¿Cuál es su excusa para no ir al psicólogo?

¿Cuántas veces hemos escuchado esta frase en una conversación entre amigos, con el compañero o la televisión, como una excusa para no ir al psicólogo? Si vamos a un abogado para aconsejarnos sobre cuestiones legales o al médico cuando tose, por qué no consultamos a un psicólogo cuando no sabemos cómo manejar ciertas situaciones, estamos estresados ​​o tenemos problemas familiares?

No todo se reduce a la alienación mental. La psicología actualmente influye y puede mejorar todos los campos y contextos de la persona. Sin embargo, a pesar de ser cada vez más valorada, la consulta con un psicólogo sigue siendo muy estigmatizada.

Las personas crean infinitas excusas para no ir al psicólogo, pero cuáles son las más utilizadas? "Me gustaría ir al psicólogo, pero no tengo tiempo" Siempre hay tiempo para la salud.

Y si usted no tiene, es porque está invirtiendo su tiempo en otras cosas que pueden no ser tan importantes. Es altamente recomendado cultivar la mente y el cuerpo para mantener el buen humor y mejorar el rendimiento en las tareas diarias.

Para ello, es muy útil planificar, sobre todo si tiene hijos. Si solemos hacer las compras dos veces por semana, podremos ir al supermercado sólo una vez y dedicar el otro día a nosotros mismos. Este tiempo "ahorrado" puede ser invertido yendo al médico, haciendo ejercicios, tomando un baño relajante, leyendo, caminando ... "No quiero contar cosas íntimas para un extraño"

Si usted cuenta sus problemas de pareja para una amiga, ella le aconsejará sobre la base de un punto de vista subjetivo. Un amigo no es un psicólogo; un psicólogo, a su vez, tampoco es un consejero. Aunque es verdad que la red social de la persona es un factor protector de ciertos disturbios, a veces desahogarse no es suficiente.

Es precisamente la relación mantenida entre el paciente y el psicólogo que confiere objetividad y profesionalismo al proceso. El terapeuta no juzga, no censura y mantiene absoluta confidencialidad con lo que la persona comparte. Y, lo más importante, ofrece soluciones.

"No estoy mal todos los días"

¡Bien! Nadie aguanta tanto incomodidad constantemente, 24 horas al día, aunque estemos pasando por un período especialmente doloroso. Sin embargo, incluso cuando no se manifiesta no significa que no está allí, permanece latente hasta que algo lo desencadena. ¿Acaso sólo vamos al médico cuando tenemos tantos dolores en las articulaciones que no conseguimos ni salir de la cama? ¿No es mejor saber que sufrimos de fibromialgia lo más rápido posible para poder tratarla en vez de arreglar excusas para no ir al psicólogo?

Si no logramos controlar la ansiedad, tenemos que aprender a hacerlo.

En ese sentido, es mejor ahora que más tarde.

"El tiempo cura todo" El paso del tiempo ayuda a reducir el "calor del momento". Es decir, nos permite observar las dificultades de diferentes perspectivas y / o enmascarar el dolor. Pero lamentablemente, el pasar de los años no tiene propiedades terapéuticas. En realidad, muchas veces el tiempo, en lugar de calmarnos, hace que nuestro problema crónico. Algo que podría haber sido resuelto en algunos meses nos atormenta por años o décadas por que en vez de buscar una solución, lo baremos abajo de la alfombra.

"No tengo dinero para pagar a un psicólogo"

Es evidente que no todos tienen el mismo poder adquisitivo, pero cada uno administra los recursos que posee. Muchas veces pagamos más de 1.000 reales en un celular, pero cuando se trata de salud no queremos gastar mucho.

Si el problema financiero es serio, hoy en día existen ciertas fundaciones y ONG que ofrecen ayuda psicológica gratuita. La consulta en línea también es una manera de disminuir los costos tanto para el paciente y para el profesional.

"No quiero tomar pastillas"

El trabajo realizado por el psicólogo tiene poco que ver con la prescripción de medicamentos. Su trabajo es esencialmente terapéutico. Es el psiquiatra que administra medicamentos a los pacientes.

La medicación no debe ser un motivo de estigmatización, porque es esencial para el tratamiento y la mejora de varios trastornos. Si una de nuestras glándulas no funciona adecuadamente, es necesario reequilibrarla. De lo contrario, puede cambiar nuestras emociones, el apetito, el sueño y el deseo sexual.

"Las personas no cambian"

Si los psicólogos creen en eso, su profesión dejaría de existir: estarían creyendo que la gente no es capaz de aprender o evolucionar. Nada está más lejos de la realidad. Con esfuerzo y perseverancia, todo puede ser alterado.

El único obstáculo que impide nuestro desarrollo es el que nos imponemos a nosotros mismos.

Cuando lo que queremos modificar es una característica de la personalidad como, por ejemplo la introversión, el cambio es más complejo, porque está muy arraigado en la vida de la persona, pero no es imposible.

"Mi amigo intentó y no le gustó" Cada uno tiene sus propias experiencias, sus puntos de vista, creencias, costumbres y sentimientos. Y, como decían nuestras madres y abuelos, muchas veces las comparaciones son odiosas. Una idea basada en las malas experiencias ajenas no es una idea, es un prejuicio. Por otro lado, como en todas las profesiones, no todos los psicólogos son buenos o tienen como prioridad el bien del paciente. Esto no significa que la mayoría de los profesionales no sean buenos. ¿Qué se esconde detrás de las excusas para no ir al psicólogo?

Todas estas razones para no ir al psicólogo ocultan vergüenza y miedo.

Vergüenza porque todavía hay muchos prejuicios sobre ir al psicólogo: los demás dirán o pensar que soy "muy extraño". Y el miedo al dolor y el sufrimiento.

La gente no quiere exponerse emocionalmente. Tenemos miedo de revivir lo que nos duele tanto. Pero, a veces, no percibimos que el dolor de la cual estamos tratando de escapar es la misma que estamos experimentando todos los días mientras queremos silenciarla.

¿Nunca sucedió con usted que el simple hecho de hablar en voz alta lo que piensa ya lo hizo sentir mejor, más aliviado? Imagínese cómo sería bueno si pudiera hablar de todo lo que le paralizó durante muchos años. En ese día, dirá a su psicólogo: ¿por qué no he venido antes?