Perdonar significa entender, no justificar

Hay personas que tienen dificultades para olvidarse de todo y volver a empezar cuando alguien hace cualquier cosa que las hace daño. Por otro lado, hay otras que perdonan absolutamente todo lo que otros hacen ... ¿Cómo encontrar el equilibrio? Saber perdonar no significa olvidar todo lo que otros hacen sin importar cómo nos sentimos.

Es importante aprender a dejar el rencor hacia atrás, pero sin justificar lo injustificable ... Seguir leyendo para aprender a usar el perdón con equilibrio y mejorar así su bienestar emocional! "Sólo aquellos espíritus verdaderamente valerosos saben la manera de perdonar. Un ser vil no perdona nunca porque eso no forma parte de su naturaleza. " -Laurence Sterne-

La virtud de perdonar comienza en sí mismo
Aprender a perdonar no implica que no nos importa lo que los demás hacen, pero que no dejamos que la irritación o el aburrimiento inicial se convierta en rencor e inunde de malestar nuestra vida y la relación con la persona que nos lastimó. De hecho, perdonarnos nos ayuda a dejar pasar lo que sucedió, pero tomando decisiones que nos protejan de lo que nos perjudicaría en el futuro.

Pensamos en perdonar a los demás, pero tenemos la mala costumbre de olvidarnos de perdonarnos a nosotros mismos. La realidad es que nadie es perfecto.

Por más que parezca cliché, todos cometemos errores. Es importante comprenderlo, pues en muchas situaciones establecemos niveles de auto-recaudación que son imposibles de alcanzar, lo que puede provocar sentimientos de frustración, ansiedad o rabia en relación a nosotros mismos. Por lo tanto, reconocer que somos humanos es el primer paso para aprender a perdonarse. Pero podemos dar un paso más allá: si hicimos algo que consideramos incorrecto, podemos dejar de dar vueltas y vueltas y buscar una solución.

La cuestión reside en cambiar esa espiral de pensamientos que nos llevan a un callejón sin salida de una manera más adecuada de enfrentar el problema. De modo que tenemos dos alternativas: remediar lo que hemos hecho y, si no hay esa opción, pensar en lo que podemos hacer para evitar cometer el mismo error en el futuro.

Perdonar significa entender que los demás también cometen errores Cuando adquirimos conciencia de que no somos perfectos, nos queda considerar lo mismo para las otras personas. Muchas veces, es más fácil justificar nuestros errores que los de las personas con quienes convivimos. La verdad es que, de la misma forma que tenemos exigencias con nosotros, también tenemos con las otras personas.

"Perdonar es no considerar demasiado las limitaciones y los defectos del otro, no tomarlos muy en serio, sino disminuir la importancia que tienen, con buen humor, diciendo: Yo sé que usted no es así!" -Robert Spaemann- Así, esperamos cosas de las otras personas que no siempre pueden darnos.

Entender que los demás no están obligados a atender nuestras expectativas es muy importante

para aprender a perdonar lo que consideramos que hicieron mal. Lo mismo sucede cuando nos decepcionamos con nosotros mismos, es importante dejar el rencor hacia atrás. De nuevo, estar dando vueltas y vueltas en lo que la persona en cuestión ha hecho no nos ayuda en nada. Si algo nos molesta, es necesario tratar de entender los motivos que la persona pudo haber tenido para actuar de determinada manera. En ese sentido, mantener una conversación sobre el tema, tratando de buscar una solución a lo que sucedió, puede ser positivo.

Perdonar no quiere decir que todo es justificable
Sin embargo, no se debe perdonar todo lo que la gente hace por costumbre de perdonar.

Es importante considerar nuestros propios derechos y nuestras propias necesidades. Si disculpamos constantemente los males que los otros nos causan, perjudicamos nuestro propio bienestar e impedimos nuestra autoafirmación. "Perdonar demasiado al que se equivoca es cometer una injusticia con el que no se equivoca."

-Baldassare Castiglione- Aprender a escuchar nuestras emociones en estos casos nos va a proporcionar consejos para saber qué hacer. Así,aprendemos a poner límites a los demás ya defender nuestros propios derechos.

De modo que para aprender a no perdonar absolutamente todo, es importante reflexionar sobre lo que sucedió y sobre cuál es el motivo de nuestra molestia. De esa manera, intentaremos atribuir la responsabilidad de lo que sucedió a quien corresponda.

No se trata de buscar culpables, sino de dar a cada uno lo que le corresponde. Porque antes de disculpar al otro sin más, es recomendable conversar sobre el comportamiento y sobre lo que esperábamos o que nos gustaría que hubiera ocurrido. Se trata, pues, de equilibrar la balanza entre nuestras necesidades y las de las demás personas. Aprenda a perdonar!