Lo que viene de su corazón no siempre alcanza el corazón de los demás

Lo que viene de su corazón no siempre alcanza el corazón de los demás. Todos pasamos por eso alguna vez en la vida: hacer algo para alguien con mucho cariño y recibir a cambio solamente indiferencia. Es como si la bondad, en vez de hablar un lenguaje universal, se hubiera perdido en dialectos extraños.

En este caso, no sólo hablamos de la disonancia entre lo que usted da y lo que recibe después. También nos referimos al sentimiento de desolación que llena el corazón que no ve, que no siente ni percibe lo que los demás hacen por él o ella. Sabemos bien que el amor es invisible, pero si los demás no lo perciben a través de nuestras acciones, es como si de alguna forma no tuviera sentido. Algunos expertos en ciencias conductuales y empresariales nos dicen que, en realidad, la bondad es una desventaja para el éxito social. De alguna forma, la persona noble que siempre actúa honestamente pasará por muchas decepciones en este complejo río de la competitividad que define nuestro mundo moderno. "Si un corazón es grande, ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa".

- Leon Tolstoi -

Eso es algo que todos sabemos. Sin embargo, sin embargo, muchos de nosotros eligen seguir actuando siempre de esta manera. Porque la bondad, hacer las cosas con el corazón, es un valor personal en el cual vale la pena invertir tiempo y esfuerzo. Sin embargo, no podemos negar: las decepciones nos hacen sufrir.
Nos duele la amargura de no sentirnos reconocidos. Porque nadie actúa de forma egoísta cuando espera que el compañero, la familia o el supuesto mejor amigo perciban esos pequeños actos que hacemos con amor. Porque amar, a veces, exige renuncia, y esa concesión también se hace con sinceridad, aunque desafortunadamente los corazones de los demás están distraídos, pensando en otras cosas, sintonizados en otros canales ...

Un corazón noble y su isla de soledad Cuando alguien hace algo con el corazón, armoniza múltiples dimensiones. Él valoriza su propia identidad, la reciprocidad, el deseo de promover el bien, el bienestar del otro, la alegría y el entusiasmo. La persona que actúa con bondad debería sentirse recompensada, porque todo su empeño en hacer el bien realmente funciona. Su objetivo tiene un propósito útil, sin embargo, no siempre es así.

Parece no existir una congruencia entre lo que se hace y lo que se recibe: a veces, es una injusticia que nos duele. Podríamos dar muchos ejemplos. Podríamos hablar sobre aquel hombre que en el pasado batalló mucho por causa de sus hijos y ahora es recompensado con la soledad. También sería un buen ejemplo aquel adolescente que busca la integración en su grupo de colegas con respeto, cariño y cercanía, y es recibido con goce e insultos.No podemos olvidar al compañero que cuida de los detalles, que coloca la felicidad de la persona que ama en la cima de la lista de prioridades, que se preocupa, que construye, que invierte ...

Si nada de eso es visto, si nada de eso es valorado , es porque ese amor no es bueno para ti

. Es una simulación de un amor que necesita ser reformulado, o tal vez descartado. Quien hace las cosas con el corazón y no es reconocido acaba viviendo en su isla de soledad. De alguna forma, acabamos pareciendo un poco próspero, el personaje de "Tormenta" de William Shakespeare. Alguien que después de ser herido por la adversidad y la traición acaba recluido en una isla desierta en compañía de su hija, en un mundo mágico, pacífico y espiritual, donde, inevitablemente, la única protagonista sigue siendo la tristeza.

Viva con integridad y no desista de lo que eres

Tolstoi dijo en su época: la ingratitud no cierra un gran corazón, ninguna indiferencia lo cansa. Sin duda nos sentiremos solos, sin embargo, a veces actuar con honestidad tiene un precio, y si ese precio es la decepción, tendremos que asumirlo. Es siempre mejor ser tú mismo que vivir con la incongruencia de ir contra las propias raíces, de ser como realmente lo es. Para sobrevivir en este complejo mundo y en la vida cotidiana de nuestras relaciones, debemos integrar a nuestra vida una serie de "anclas" emocionales y cognitivas que podremos utilizar para evitar más sufrimientos. La bondad no es sinónimo de ingenuidad, sino del coraje de alguien que es fiel a lo que su corazón dice.No podemos transformarnos en complacientes profesionales

. No hay mayor fuente de sufrimiento que intentar hacer que todos queden felices.Nunca olvide sus propias necesidades para actuar

"según creemos que el otro espera de nosotros"

. La vida no es tan complicada. También no es bueno quedarse obsesionado por la recompensa por todo lo que hacemos. La bondad no requiere pagos, basta con actuar en sincronía con sus valores.Recuerde que la entrega constante no fortalece su autoestima.

Cuide de usted, esto le traerá salud y equilibrio personal.Percibe que quien es ciego para los pequeños actos de amor del día a día no ve ninguna actitud de cariño. Porque el amor verdadero no necesita grandes demostraciones para ser reconocido.El arte del "bien amar" es sabio y percibe los pequeños detalles, los que se ofrecen de corazón ...