Fobia social: miedo a ser juzgado

La fobia social es un miedo irracional que implica un gran malestar frente a las relaciones sociales. Aquellos que padecen esta fobia intentan mantenerse distantes y aislados, ya que no les gusta cualquier tipo de relación y de interacción con las otras personas.

Es un tipo de fobia que tiene muchas limitaciones, ya que el contacto humano es fundamental. Necesitamos relacionarnos con nuestro entorno en todos los ámbitos importantes de nuestra vida, sea en el profesional o en el familiar, para conocer a un pretendiente o comenzar y mantener una amistad.

Quien padece de fobia social evita todo tipo de circunstancias en las que tenga que ser forzado a interactuar con otras personas. Sin embargo, muchas veces esto no es posible. Por lo tanto, no queda otra opción a no ser frente a situaciones que le son muy difíciles, principalmente porque no puede apartar la idea de su mente de que está siendo constantemente juzgado.

Aprendí que el coraje no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El valiente no es el que no tiene miedo, sino el que derrota ese miedo.
-Nelson Mandela-

Entendiendo la fobia social

Aunque existen muchas fobias, la fobia social es una de las más incomprendidas y paralizantes.Eventos sociales, fiestas, reuniones - en suma, situaciones en las que hay que exponerse ante otras personas - son las experiencias más temidas. De su anticipación nace una fuga que alimenta la sensación de ansiedad.

El miedo más profundo en esta fobia es el de verse ante situaciones comprometedoras, que se vuelven vergonzosas y humillantes. Poseen esa naturaleza por las consecuencias del propio miedo y de la ansiedad, sea por la creencia de sentirse incapaz de afrontar tal situación. Los que padecen de fobia social se sienten incomprendidos y, en cierta forma, marginados.

Su complejidad e importancia está en el hecho de que la persona necesita el contacto social que, al mismo tiempo, evita. Siendo así, la persona se siente dentro de un centro de fuerzas que le provocan una sensación desagradable. Para que esta fobia sea diagnosticada como tal, necesita ser limitante para quien la sufre. Él interfiere en su vida de una forma paralizante, produciendo malestar grave, impidiendo el desarrollo en diversos ámbitos del día a día.

Posibles causas de la fobia social

Las causas de esta fobia pueden ser varias, y

el período más sensible en el cual ella puede desarrollarse es en la adolescencia. Su surgimiento puede estar relacionado con padres que siempre fueron superprotectores, y también puede aparecer a partir de la falta de habilidades sociales.Surge una gran ansiedad ante las situaciones donde se anticipa una interacción social, en las que puede haber algún tipo de contacto y cercanía social. La activación psicofisiológica que ocurre en estas situaciones puede provocar síntomas como: taquicardia, angustia, temblores, rubor, tartamudez y sudor continuo

Una vez que la persona ha adquirido esta fobia, es mejor consultar a un especialista.

Las principales metas a trabajar son el control del miedo irracional y del malestar provocado. Tenemos dificultad para aceptar y expresar nuestras necesidades. Ante el propio miedo de ser juzgados, juzgamos a los demás.

CompartirEl propio miedo a ser juzgado

De una forma u otra,

todas las personas tienen miedo del juicio de los demás en cuanto a capacidades, actitudes o sentimientos, sean pasados, presentes o incluso anticipados. El problema se manifiesta cuando este miedo comienza a ser obsesivo, tornándose limitante y patológico. La queja común es que no somos comprendidos por los demás y que nadie nos entiende

. Nos quejamos de la falta de empatía sin percibir que nuestra actitud y nuestros gestos son generadores de esa soledad y promotores de la falta de afecto.La conciencia y el acto de mirar hacia sí mismos ayudan a no caer en la trampa de pensar que todo lo que sucede es culpa de los demás. En nuestra propia manera de ver las cosas y de actuar hay consecuencias, de modo que somos responsables también por lo que acabamos atrayendo hacia nuestra vivencia. "A veces somos muy obstinados para admitir que tenemos necesidades, porque en nuestra sociedad la necesidad es equivalente a la debilidad. Cuando internalizamos la ira, ésta suele expresarse en forma de depresión y de culpa. La ira contenida internamente cambia nuestras impresiones del pasado y distorsiona nuestra perspectiva de la realidad actual. Toda esta vieja ira se convierte en un asunto pendiente, no sólo con los demás, sino también con nosotros mismos. "

-Elisabeth Kübler-Ross-