Cuanto más nos agarramos a las desgracias, más ellas pueden en lastimar

Las personas tienen la capacidad de evocar las situaciones vividas a través de las memorias, las palabras y los lugares. Cuando concentramos nuestra atención mental en las desgracias, más recuerdos y en lo que no ocurrió como esperábamos, en lo que nos causa malestar, en lo que no podemos resolver y no nos detenemos, damos a todo eso la oportunidad de causar un daño recurrente e infinito.

Actualmente la preocupación puede ser considerada una epidemia.Alrededor del 60% de los pacientes que consultan a su médico de familia se quejan de problemas relacionados con la ansiedad. Ciertamente tenemos mucho que preocuparnos, pero a veces llenamos esta bolsa de las preocupaciones con varias ilusiones innecesarias.La encuesta muestra que el 40% de las preocupaciones se refieren a eventos que nunca ocurrirá, el 30% es consecuencia de eventos en los que pensamos con frecuencia, pero que ya han ocurrido, y el 22% se refiere a algo que está a punto de ocurrir.

Como nos muestran las investigaciones, el problema está en el hecho de que la mayor parte de las preocupaciones que tenemos son sobre cosas que nunca van a suceder o que ya han ocurrido.

Cuando nos agarramos a nuestras desgracias, provocamos un cambio en el estado de nuestra mente actual, con una infinidad de distorsiones que son factores de riesgo para enfermedades como la ansiedad y la depresión.Las situaciones negativas fueron, son y serán una constante en nuestras vidas, siempre vamos a tener algo que no es de nuestro agrado, perola clave está en saber hacer frente a ellas y superarlas con pensamientos ajustados a nuestra realidad.

"La vida es un naufragio, pero no debemos olvidar cantar en los botes salvavidas."-Voltaire-

Cuando nos agarramos a las desgracias del pasado Según Antonio Jorge Larruy, uno de los grandes obstáculos que la sociedad actual enfrenta para encontrar la felicidad es que las personas buscan la felicidad en el lugar equivocado.

Un ejemplo se encuentra en una aldea filipina con un alto índice de pobreza y cuyo territorio es el más afectado por desastres naturales. Según el Centro de Investigación y Epidemiología de Desastres, es el lugar más feliz del mundo, frente a ciudades multimillonarias como Monte Carlo.

Tal vez el secreto esté en vivir el día sin preocuparse si un huracán ha terminado o va a acabar con sus casas, y basando su existencia en una amplia red de apoyo social y familiar. Por otro lado, la presión consumista, el aislamiento, el estrés y la importancia que damos al pasado y al futuro en las sociedades interconectadas nos impiden disfrutar del presente. "Tenemos más posibilidades en cada momento de lo que pensamos."-Thich Nhat Hanh -

Educar nuestros pensamientos para enfocar en el presente Cuando nuestra mente se pierde en el pasado o en el futuro, nuestro cerebro queda anestesiado y activamos la zona del córtex preescolar -frontal derecho donde las emociones que nos dañan están alojadas. Las universidades norteamericanas de prestigio, como MIT y Harvard, apuntan que

concentrar los pensamientos en el presente abre nuevos canales en nuestra corteza prefrontal izquierda, experimentando emociones más positivas. Thich Nhat Hanh, maestro zen, activista de la paz y nombrado para el Premio Nobel, argumenta que

residir en el momento presente constituye el único camino verdadero para encontrar la paz

en sí mismo y en el mundo. Gran parte de las enfermedades que sufre están influenciadas negativamente por nuestro dolor emocional o nuestro descontrol mental, que crean mundos imaginarios lejos del presente, casi siempre destructivos. Para educar los pensamientos automáticos

es necesario observar lo que está sucediendo en nuestra mente sin hacer juicios ni quedarnos atrapados en pensamientos. Si estamos completamente establecidos en el presente, como nos invita Thich Nhat Hanh, "no tenemos que correr detrás de caprichos como el poder, la fama u otros placeres".

"El verdadero amor se compone de entendimiento." -Thich Nhat Hanh-