Somos hijos del mundo y señores de nuestras voluntades

Embarcando en sueños siempre verdaderos, creyendo en las verdades de nuestra alma, enalteciendo como prioridad lo que golpea más profundo en nuestros corazones y nuestras voluntades.

Somos hijos del mundo, somos señores de nuestras voluntades

¿Y por qué no decir que todo lo que hacemos presenta serventia? Las cosas deben ser muy bien sabidas, para que luego muestren que todo lo que vivimos. Ellas tienen un porqué y una bellísima razón de ser y de existir.

Todo lo que aparezca para usted en forma de ensayos cotidianos debe ser cuidadosamente aprehendido en la casa de los sentires. El espacio delimitado en que estamos embarcados en las esferas del globo está siempre queriendo decirnos algo. Debemos poder siempre ser inventivos, siendo pioneros en nuestras acciones. Todo lo que hacemos debe presentar originalidad.

Las cosas son como son, y no existirá nada que podamos hacer que modificará esa realidad. Pero sí podemos, a menudo, cambiar las cosas de dirección, y es por eso que estamos aquí, para que además de la resignación, podamos ser el portal que alterará rutas. Un mendigo que nos pide comida, un perrito abandonado que necesita cuidado, un niño con cáncer, ya sin esperanzas de poder continuar su jornada, un ciego necesitando atravesar la calle ...Son infinitos factores que necesitan de nuestra atención.

Prestemos nuestras manos generosas, para que esas personas y esos seres sientan que ellos no están solos en ese mundo

. No haga de su vida una caminata vana, una caminata solitaria. Haz que tu egoísmo pueda transformarse en aguas fecundas de bienaventuranzas. De nada adelantará ir a la misa rutinariamente y acatar todo lo que los evangelistas nos dicen, sin antes mover cielos y tierras en favor de quien esté de alguna forma en desventaja en un mundo tan desigual como el nuestro. Es importante que aceptemos cómo somos, siendo como piezas originales que harán que la maquinaria funcione con perfección y correctamente.

Somos de relevancia singular en el cuadro que compone el todo

Nuestras voluntades deben ser mucho más nobles que sólo caprichos mimados de quienes aún no han visto el mundo, excepto aquel mundo aburrido de la casa de nuestros progenitores, que a pesar de invitar, no nos proporcionaría nada más que caminos que ya conocemos completamente.

Necesitamos mucho más que eso,

necesitamos desbravar universos, trabajar; nos sentimos útiles a la sociedad, contribuyendo de alguna forma con nuestra parte significativa de entereza y acrecimiento en el cuadro que compone el todo.No podemos quedar atrapados en cuadrados limitados, recibiendo comida en la boca, y sin obtener el

feedback que las circunstancias allá afuera nos proporcionarían.Salga del capullo, experimente la metamorfosis, cuide bien de usted, cree en las verdades de su alma, siempre existirá alguien que creerá en ella verdaderamente y sin frescura exacerbadas.

Así que todo lo que procreamos serán nuevos paisajes, esperando el escenario perfecto que las hará apreciadas. Viva con toda su alma, vivencie las voluntades, verdades que usted cree y que guarda junto a su noble corazón, aunque este corazón esté calejado, sufrido, y ya sin esperanzas. Es necesario más que simplemente voluntad, es necesaria la iniciativa.El universo pleno que usted lleva en el alma es el encantado medio que le hará ver hermosas estrellas fugaces, con el propósito de decirles que no estamos solos, que siempre existirá fuerza emanada de lo alto, viniendo en nuestra dirección.Haga que todo valga la pena, haga que su vida sea de un colorido impar, enalteciendo su órgano sensitivo, que debe pulsar en el sentido que le proporcionará verdaderos placeres. Sabemos que nada aquí es en vano y que la esperanza siempre brillará deslumbrante detrás de aquel monte.

Creer en la fuerza y ​​las voluntades de su espíritu

y dejar que él le muestre, siempre que sea necesario, la dirección que le proporcionará verdadero sentido en la búsqueda de respuestas. Sigue siempre adelante, pues todo lo que vive es la esperanza que brota desmedida, en el desencadenamiento de nuestro vivo y pulsante corazón. Vaya y no mire hacia atrás; hay vida que seguirá las sendas que usted ha dejado atrás, como huellas que serán como bálsamos, donde el descubrimiento de nuevos mundos se descortinará un día para otro alguien, tan dispuesto a recomenzar como usted un día sintió en su pulsar divino, en los dulces que es el de la vida.