No se puede esperar quien no quiere ser esperado

No podemos poner nuestro empeño en esperar a alguien que no quiere venir a nosotros. ¿Por qué? Lo que está en juego son nuestras ilusiones y nuestro bienestar, es decir, nuestra perspectiva de vida.

Estar a disposición de alguien que nos ignora o que no nos valora nos hace muy mal y disminuye nuestras capacidades emocionales, desorganizando nuestro mundo y haciendo que nuestra vida dependa de otra persona.

En ese sentido, suele decirse que la única manera de evitar estos problemas es atando nuestra vida a metas y objetivos, y no a personas u objetos. El secreto está dentro de nosotros mismos. Sin embargo, como nos educaron de esta manera, es muy complicado liberarse de las expectativas que tenemos frente al mundo. De hecho, aun teniendo muy claro que quien espera puede decepcionarse, no podemos evitar pensar que posiblemente eso no nos suceda esta vez.Compartir

Este trabajo interior no es tan fácil como parece ser. En primer lugar, debemos estar dispuestos a eliminar las falsas creencias que nos perturban.Veamos cómo es el proceso con más atención ...

No espere; se libera y vuela Vives de esperanzas pero no sabes ni que esperas ...- Julio Cortázar -

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En algunas ocasiones, las expectativas sobre otros o sobre el mundo nos afligen . Sin embargo, la verdad es que es complicado eliminarlas, pues las necesitamos para vivir y organizarnos.Debemos tener en cuenta que el hecho de no dirigir nuestras vidas de acuerdo con las expectativas y decisiones de otras personas no significa que debemos dejar de considerar el resto del mundo. Es decir, esta liberación no consiste en ser egoístas y seguir adelante siempre solos.

Desapegarse de los excesosHoy le dejo en libertad. Hoy me olvido de mis miedos. Hoy empiezo a valorarme. Hoy sigo adelante. Hoy dejo de esperar.

Cuando empezamos a liberarnos, emprendemos el viaje de la honestidad y de la responsabilidad con nosotros mismos.

Lo que al principio puede parecer tedioso, con el tiempo nos ofrecerá tranquilidad y paz.

En estos momentos, usted percibe que tiene las riendas de su propia vida, de forma exclusiva.Para ser feliz no es necesario esperar a una u otra persona, pues la felicidad está dentro de ti.

Como vivimos diciendo, no es bueno que nuestro bienestar y nuestra satisfacción dependen de la contribución de los demás, pues nunca podrán cubrir nuestras necesidades. Sólo podemos hacerlo. Por otro lado, es importante que asumamos que todo cambia y que aceptemos la realidad.En este mundo no hay nada que sea permanente. Otra de las anclas que nos mantienen inmóvil frente a la realidad es el miedo al fracaso emocional y sentimental.

Este miedo surge como una enorme montaña que nadie se atreve a superar. Para superar esto usted tendrá que desligarse de esas creencias, saber perdonar y no castigar sin motivo. Esto permitirá que nos dediquemos a lo que verdaderamente importa: el momento presente. De una manera u otra, tenemos que asumir que las pérdidas van a suceder tarde o temprano. La permanencia de los sentimientos y de las personas es una idea muy idílica y diferente de la realidad.

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