Esta sensación de paz refleja que usted tomó la decisión correcta

Esta sensación de paz que usted siente ahora refleja que usted tomó la decisión correcta. Tal vez no sea la más acertada para algunos, ni la más lógica según otros. De hecho, tal vez ni siquiera sea la mejor. Sin embargo, lo que es evidente es que es la opción que te hace feliz, la que concuerda con sus valores, esencias y sentimientos ...

Sigmund Freud solía decir que tomar una decisión es como montar un caballo de carreras. El animal representa nuestro lado emocional, instintivo, casi desbocado. Por su parte, el caballero es quien lleva las riendas de la razón, quien guía, frena y orienta. Ahora, quien vence la mayoría de las veces a la hora de tomar una decisión es nuestra fascinante arquitectura emocional, allí donde cada día suceden cientos de carreras ... Usted no es la opción de nadie, es su propia prioridad, por eso, a la hora de tomar sus decisiones oiga su corazón. Porque no hay un camino correcto, hay un camino que te hace feliz.

CompartirLa vida es elegir, y

pasamos gran parte de nuestro tiempo practicando el arte de la toma de decisión: café o té, ascensor o escaleras, encender o no conectar, coger este tren o dejar pasar ... Decidir puede transmitir las mismas sensaciones que las que acompañan un salto en el aire. Allí donde son necesarias, eso sí, grandes dosis de coraje y responsabilidad.La opción correcta no existe: existe la voluntad de ser feliz

Henry James escribió un cuento excepcional titulado "El rincón feliz". El cuento nos presenta a Spencer Brydon, un joven que, después de haber obtenido éxito y fortuna en Estados Unidos, vuelve a su casa en Inglaterra. En la soledad de su hogar ahora vacío, se pregunta si tomó la decisión correcta, si la opción de dejar sus raíces y los suyos fue la decisión más acertada. En medio de esta duda existencial, surge de repente su alter ego, ese otro yo que le revela, poco a poco, lo que habría sido de él si no hubiera partido.

La duda de si tomamos o no la opción más correcta es una cosa que siempre nos acompañará. Ahora, así como nos muestra Henry James en este cuento, tomar una decisión parte, primero, del corazón, pero enseguida surge la responsabilidad. De la emoción se pasa a la razón, por encima de todo, a la obligación de ser arquitectos de nuestros propios caminos.

No siempre existen opciones correctas, ni caminos con luces de neón indicando donde la felicidad amanece cada día. La decisión más sabia es la que nos trae paz, la que va de la mano con la conciencia y la que a su vez nos invita a seguir tomando decisiones coherentes sobre la base de tales esencias. El arte de tomar la decisión correcta desde el corazón Ya sabemos que a la hora de decidir por una opción o por otra,

las emociones son como nuestra luz en medio de los océanos de dudas. Ahora, usted también va a gustar saber que la estructura cerebral que más luz irradia en tal proceso es la amígdala. Un deseo no cambia nada, pero una decisión da inicio a todo.

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El cuerpo amigdalino tiene cientos de conexiones en todo el cerebro, es una estructura afinada y fascinante que actúa como un pequeño centinela capaz de evaluar cualquier estímulo, pensamiento, experiencia o acontecimiento consciente o inconsciente. Después de ese análisis, la amígdala emite un juicio, una decisión que más tarde será analizada tranquilamente por la corteza frontal.

Puesto que tenemos claridad de que muchas de nuestras decisiones son tomadas por la vía emocional, veamos ahora cómo podemos conseguir que éstas sean un poco más sabias, más acertadas y responsables. Consejos para tomar la decisión correcta para usted Para ser feliz hay que tomar decisiones y ser capaz de ir más allá de la línea del miedo. Esto es algo que a veces se vuelve muy complicado, lo sabemos, porque

decidir también es tener que dejar muchas cosas atrás.Cuando el corazón pide dar el paso y

aparece el miedo, lo que debemos hacer es racionalizar ese temor y entenderlo. De la emoción pasamos ahora a la razón, porque es la lógica y el pensamiento consciente quien debe invitar, con coraje, a derribar los muros de nuestros miedos.

Cuando sus emociones indiquen un determinado camino, pregunte si usted está siendo realista.

Es una pregunta que usted debe hacerse a sí mismo, sólo a usted ya nadie más. Si usted concluye que es factible, que lo hará feliz y usted lo ve como posible, no deje que nada ni nadie le impide alcanzar este propósito.

Acepte la posibilidad del fracaso. Tolere y asuma que es posible que las cosas no salen bien, pero entienda, a su vez, que para encontrar el camino de la felicidad no basta una única opción. Es sólo una puerta que le mostrará muchos otros caminos. El arte de ser feliz es saber decidir cada día siendo íntegro con la voz del corazón, aceptando los errores para ir poco a poco encontrando los propios caminos vitales, la paz interior de haber tomado la decisión correcta.