La importancia de enseñar habilidades emocionales a los hijos

Mi niño también dice "te amo", busca mis abrazos, es cariñoso y no vacila en darme demostraciones de afecto y cariño. Porque los niños, así como las niñas, también poseen esa mirada sensible y atenta que debe ser respetado y estimulado a través de una Inteligencia Emocional adecuada, que nunca reprima sus sentimientos, sus necesidades o sus tesoros emocionales. Es necesario enseñar habilidades emocionales a los hijos, ya sean niños o niñas.

Desarrollar, o mejor, incentivar ese lado más sensible de nuestros niños es algo en que, sin duda, vale la pena invertir nuestra atención, nuestro tiempo y, principalmente, nuestra intuición. Sin embargo, y por más curioso que pueda parecer, por más comprometida que la sociedad y las familias estén en apoyar esa "aparente" igualdad entre los géneros, todavía hay muchos aspectos a observarse.

"No es la carne ni la sangre que nos transforma en padres e hijos, pero el corazón."
-Friedrich Von Schiller-

Recientemente se realizó una encuesta con niños y niñas de diferentes escuelas de España en la que, por primera vez, las niñas dijeron que en el futuro querían ser parecidas a una figura masculina específica: Amancio Ortega. Actualmente, las niñas internalizaron que para alcanzar el éxito social deben incluir en su día a día capacidades tan positivas como el emprendedorismo, el riesgo, el coraje o la acción, dimensiones que hace muy poco tiempo estaban vinculadas exclusivamente al género masculino. Sin embargo, por curioso que pueda parecer, mientras que las niñas toman conciencia de que pueden hacer que sus características limitadas no se transpongan en el sexo opuesto, los niños siguen siendo víctimas de una masculinidad defensiva

en la que no es adecuado incorporar aspectos que tradicionalmente han sido identificadores del universo femenino, como pueden ser la sensibilidad, la delicadeza, la dulzura ... Podríamos decir, por lo tanto, que a pesar de todos nuestros progresos sociales, el sexismo sigue siendo un limitador natural

de la manera como educamos a muchos de nuestros niños. Y más, hay que recordar también que el sistema patriarcal no sólo discrimina y oprime a las mujeres, sino que limita a los hombres y les dice "cómo deben ser, cómo deben actuar y cómo deben reaccionar. El enmarañado simbolismo del "debe ser" y los círculos de hombres Roberto acaba de terminar su relación. Después de ocho años, su ex compañera declaró abiertamente que no le ama más. Nuestro protagonista vio que su mundo se fragmentaba en mil pedazos y vio cada uno de esos pedazos ser clavado en su corazón y en su mente. Me duele tanto que no puede respirar, no sabe qué hacer ni cómo reaccionar.

Roberto siente necesidad de buscar el apoyo de sus amigos. Sin embargo, acaba de darse cuenta de que tiene una relación basada en "actividades" con la mayoría de sus amigos, con algunos juega baloncesto, con otros practica karate o juega RPG. Él tiene, sin embargo, su amigo de siempre, Carlos. Roberto sabe que con él podría conversar, hay confianza entre los dos y Carlos podría oírlo, ser un hombro amigo ...

Pero aún así hay un problema más complicado, profundo y desesperante para Roberto:

él no se atreve a buscar esa la intimidad, no sabe cómo hacerlo, le faltan habilidades.

Finalmente, después de unos meses de oscuridad y uno u otro pensamiento suicida, Roberto decide pedir ayuda profesional. Después de algunos meses de terapia, el psicólogo recomienda a Roberto una cosa de la que nunca había oído hablar, una cosa que, curiosamente, va a ser tan positiva como terapéutica: los círculos de hombres. Características de los círculos de hombres A través de nuestra socialización, lo que se consigue muchas veces es una clara homogeneidad. Nuestros padres inculcan en nosotros - así como los padres de Roberto hicieron - toda una trama simbólica y funcional sobre "cómo usted debe ser, cómo debe actuar y cómo debe pensar" en base a su sexo. Algo de ese tipo hace que tarde o temprano aparezcan contradicciones, sufrimientos e innumerables frustraciones.

Los círculos de hombres tienen como objetivo crear espacios seguros y privados en los que los hombres puedan conversar sobre sus pensamientos, sus necesidades y, principalmente, desahogar sus "tempestades emocionales". Una cosa con la que todos concuerdan y que, sin duda, será de gran ayuda a nuestro protagonista es saber que son libres para dejar caer esa armadura a prueba de balas que las sociedades les impuso. Son libres para llorar, para mostrarse sensibles, son libres para hablar sobre lo que deseen sin ser juzgados por el clásico esquema patriarcal.

La importancia de enseñar habilidades emocionales a los hijos

Muchos padres y madres no ven la necesidad de enseñar habilidades emocionales a los hijos varones, al contrario. "No llore", "no sea indeciso", "reaccione", "no se muestre débil", "no hable así, usted parece una niña, hable más alto ...". Todas estas expresiones son, en realidad,

mandatos sexistas y discriminatorios que vean por completo el desarrollo emocional de su hijo.

Esto no es correcto. Si desde temprano iniciamos la incorporación de esta serie de códigos y papeles presentes en la definición cultural de masculinidad, lo que conseguiremos es dar al mundo una persona emocionalmente limitada y con un apego inseguro. "Un buen padre vale por cien profesores." -Jean Jacques Rousseau- Ahora, es muy probable que estos niños sean capaces y competitivos en el dominio del espacio y en las habilidades instrumentales, no hay dudas. Sin embargo, no tendrán habilidades emocionales, serán incapaces de tolerar la frustración

y no poseer mecanismos eficaces para analizar y tratar con sentimientos tan comunes como la tristeza o el miedo.
Vamos a pensar bien ... Vale la pena educar a los niños que en el futuro serán infelices y crear ambientes tan frustrantes como los que tuvieron? Es claro que no. Por eso es tan importante enseñar habilidades emocionales a los hijos.

La mayor parte de los niños, sean niños o niñas, son afectuosos y cariñosos por naturaleza. Estamos programados para conectarnos con las personas y para entender que las caricias emocionales, la sensibilidad y la ternura nos permiten vincularnos mucho mejor unos con otros. Vamos a respetar y estimular esos aspectos, vamos a permitir que nuestro niño continúe desarrollando con libertad su expresividad emocional, que sea libre para pedir o dar un abrazo, que no tenga problemas en llorar cuando lo necesite, que aprenda a entender esos universos internos que, al fin de cuentas, nos dignifican como personas. Es necesario enseñar habilidades emocionales a los hijos sin la necesidad de hacer diferenciaciones entre géneros.