Debería', esa palabra que tanto nos sostiene

Una gran cantidad de "deberías" nos asedia diariamente, convirtiéndonos en presas acorraladas , sobreviviendo a la base de posibilidades que nunca llegan.Este "debería" se transforma en una especie de utopía, en sueños no realizados, en leyes inquebrantables y en barreras que no nos dejan avanzar. Sin duda,

"debería" es una palabra que nos acorta a nuestros miedos, inseguridades y la falta de acción. Por eso, es necesario librarse de esa carga que llamamos "debería", que tiene el poder de hacer cualquier camino más tortuoso. Debería + (rellene como desee) ¿Cuántas veces usted ya dijo la palabra "debería" (o habría que) en los últimos días? Supongo que usted no llegó a contarlas, pero sin miedo de equivocarse, yo apostaría a que se le dijo más veces que lo necesario. Sin duda,

"debería" es una de las palabras más frecuentes en nuestros diálogos internos.

Esa forma de conjugar el verbo "deber" anda de la mano con las ideas irracionales, esas creencias que nos perturban y no nos dejan vivir satisfactoriamente. Estas creencias están profundamente arraigadas dentro de nuestro interior y gobiernan nuestra existencia. Pero en vez de ser un punto de partida para conseguir algo mayor, lo que hace es precisamente bloquear nuestra tendencia a la acción. El "debería" o el "tengo que" generalmente están acompañados del "siempre" o del "nunca". Nada es tan nítido y riguroso. Muchas personas emplean esas palabras como una forma de mentir para sí mismo. Piensan que al imponerse una tarea condicional van a empezar a marcarlas como realizadas en sus agendas, cuando en realidad ellas están dando fuerza -con su discurso interno- a la posibilidad de no realizarlas.

El deber no genera acción, sino negaciónCuando afirmamos que deberíamos hacer algo específico, en la mayoría de los casos no conseguimos actuar de la manera que queríamos. En su lugar,

todo termina quedando en el marco de las promesas no cumplidas

, en una idea dicha aleatoriamente o incluso de manera inconsciente de convencernos de que cambiaremos.

Por ejemplo, al decir "yo debería adelgazarse porque el médico dijo que mis últimos exámenes no son muy buenos" usted está pensando en el problema. Muy bien. Pero no en la solución. Puede que la frase continúe con un "debería hacer dieta" o "debería ir a la academia". Ambas son supuestas acciones con más probabilidad de ser rechazadas que aceptadas. En vez de incorporar tantas variables a su futuro, usted podría decir: "comenzaré la dieta" o "me matricular en la academia". Tal vez de esta manera sea más fácil alcanzar sus objetivos. Sin embargo, esto todavía no es lo ideal.Lo mejor en estos tipos de situaciones es dar el primer paso

: sacar de nuestra nevera todo aquello que no está en nuestra dieta o poner el tenis y empezar a ejercitarse.

Elimine los "debería" y viva más ligera. El verbo "deber" (en todos sus tiempos) se refiere a una obligación. Un concepto que podemos o no comprender, pero del que es imposible escapar. Si nos vemos forzados a hacer algo que no entendemos y aprendemos de memoria esos mandatos superiores, será cada vez más difícil para nosotros tomar la decisión de ponerlos en práctica. Volviendo al ejemplo de la persona que va al médico y él recomienda una serie de medidas para perder peso, y el paciente cuestiona su efectividad. Al no entender la lógica de lo que el especialista propuso, usted no puede cuidar de la situación. Tal vez si el médico le explicara con detalle la ciencia que existe detrás de la relación entre deporte y salud, el paciente diría "debo" en lugar de "debería ..., pero no puedo encontrar una razón para hacerlo más allá del propio deber impuesto" .Las presiones y los pensamientos irracionales que empiezan con la palabra "debería" se instalan en nuestras mentes desde temprano.

"Tengo que sacar buenas notas". "Tengo que obedecer a mis padres y profesores". "Tengo que formarme". "Tengo que formar una familia" ... y un enorme et cetera.

¿Por qué "debería" hacer todas estas cosas? ¿Por qué manda la cultura dominante, la sociedad y sus costumbres? Esto no es una respuesta satisfactoria. ¿Qué tal si empezamos a entender que sacar buenas notas, respetar a los más viejos y elegir un buen curso universitario o casarse no "deberían" volverse fardos en nuestra espalda?

Cuando el "debería" nos hace sentir miedo y culpa

Las normas sociales se han instaurado desde hace mucho tiempo y por eso la mayoría de las personas nunca las cuestionan. Estos "debería" que nos imponen por una regla moral o cultural no se han pensado para irritarnos o perjudicarnos, pero están ahí y muchas veces interfieren en la posibilidad de tomar nuestras propias decisiones.

¿Qué pasa si no cumplimos con los "debería" que se nos han impuesto desde que nacimos? Tenemos miedo, principalmente cuando la realización de una premisa antigua nos priva de la felicidad.

Los "debería" que no cumplimos nos hacen sentir culpables.

¿Sabía usted que ese sentimiento está presente sólo en las personas y en los animales domésticos, y en estos últimos sólo porque absorbieron de los seres humanos? Si hacemos nuestros deberes estaremos libres del peso, pero no de la culpa. El pensamiento que afirma que "cuando derribamos un mandamiento social estamos perjudicando a la propia sociedad" en muchas ocasiones está equivocado. No dejamos de ser buenas personas por no tener curso superior. No nos convertimos en una amenaza para la comunidad por no casarnos.Tenga en cuenta que ciertas acciones lo harán feliz aunque no carguen el peso de los "debería".

Coloque las manos a la obra y pase del pensamiento a la acción. Las ideas irracionales o heredadas continuamente son el mayor obstáculo para vivir plenamente y todo porque, sin querer, seguimos alimentando su existencia.