La era de la superficialidad: allí puedo ser quien quiera

La vida social es algo turbulenta, pero nadie es capaz de vivir aisladamente y ser feliz. Necesitamos relacionarnos; forma parte de la esencia humana la necesidad de convivir con los demás, y eso nos hace únicos: la capacidad de tener emociones y sentimientos y expresarlas. Para ajustarse a la sociedad, muchos necesitan vestir la superficialidad y seguir la vida.

Fingem vivir. Sobrevivir. Jugar con el tiempo. Y por hablar en tiempo, él ha pasado tan deprisa, ¿no es así? Señales de lo que hemos hecho, vivido en función de él y olvidándonos de lo que realmente importa. Se pasa más tiempo en la superficialidad de lo que se vive de hecho.

¿Cuánto tiempo pasa al día en las redes sociales? ¿Cuánto tiempo usted estudia y / o trabaja por día? ¿Cuántas horas al día duerme? ¿Cuánto tiempo has vivido realmente? La era virtual ha contribuido mucho a esto. Allí las personas pueden ser quienes quieran. La niña fuerte, superpoderosa, competente, exitosa, con el cuerpo perfecto, miles de admiradores; que esconde la depresión, la soledad, las marcas en su cuerpo para aliviar el dolor, la autoestima allá abajo, el suicidio.

Vivimos la superficialidad

Como alguien como ella puede hacer eso?

Es más fácil, la gente acepta más, allí usted es visto de la forma en que le gustaría, allí usted hace su personaje, se aleja de la vida real, esconde sus dolores y disgustos y se aniquila. Es como torturar poco a poco. Se esconde de allí, esconde un poco más aquí, cambia eso, añade aquello, y listo, "ahora soy quien realmente quería ser". Es como una bola de nieve: cuando ves, ya está enorme y llena de cosas. Es legal por un tiempo, pero después ... ah después,

cómo volver a ser yo mismo? Cuidado al entrar en esa "vida paralela".

Hay mucha gente que se perdió, ya no sabe quién es, qué hacer sin ese personaje. Para los padres principalmente, queda la alerta: lo que sus hijos están haciendo en internet? ¿Quiénes son en la vida virtual? Pero no sólo los adolescentes, muchos adultos también trazan una trama que no existe, se vive de apariencias, fotos siempre bellas y felices, pero si se detiene para pensar, ahí vienen los sustos de la vida: porque fulano lo hizo? ¿Cómo pueden separarse? Y toda esta novela virtual ha sido llevada a la vida real: las personas no viven, sobreviven, fingen vivir. Las relaciones personales se han vuelto superficiales. Vínculos frágiles, personas heridas, superhéroes derrotados.

Conocer a sí mismo, conocer al otro y relacionarse verdaderamente requiere mucho coraje.