¿Qué podemos aprender de las pérdidas?

Cuando "perdemos" algo o alguien, detrás del dolor, de la confusión y del orgullo, existe una lección que por sí sola nos va a curar. Por más difícil que sea, todos podemos y debemos aprender de las pérdidas.La concepción de la pérdida está ligada a las interpretaciones caprichosas de nuestro ego. Dependiendo de cómo relacionarse con nosotros mismos, veremos la pérdida como una mala jugada del destino o como una situación más por la que pasar y aprender. Ya dijo Charles Dickens, escritor y novelista inglés:

"Aprendo con cada fracaso lo que necesitaba aprender." Nadie está preparado para las experiencias difíciles de soportar.

Las pérdidas y los fracasos nos preparan exactamente para eso. Las pérdidas nos hacen personas más completas y más enteras, enseñándonos una parte de la vida, aunque nuestro ego tiene las esperanzas dirigidas a otras aspiraciones. Todas las personas van a pasar por pérdidas de familiares, amigos, compañeros y no enfrentar o no querer aceptar esa situación es el verdadero problema. Sabemos que estos hechos van a suceder y cuando ocurran aprenderemos algo con ellos. Además, muchas lecciones serán tan valiosas como dolorosas, sin dudas.

"El verdadero medio para salir ganando consiste en no querer ganar siempre."

CompartirCómo aprender con las pérdidas y salir fortalecido? El sufrimiento es un aspecto de la vida que no puede ser erradicado, como no pueden aislarse la influencia del destino que nos predica piezas o de la muerte. Sin ellos la vida no sería completa. Por eso, el dolor de la pérdida de familiares y de personas queridas es un dolor que forma parte del proceso de la vida, sin ella la vida no sería vida. En estos casos, la aceptación es el secreto para que el dolor natural de esas pérdidas no se transforme en un sufrimiento continuo y prolongado que nos hará entrar en un estado de desadaptación. En el maravilloso libro "En busca de sentido", Viktor Frankl nos muestra la pérdida desde una perspectiva más humanista y adaptativa. La manera como el hombre acepta su destino y todo el sufrimiento que éste acarrea añade un sentido más profundo a su vida. Incluso, bajo las circunstancias más difíciles, logra conservar su coraje, su dignidad y su generosidad. Pero también puede olvidarse de su dignidad humana y convertirse en el más destructivo de los animales.

Muchas veces es exactamente una situación externa excepcionalmente difícil, la pérdida de un familiar, el término de una relación, que da al ser humano la oportunidad de crecer espiritualmente, de trascender sus límites. El que pierde la fe en el futuro está condenado, se va a abandonar y convertirse en el objeto en que la apatía física y mental se apoya.

La única cosa que no podemos perder somos nosotros mismos. Es con eso que debemos y podemos ocuparnos en primer lugar. "Dígale a mí y me olvidar, me enseñe y me acordar, me involucrar y aprender."

-Benjamin Franklin- Aprendo con cada pérdida algo que necesitaba aprender No todo lo que aprendimos de la pérdida de alguien o de algo es positivo. También necesitamos aprender de la parte negativa que la pérdida nos deja. Por ejemplo, en los términos de relaciones, la pérdida deja una marca casi inolvidable en el ego, que sigue alcanzando incluso cuando los sentimientos ya no están en llamas. Por lo tanto, necesitamos aprender del lado malo que la pérdida ha tenido y concentrarnos en lo bueno que queda después de esa situación.

"Aprendo con cada pérdida, a pesar del dolor." CompartirDesde que nacimos aprendemos a poseer ya estar cerca de lo que amamos para encontrar seguridad. Sin embargo, pocas cosas nos dan consejos que hacer o sentir en el momento de perder o de separarnos de un ser querido. Las principales causas del dolor que acompaña la pérdida de un ser querido, de una relación, de una esperanza o de algo material son los apegos y los miedos que construimos o generamos durante nuestra vida.

Para aprender de las pérdidas al adaptarse a ellas, superarlas y salir fortalecido de esa situación es bueno mirar en los ojos de quien pueda haber resurgido en nuestra vida en ese momento. Además, lo más importante que podemos identificar estodo el aprendizaje que la pérdida nos ofrece, con el objetivo de recuperar las fuerzas y la voluntad de seguir adelante.

"Ser inteligente es aprender de las pérdidas y la experiencia."
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