Quien solo te busca cuando necesitas algo no te merece

Quien te busca solo cuando necesitas no mereces ni te encuentres. No merece ser llamado de amigo, así como no merece su atención quien, por más que el tiempo pase, no cambia su actitud egoísta e interesada.

No quiere decir que esas personas sean malas personas, pero simplemente que la relación entre usted y ella no es sana, no encaja. Esto no debe causar ningún sentimiento de malestar en nosotros, sólo necesitamos entender que es parte de la vida el hecho de que a veces ganamos ya veces perdemos y aprendemos. Los vínculos se forman y se fortalecen a partir de reciprocidad, de interacción e intercambio. Porque en realidad quien está a nuestro lado, disponible emocionalmente en algún momento, es quien nos busca con gran interés tanto cuando lo necesita como cuando lo necesitamos.
Cuando una relación consiste sólo en dar, una hora la señal amarilla se enciende y el sentimiento positivo se convierte en una sensación de desventaja.Compartir la indiferencia es el mayor indicio de que no hay amor. La indiferencia es el mayor indicio de la falta de amor. Por eso no debemos tratar como prioridad a las personas que nos tratan como opción. En primer lugar, porque la prioridad de nuestra vida es sólo nosotros mismos, y hay que tener esto en mente para tener una vida equilibrada. La falta de atención, la indiferencia y el egoísmo acaban resultando en daños profundos que nos hacen muy mal, creando en nuestra mente mentiras como el pensamiento de que no merecemos amor, y matamos el cariño por nosotros e incluso lo que tenemos por los demás . "No te merece quien, con su indiferencia, te hace sentir invisible y ausente. Te merece quien, con su atención, te hace sentir importante y presente.

No te merece quien te engaña con lo que dice para luego te decepcionar con acciones. Te merece el que dice poco, pero hace más.

No te merece quien solo te busca cuando te necesitas, pero te merece quien está siempre a tu lado cuando sabes que lo necesitas. No te merece quien te haga estar triste y llorar, sino quien te alegra y te hace sonreír. " Cuando la esperanza es la última que muere

A veces nos machacamos por tener mucha esperanza dentro de nosotros, pues esperamos repetidamente que ocurra un acontecimiento milagro inmediato de que el egoísmo del otro se convierta en agradecimiento y en interés para compartir momentos y apoyo.

Estos deseos tienen cierto grado de rigidez, y cuando optamos por apartarnos de ellos porque no nos traen nada bueno, después de un tiempo pensamos que estábamos equivocados, que no era egoísmo de verdad.

Compartir lo que hacemos pensando de este modo es hacer nuestras emociones y nuestro bienestar dependientes de las voluntades ajenas.

¿Quién nunca paró para pensar en el pasado y percibió que en alguna ocasión ya cerró los ojos para todas las evidencias y no quiso escuchar sus necesidades afectivas?

Muchas veces arruinamos nuestro presente esperando que nuestras relaciones cambien

, cambios que nunca llegará si no hacemos nada para mejorar la situación, si no intentamos equilibrar la balanza de nuestros vínculos. Muchas veces la solución es hablar tranquilamente con esas personas para que ellas perciban la desigualdad que pasó a reinar en la relación. El problema es que algunas personas más descaradas simplemente esconden un interés que ni siquiera niegan para sí.

En cualquier caso debemos buscar el equilibrio que resulte en una relación sana para ambas partes. Si el equilibrio no viene, entonces deberíamos elegir ser nuestra propia prioridad, cuidar de nosotros y empezar a escribir una vida en la que somos los protagonistas.Compartir

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