El amor al dinero es la raíz del todo mal

"Porque el amor al dinero es la raíz de todos los males" - Versículo bíblico

Ganancia, drogas, bebidas, prostitución, explotación, esclavitud, avaricia, abuso, prepotencia, orgullo, violencia, corrupción ... Si hago una reflexión un poco más larga voy a encontrar, ciertamente, varios otros adjetivos podridos para asociar al dinero, tan necesario y tan devastador.

¿Necesario? Tal vez no fuera si vivimos de escambo aún, si cambiamos nuestra capacidad intelectual y braza unos con otros en una utópica convivencia socialista e irreal para los días en que vivimos.

Las cosas no son así ... Y aunque no sean diferentes, podrían ser menos abrumadoras. Me parece que todos están preocupados por cuánto van a ganar o perder en todo lo que hacen en la vida. Y todos están preocupados por el volumen de eso.

No hay límites para el amor al dinero ...

Los parientes se acercan a los ojos en una herencia por venir. Las familias se deshacen ante una herencia repartida "injustamente". Los hijos hacen planes con lo que harán con el dinero que los padres dejarán después de morir (y algunos ya lo usan en vida) y los padres tuercen para el éxito de aquel hijo que más parece una mina de oro prometedora. No estoy generalizando ... Pero casi podría.

El tráfico de drogas existe para sostener la ambición de grandes potencias detrás de ellas. No pienses que rico es el jefe de la boca. Rico es el tipo que pasa lejos de las drogas y de una vida corruptible, y extrae de toda una masa viciada y degradada sus riquezas y el lujo con que desfila su aparente vida de moral y buenas costumbres. Y así es para la prostitución, la política, la iglesia inmoral, la ropa del 25 de marzo que usted compra feliz a R $ 3,00, cuya pieza fue cosida por un extranjero esclavizado que gana R $ 0,01 por cada 10 piezas confeccionadas y nunca recibe su salario porque está siempre debiendo al patrón generoso.

¿Crees que eso no existe? Yo sé que muchos creen ...

Yo misma a veces prefiero esconderme en la ceguera e ignorancia de las informaciones que no tengo, y encontrar que toda la putrefacción que corre a mi lado corre al margen de una sociedad que predica el amor al dinero ya la que no pertenezco. Pero pertenezco. Y tú también. ¿Cómo podemos cambiar esto? No propongo que hagamos camisetas y paseos de concientización. ¡Aja y reaccione! Cambie apenas usted. Olvídate del resto del mundo.

Y yo sé cómo va a hacer esto, pero empiece de algún punto. Puede ser hasta sabiendo el origen de aquella ropa baratinha y boicoteando la explotación. Pero usted también puede fingir que no sabe nada, comprar barato, vender caro, y dar velocidad a esa rueda que no para de girar.

El mundo está pudriéndose, porque la cesta está llena de naranjas podridas

y aquellos que aún no empezaron a pudrir, dan un paso hacia el lado para no quedar muy cerca, pero no saltan de la cesta. Conviven allí y extraen lo que pueden, en un mundo de hipocresía que se degenera poco a poco arrastrando todos juntos.

El dinero es bueno. Compró este portátil donde escribo para usted y ese celular, ese ordenador donde me lee ahora. Paga el viaje que quiero hacer al final del año para fingir que la vida es más ligera y paga el pasaje que me lleva más cerca de aquella persona que amo. Paga el café que adoro coar todos los días y la energía para aquel baño caliente que yo prezo mucho después de un día lleno. No soy hipócrita o idealista, pero vivimos equilibrando en el límite que separa lo mediocre de lo necesario y de la exageración.

Y cuanto más tenemos, más queremos y peores nos convertimos.

Creo que el amor al dinero es la raíz de todo el mal ... Acorta la vida, roba el tiempo de mis días que pasan tan rápido y para los que dedico tanto esfuerzo para ganar ... dinero. Porque creo que necesito, necesito pagar la farmacia que me vende el remedio para estrés, la escuela que cuida de mi hijo para que yo trabaje para ganar dinero para pagar la escuela. Dentro de mi ataúd, todo el dinero que gana y por ventura acumular no tendrá nada que acelerar el proceso de putrefacción de mi cuerpo muerto.

¿Y en el tuyo?