La sensibilidad es signo de fuerza, no de debilidad

La sensibilidad en nuestra forma de comportarnos, comprender y comunicarnos no es una señal de debilidad, sino de fuerza. Esta afirmación es contraria a lo que parecen ser los pilares del pensamiento de muchas personas, que entienden que los sentimientos nos hacen vulnerables.

Las emociones, los sentimientos y las sensaciones han sido castigados a lo largo de nuestra historia, por lo que no es extraño que la sociedad piensa que ellos hacen que seamos menos eficaces, fuertes y capaces a la hora de tomar decisiones y caminar por la vida. Por suerte, esto empezó a cambiar y cada vez damos más importancia a nuestra parte emocional, así como a la capacidad de mostrar sensibilidad a la hora de comunicarnos y de relacionarnos con las personas a nuestro alrededor.

CompartirIntimidad, autenticidad y sensibilidad en la comunicación

La comunicación sensible requiere franqueza.

Lo que sucede es que, al ser francos o decir lo que pensamos, podemos herir a las personas, por lo que debemos saber que, además de ser honestos, al mismo tiempo tenemos que expresarnos de un modo que no lastimar a nadie. ¿Cuál es el secreto de la comunicación sensible?

Expresar un sentimiento, no un juicio.Juzgar a los demás implica destruir cualquier tipo de sensibilidad de franqueza de la comunicación. Es decir, en vez de decir a alguien"Usted es un mentiroso!" , debemos preguntarse a nosotros mismos lo que significa antes de comunicar este juicio de valor.Así, en vez de sentenciar, debemos hablar de los sentimientos que los comportamientos de esta persona nos provocan. Es decir:

"Me molesta que lo hagas", "Me molesta mucho cuando lo haces".Siempre siendo muy concretos y haciendo énfasis en lo que la situación generada nos hace sentir.Las expresiones que exteriorizan juicios carecen de sensibilidad, y la única función que tienen es la de proteger el "yo".

CompartirNo hay vulnerabilidad en nuestros sentimientos, emociones y sensaciones

Muchas personas se comunican a través de juicios, por miedo a mostrarse sensibles, ya que entienden que, a través de los sentimientos, muestran vulnerabilidad. Sin embargo, como estamos relatando, nada más lejos de la realidad ... Mientras que los juicios y las opiniones son pura suposición, no hay nada de especulación en los sentimientos.

La medida en que favorecemos la sensibilidad en nuestras relaciones más estrechas, vamos "mostrando" una mayor vulnerabilidad. Suponemos que nadie va a aprovecharse de eso y usamos nuestros sentimientos para promover una comunicación efectiva. Sin embargo, en las relaciones "menos estrechas o sólidas" tienden a mostrar una postura de juicio y de frialdad, como si ésta supusiera un triunfo, en vez de una postura de vulnerabilidad. Sentimos que, así, parecemos buenos y que la razón se muestra por la insensibilidad, por ser más objetiva.

Como consecuencia,no nos comunicamos con claridad y franqueza, y caímos en la tentación de lo fácil y rápido, temiendo que descubran esta parte de nosotros que creemos ser inferior; pero que, por el contrario, nos hace sabios de corazón.Mostrarnos sensibles y hacer que los demás vean que no somos piedras significa expresarnos seguros, abiertos, relajados, entusiasmados e inclinados al aprendizaje, a la comprensión ya la madurez.

CompartirEs difícil hablar de sensibilidad, pero vale la pena intentarlo.Acaba siendo muy beneficioso madurar dentro de una sociedad competitiva

y desaprender que lo que nos hace fuertes sea percibido como vulnerabilidad. Como ya sabemos, criticar, ridiculizar o ignorar lo que nos molesta sólo lleva a un nivel de tensión que genera conflictos difíciles de resolver. Por eso, esa lección que la sociedad nos da, de no mostrarnos sensibles, sólo puede ser útil en algunas circunstancias, pero no en la mayoría de los casos. Atacar, en lugar de revelar sentimientos y sensaciones, es un error que puede tener un precio muy alto. Sabiendo esto, debemos saber claramente que la sensibilidad es un don que merece ser potenciado, porque vivir "de corazón" es lo que nos hace especiales y auténticos.