La pereza social

La pereza es uno de los males de nuestro tiempo. La pereza, falta de voluntad de trabajar, ocio voluntario ... a veces, cuando trabajamos en un grupo, algo extraño sucede: el todo es menor que la suma de las partes. En otras palabras, lo que cada persona contribuye es menor cuando se está en un grupo. Esto se conoce como la pereza social. La pereza social es la tendencia a ejercer menos esfuerzo en una tarea cuando los esfuerzos de un individuo forman una parte no identificable dentro de un grupo,

en comparación con cuando la misma tarea se ejecuta individualmente. La experiencia de trabajar en grupo puede llevar a la gente a trabajar menos y con un rendimiento menos eficiente. A priori, algunas de las causas son la falta de motivación y problemas de organización y coordinación. A continuación profundizaremos en este concepto. El comienzo de la pereza

En 1880, el ingeniero agrícola Max Ringelmann fue el primero en estudiar la pereza social. Ringelmann colocó a 14 personas para arrastrar una carga y verificó la fuerza realizada por cada una. Las mismas personas también se colocaron para arrastrar la carga individualmente. Los resultados mostraron que

cuando las personas arrastraban la carga individualmente, ellas ponían más fuerza en relación a cuando estaban todos juntos. Mientras Ringelmann culpó la reducción de esfuerzo a una mala coordinación, estudios posteriores descubrieron otras causas. En un estudio en que los participantes tenían que aplaudir y gritar tan fuerte como pudieran, se descubrió que el nivel de ruido que cada persona hacía disminuía cuanto mayor el grupo en que estaba. La conclusión fue que la gente se esconde en la multitud.

La pereza social: ser tan perezosa como los demás La gente no se preocupa de tener un desempeño menor dentro de un grupo cuando su contribución individual no es identificable.

Cuando alguien no puede ser responsabilizado por la inferioridad de su actividad en relación a los demás, las personas tienden a hacer menos esfuerzo de lo que podrían.

Pero la pereza social no depende sólo de si es posible o no identificar la contribución de cada individuo. La equidad y la comparación social son factores que también intervienen. El hecho de que una persona en el grupo haga menos va a llevar a otras personas a acordar hacer el mismo , o sea, ellas serán equitativas. Por otro lado, comparar el desempeño de uno con el de los otros produce un sentimiento de presión para hacer más o menos lo que se podría hacer.

La pereza mental La pereza social no ocurre sólo al realizar tareas que requieren esfuerzo físico.También ocurre en tareas cognitivas, especialmente cuando tenemos que pensar.

Por ejemplo, en un "brainstorming" (lluvia de ideas). Cuanto mayor es el grupo, mayor es la reducción del número de ideas con que cada persona contribuye. Así como en tareas que requieren el esfuerzo físico, en aquellas que requieren el esfuerzo mental, la equidad y la comparación social pueden conducir a la pereza.

Un ambiente donde la pereza social está muy presente es en grupos de trabajo. Cuando tenemos que trabajar en equipo, nuestros esfuerzos pueden ser reducidos, así como los de todos los miembros. Por lo tanto, una buena coordinación con la asignación de tareas puede hacer que cada persona dé el máximo posible. El hecho de que una o varias personas den su máximo puede llevar a los demás a seguirlas, pero también puede llevarlas a hacer lo mínimo.

La importancia de la pereza El tipo de tarea a realizar también influye. La pereza social ocurre en menor nivel cuando las tareas son interesantes.

Cuando el nivel de compromiso es alto, la pereza también se reduce. Si las tareas de cada individuo son necesarias para el éxito, habrá menos pereza debido a la presión social para alcanzar el éxito.

Por lo tanto, la pereza social no siempre ocurre en trabajos en grupo. Algunas maneras de evitarla o, al menos, reducirla son las siguientes: Hacer identificable el esfuerzo individual.

Aumentar el compromiso con la ejecución satisfactoria de la tarea. Dar la oportunidad de evaluar las contribuciones en los ámbitos individual y colectivo. Si tenemos que hacer una tarea en grupo, es importante que todos los miembros del mismo tengan una gran motivación. Si no, podemos por lo menos podemos intentar evaluar el desempeño de cada persona, dándole importancia al objetivo final.

  • Una buena gestión del trabajo en grupo requerirá que cada miembro valorice su trabajo y el de los demás.