Las profundidades de nuestra alma, la magia diaria que envuelve nuestra vida, donde nos perdimos? ¿Por qué nuestros valores fueron tan invertidos?
La belleza que los ojos no pueden ver, ¿por qué la dejamos de lado?
¿Por qué nos obsesionamos con la perfección? ¿Por qué luchamos agresivamente para ser aceptados? En la monarquía del mundo, la sociedad es la reina cruel que dicta y establece patrones inalcanzables, y el capitalismo es el rey mezquino que sólo se preocupa por el falso poder que el dinero compra.
Postamos fotos editadas para engañarnos a nosotros mismos, creamos una falsa percepción de quiénes somos, porque en realidad no somos. Las paradojas de la era digital confunden, frustran y engañan nuestra mente, nos ponen contra nuestra esencia, y susurran mentiras en nuestros oídos, pero
insistimos en seguir viviendo una farsa.
Vivimos en un castillo de arena, y es sólo el viento soplar más fuerte para que nuestro cuento de hadas de perfección se convierta en pesadilla. Lo que me consuela es saber que tenemos solución. El remedio que puede curar almas cansadas de fingir ser lo que no son es gratis y está disponible para quien quiera. El amor es nuestra única cura
Cuando nuestras elecciones, decisiones y acciones parten del corazón, la vida responde, el universo conspira y Dios bendice.
La humildad de aceptar que no somos nada, que no sabemos de nada, la gratitud por todo lo que tenemos, por todo lo que somos, la fe y la confianza en un Dios que no juzga, no castiga y nunca nos deja en la mano, estos sí son los objetivos que deberíamos perseguir.
El resto, es sólo el resto
La mejor parte de vivir es que podemos despertar y hacer todo diferente.
Antes de dormir hoy, piense en todo lo que usted es, en todo lo que viene haciendo y adonde quiere llegar. Despierta mañana y haz, cambia, lucha, y no te olvides de ser fiel a tu verdad, y aprovechar la jornada. Se encanta con la belleza de los caminos recorridos, disfruta las flores, cante con los pajaritos, y cuando pase por los valles sombríos y espeluznantes, encienda la luz de su corazón y brille.
El tiempo no para, pero no es necesario tener prisa
; su única obligación es ser feliz.