¿Qué descubrió la ciencia sobre el amor?

La mayoría de nosotros aprendemos el significado del amor a través de experiencias personales, en familia o con otras personas, pero también incorporamos muchas ideas o conceptos sobre el amor a partir de otras fuentes. Por ejemplo, estamos constantemente recibiendo estereotipos sobre amor a través de novelas, películas o canciones sobre el tema. En general, estas fuentes de información tienen algunas cosas en común: por un lado, hablan de amor como terreno exclusivo de un individuo, de los seres más cercanos y de los amados; Por otro, expanden la experiencia en el tiempo como algo duradero, eterno, que se vive "para siempre".

Ahora, yendo al terreno científico, Bárbara Fredrickson (Profesora de psicología y directora del laboratorio de emociones positivas y psicofisiología de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill),explica que, según estudios de psicología positiva, debemos ver el amor mucho más allá de la óptica del "romance", como una suma de micro-momentos de conexión con otras personas. A partir de este punto de vista, el amor es un micro-momento que se desarrolla principalmente en el cerebro, en el que dos personas establecen una conexión especial. Se trata de un grupo de neuronas que, durante un instante, se refleja en los de otro cerebro cercano, produciendo en el cuerpo sustancias que despiertan sensaciones de bienestar y el deseo de generar bienestar también en otra persona.Observando el amor bajo esta nueva óptica, y de forma muy resumida, podemos hacer algunas afirmaciones sobre el amor verdadero y lo que éste genera en nosotros: Los micro-momentos de amor no son exclusivos para una sola persona

Tenemos la tendencia de creer que lo más común y verdadero es amar a una sola persona, pero las investigaciones sugieren que estos instantes en que un cerebro se comunica con otro, o con más de uno a la vez, existen entre los seres humanos en general y no están restringidos a vivirlos con un solo individuo. Si creemos en esta capacidad, podemos vivir el amor como una calidad general que nos conecta con el resto de la humanidad. Una pareja comparte miles de micro-momentos durante su relación. Aunque seamos capaces de vivir esta emoción con muchas otras personas, podemos decidir tener una relación con alguien especial.

Entre este alguien y nosotros mismos, deben ocurrir miles de micro-momentos que pueden ser fomentados y revividos, lo que dará constancia y durabilidad a la relación. El amor comienza en la mirada El contacto visual es fundamental para que la conexión neural necesaria para el amor suceda

. En las sociedades en que este contacto o forma de relación es evitada, hay mucho individualismo y frialdad. Mirar a los ojos es indispensable para generar relaciones amorosas y amistosas entre los individuos.

El amor lo hará vivir más

Hay una conexión fisiológica entre el corazón y el cerebro, el llamado nervio vago, que se beneficia altamente de las experiencias de los micro-momentos del amor. Aquellos capaces de aumentar sus momentos de amor viven más y de forma más saludable

debido a las sustancias químicas intercambiadas durante los mismos.

Ser más sano lo hará amar más De hecho,

las relaciones ocurren en ambas direcciones.

Las personas físicamente sanas están en mejores condiciones para establecer micro-momentos de amor con las personas a su alrededor.Las personas son capaces de producir un círculo virtuoso de salud - amor - salud que nos lleva a la capacidad de aprovechar la vida de forma más plena. Muchas personas sostienen la creencia generalizada de que nos conectamos con los demás y los amamos "sin motivo", pues como expresa la frase de Blaise Pascal, "

El corazón tiene razones que la razón desconoce". Sin embargo, es muy interesante conocer lo que la ciencia empieza a desvelar sobre el amor. Con estos descubrimientos, conocemos una visión nada convencional que rompe con los preconceptos tradicionales, ideas románticas y limitadas del amor, este gran desconocido.