Usted es tan fuerte y decidida que olvidan que usted también sufre

Usted es tan valiente y decidida que a veces se olvida que usted también sufre, que tiene sentimientos y que, como debería ser obvio, el negativo también afecta su equilibrio emocional. Que tú también llora cuando tu corazón se dilata y te rompe por dentro.

No es mal que eso sea así, no es negativo. La educación social y emocional que nos ha sido empujada, sin embargo, nos pide que llegue una cierta edad, escondamos esa parte de nosotros que ya ha llegado al límite de todas las fuerzas. Entonces empezamos a andar con un peso innecesario, de mostrarnos siempre felices, pues eso es lo que entendemos por ser fuertes, decididos y valientes: ser inquebrantables. Pero no, el sufrimiento también es una forma de ser fuertes, decididos, valientes e inquebrantables. ¿Por qué? Por una simple razón, porque es parte de nuestra naturaleza emocional y no es posible escapar de ser así. Es curioso cómo nos imponemos los unos a los otros lo que podemos mostrar libremente y lo que no ...Necesitamos alfabetizar nuestro cerebro emocional Hace un tiempo en una conferencia fue dictada esa frase: "Necesitamos alfabetizar nuestro cerebro emocional"

. Muchas de las personas de la audiencia se mostraron inquietas sobre esta cuestión, en parte porque estaban allí porque intuían que realmente hay que abrir nuestra mente y educar nuestras emociones.

La cuestión al respecto es que debemos replantar nuestras creencias si asume el miedo, la tristeza o la frustración es para nosotros algo poco saludable, como nos han hecho creer. CompartirAsumimos que llorar es sinónimo de debilidad

y que, por eso, quien en algún momento tiene algo dentro de sí que se rompe no es un ejemplo de fuerza, libertad y unidad. No llorar, por el contrario, supone reprimir nuestras emociones y sentimientos, no dar importancia a los mismos y usar una máscara.Pensemos ...

¿Por qué no deberíamos demostrar nuestro malestar cuando las cosas van mal? ¿Por qué tenemos que poner una máscara y ocultar nuestra verdadera realidad? Esto nos lleva a no afrontar los problemas ni las emociones, sea el caso, lo que puede llevar incluso a un empeoramiento de la situación.

La toxicidad emocional surge, precisamente, de la falta de comprensión para consigo mismo. Esto es natural porque si paramos para pensar que todos los niños de nuestra sociedad crecieron oyendo aquello de "no llores, no fue nada". ¿Cuántas veces invalidamos nuestros sentimientos diciéndonos a nosotros mismos que deberíamos estar felices? Pero las lágrimas tienen su función. En cuanto a eso, hay un trecho precioso que conviene leer y releer del libro "La lluvia sabe el por qué" Deja que se vayan, Lucía -dijo la abuela. -Quien?

-Las lágrimas! A veces, parece que son tantas que creemos que vamos a ahogarnos en ellas, pero no es así.-¿Usted cree que un día dejará de caer?

-Claro! - respondió la abuela con una dulce sonrisa. Las lágrimas no caen por un largo tiempo; cumplen su trabajo y siguen su camino.

¿Cuál es su trabajo?

-Las son como el agua, Lucía. Limpia y clarifica como la lluvia. Todo queda más claro después de la lluvia ...

Nuestra mochila, el peso de nuestra vida

Nuestra mochila está cargada de piedras grandes y pequeñas.

Es bueno, sin embargo, sacar de vez en cuando lo que llevamos, seleccionar lo que queremos y lo que no queremos, filtrando lo que nos hace bien y lo que nos hace mal.

Lo que es extremadamente pesado nos limita, nos aprisiona y nos impide avanzar.

Al contrario, lo que nos hace bien nos hace más ligeros y rápidos. No obstante, cuando revisamos el contenido de nuestras mochilas, también percibimos que hay dentro de nosotros cosas que fuimos nosotros mismos que creamos y colocamos allí, aunque inconscientemente.

Este es el miedo a experimentar, de mostrarnos cómo realmente somos o cómo nos sentimos, por eso saboteamos nuestros sentimientos y evitamos reconocer nuestros sufrimientos. Y entonces, veremos dentro de nuestras mochilas la idea de que "pedir o necesitar ayuda es sinónimo de debilidad y de incompetencia".

¡Qué locura! ¡Qué locura! Cada una de las veces en que nos abrimos nos hace personas emocionalmente inteligentes, personas con recursos y habilidades sociales. Por eso, no dejes de mostrar tus emociones porque eso da a todos nosotros una lección de fuerza, sea cual sea tu edad y sea lo que has enfrentado en tu vida.