Sincronicidad, la curiosa ciencia de las coincidencias

"El mundo es un huevo" o "¿Qué mundo pequeño!" Son expresiones que sin duda usted ya ha utilizado o ha oído en algún momento. Estas expresiones se utilizan cuando se produce una situación de coincidencia. Un encuentro de sorpresa con alguien que usted conoce en una ciudad diferente a la suya puede ser un ejemplo de coincidencia. Pero ¿qué sucedería si supiéramos que, en realidad, eso tiene que ver con una ciencia llamada "sincronicidad"? Mismo que parezca increíble, importantes investigadores estudiaron e intentaron identificar las relaciones que pueden existir entre dos fenómenos gravados como muy improbables o que parecen no tener conexión alguna. Y no fueron nombres muy desconocidos los que intentaron dar alguna explicación para estos acontecimientos. Podemos hablar de gente de renombre, como Carl Jung, por ejemplo, que inventó el término "sincronicidad". "Una vez es accidente, dos es coincidencia, y tres es acción del enemigo". - Ian Fleming -

¿Qué es la sincronicidad?

A veces pensamos que el universo nos está enviando señales cuando ocurren coincidencias que son muy sorprendentes. Sin embargo, para Jung, era simplemente la sincronicidad, que podría ser definida como
la simultaneidad de diferentes eventos vinculados por un sentido que no es el de la coincidencia

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Es decir, podemos resumir esta singular ciencia enuna coincidencia temporal de una serie de eventos (dos o más), que a pesar de estar relacionados entre sí, no son influenciados el uno por el otro. Sin embargo, existe una relación de contenido.Para intentar hacer esto más fácil, imagínese que usted tiene un buen amigo. Un día, hablando con su padre, usted le habla sobre esa amistad y comenta su nombre con él, quién es su familia, etc. Así, de la nada, su padre percibe que su amigo tiene una relación familiar distante con la suya, porque el abuelo de su amigo y su abuela eran primos de segundo grado.

Observemos en el ejemplo que el hecho de que usted y su amigo sean parientes lejanos no tienen nada que ver con su amistad y ni con cómo sucedió. Sin embargo, hay una relación de contenido, pero no de coincidencia.Más detalles curiosos sobre la sincronicidadMuchos autores estudiaron o hablaron, incluso sin saber, sobre esa peculiar ciencia. Para Friedrich Schiller, por ejemplo, el azar surge de fuentes profundas, por lo que la coincidencia no existe. Sin embargo, el surrealista André Bretón consideraba la existencia del azar objetivo, cuando sus deseos convergen con lo que el mundo ofrece. Pero, de acuerdo con Jung, cuando hablamos de sincronicidad, nos referimos a la unión de acontecimientos internos y externos

. Siendo así, el individuo que vive determinados acontecimientos encuentra sentido en la unificación de ambos.

A pesar de acudir a la metafísica para justificar estos acontecimientos, como puede ser el azar o la suerte, incluso la magia, en realidad ocurrir en forma de atracción inconsciente. Una atracción inconsciente que hace que las cosas sucedan, al menos de acuerdo con lo que Jung considera. Esto nos lleva al reconocimiento de patrones. Es por eso que esta teoría del autor, que nace del psicoanálisis, choca con movimientos racionalistas y materialistas. Sin embargo, el famoso psicólogo estableció épocas más o menos propicias para la aparición de las sincronicidades.

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El reconocimiento de patrones Cabe destacar que Jung establecía la sincronicidad o

ocurrenciacomo una búsqueda de patrones reconocibles. Por esta razón, según el psicoanalista, fases tras la muerte de personas queridas o cambios en el trabajo provocan una mayor energía para la coincidencia. Todo esto se debe a los cambios provocados en nosotros después de esas situaciones, que nos llevan a buscar patrones reconocibles que den sentido a nuestra búsqueda. Así, este impulso de reconocimiento que parece que todos tenemos, es la base de la sincronicidad.De acuerdo con algunos estudios, en momentos de alta cantidad de dopamina en el cerebro, en caso de situaciones estresantes o de gran profundidad emocional, tendemos al pensamiento mágico. Pero esa magia, que sería la coincidencia, es en realidad la sincronicidad.

Sin embargo, no se debe despreciar la necesidad de búsqueda por patrones. Esto es algo natural que tenemos en la mente humana desde el tiempo de las cuevas. Y más, este tipo de pensamiento está ligado a la anedonía, cuya inexistencia podría provocar la incapacidad de sentir placer. Es decir,

esa es, en realidad, una habilidad que nos ayudó a sobrevivir durante miles de años."No creo en la coincidencia ni en la necesidad. Mi voluntad es el destino ".

- John Milton

Entonces no piense en la locura de la coincidencia y del accidente. Somos propensos a buscar patrones y, en muchas ocasiones, nuestro cerebro se ocupa de esa información de forma inconsciente. Sin embargo, es un mecanismo valioso que nos ayuda a tomar decisiones.Tal vez la magia de la coincidencia no exista, pero puede ser hermoso y útil pensar que sí.