimentado aquella comida diferente durante el viaje a ese país exótico. Arrepentimiento por no haber controlado la ansiedad, la vanidad, y haber metido los pies por las manos, cuando el momento nos exigía paciencia, tolerancia y madurez.

Arrepentimiento por saber que la vida no tiene tecla de rewind,una vez vivida, vivida está, aunque el resultado no sea lo que esperábamos. Arrepentimiento por percibir que la vida no nos da tiempo extra para acertar y arreglar lo que pasó y necesita de reparación. Sólo tiene ese sentimiento quien no dijo lo que sentía, no vivió lo que quería en el momento en que ocurrieron los hechos.Arrepentíos por no haber abrazado a aquella persona que amamos y haber confesado nuestro amor, cuando era esa la voluntad de ella y la nuestra. Sin embargo, el miedo y la inseguridad fueron mayores, y silenciamos.

Arrepentémonos por no haber impedido a la persona de nuestra vida, en aquel último encuentro, de partir, cuando nuestro deseo era que ella se quedara, ni que fuera por otro segundo, porque queríamos que aquel momento no terminara nunca, el tiempo se detuvo y la vida no prosiguió. Arrepentémonos por no habernos declarado más veces, por haber sido económicos y no haber dicho "yo te amo" todas las veces que sentimos voluntad, por estar presos a convenciones y no expresar ni demostrar todo el tiempo lo que se siente o el oír. que está dentro del corazón. Arrepentíos por la elección que no hicimos, cuando sabíamos, aunque inconscientemente, que era aquella la persona que deseábamos, pero no tuvimos el coraje de asumirla. Arrepentíos por no haber vivido la historia que queríamos con quien llenaba nuestros sueños y nos despertaba lo mejor de nosotros. En vez de eso, contabilizamos los cambios que tendríamos que hacer y medimos cuánto deberíamos renunciar a iniciar otra historia. En el caso de que se produzca un cambio en la calidad de la información, se debe tener en cuenta que, en la medida de lo posible, nuevo ... Frustratemos, porque el comodismo y el miedo hablaron más alto. Nos arrepentimos por no haber pasado más tiempo con la familia y con nuestros ancianos, al que son fuentes inagotables de historias sensacionales, enseñanzas y grandes lecciones de vida; porque los viajes y los programas con "amigos" eran mucho más interesantes que la compañía de aquellos. Nos arrepentimos por haber quedado en una relación desgastada, ilusoria, utilizando como excusa el status, el patrimonio y los hijos, siendo que éstos todavía tienen que convivir con la responsabilidad imputada y el peso de la relación inestable de los padres que permanecieron juntos, pero infelices, y de la culpa indirecta de ellos. En realidad, estaban detrás de las inseguridades, los intereses, los bloqueos, los miedos de cada uno de los socios.

Arrepentíos por haber desperdiciado la vida, al entender que seguimos modelos que no eran nuestros y llevamos una vida de apariencias, de mentiras, de cuenta, de vitrina. No tengo por costumbre pensar en lo que podría haber hecho y no lo hice. Pienso que hicimos lo que pudimos y fuimos capaces en el instante en que las circunstancias aparecieron, con las herramientas internas que disponíamos. No podía ser diferente. Sin embargo, sin lugar a dudas, no debe ser fácil ponernos frente a frente con nuestras propias frustraciones y ver que lo que nos quedaba fue quedarnos en la ventana de nuestra vida viendo nuestros arrepentimientos o las situaciones que podríamos haber cambiado y las opciones diferentes que podríamos ha hecho - pero que, por innumerables dificultades nuestras, no han sido posibles - desfilar ante nuestros ojos. Por lo tanto, nos resuelve tratar de resolver lo que aún es posible y está a nuestro alcance, minimizar los efectos de esos contratiempos en nuestra vida, levantar la cabeza y seguir adelante, pues el futuro es una verdadera caja de sorpresas.