Dolor emocional: la angustia de nuestro cerebro

Ante una decepción, una relación rompida, una traición, una mentira o la pérdida de un ser querido, sentimos dolor emocional. Un dolor desgarrador que se describe desde hace siglos y siglos en poemas y canciones llenas de sufrimiento. Estas intuiciones poéticas fueron apoyadas por estudios neurofisiológicos que descubrieron que la metáfora del dolor psicológico, generada por algún tipo de pérdida social o emocional, se refleja en nuestros circuitos cerebrales.

Hoy es posible saber de ello gracias a la resonancia magnética funcional, una técnica de neuroimagen que nos ayuda a ver qué áreas del cerebro se activan cuando nuestro corazón es partido y nuestras emociones aparecen.

El cerebro del dolor emocional Curiosamente se ha descubierto que

las mismas áreas cerebrales que se activan cuando sufren de dolor físico se activan cuando algo es partido dentro de nosotros

y la incomodidad y el dolor emocional más intensa nos toman. Así, en el experimento de Eysenberg y su equipo, se creó una situación en que las personas que participaban en los estudios se sintieran excluidas, menosprecios y angustiadas. Esto generó cambios en el flujo sanguíneo de dos principales áreas cerebrales:La córtex cingulada anterior

  • es un área involucrada en la generación de la experiencia aversiva al dolor físico. Se observó que, cuanto mayor la angustia, mayor era la actividad en esta región.La corteza prefrontal
  • se mostró más inactiva cuando el dolor emocional era menor.Como vimos,la córtex cingulada anterior hace que creemos ese tipo de sentimiento de angustia, disgusto y miedo del vacío emocional que la pérdida, la decepción o el rechazo traen para nosotros. Por su parte, nuestra corteza prefrontal se encarga de regular nuestras emociones y contrarrestar el sentimiento doloroso de ser rechazado, contribuyendo así a calmar el dolor provocado por nuestra herida emocional.

Más datos sobre la geografía de nuestras emociones Para ser más específicos y saber cómo es el camino de nuestras emociones, debemos conocer más algunos datos. En particular,

la circunvolución del cíngulo tiene tres áreas emocionales diferenciadas

:

El área anterior, que es responsable de la generación de los sentimientos y de las emociones negativas (atención! Ser negativa no significa ser mal, por ejemplo, la tristeza es buena desde que no se convierta en una patología);El área central, que integra nuestras emociones y nuestros pensamientos;

  • El área posterior, que genera sentimientos y emociones positivas.Por ejemplo, la zona cingulada central es activada durante la excitación sexual de los hombres y ante las tareas o actividades que son estresantes o exigen mucha atención de nuestra parte. Sabiendo esto, podemos comprender que los neurotransmisores (sustancias que regulan las funciones cerebrales) sufren un gran abatimiento en momentos emocionalmente difíciles para nosotros.
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  • Es interesante saber que

tanto los

antidepresivosy otros medicamentos que elevan el estado de ánimo actúan sobre nuestro cerebro regulando o reduciendo la activación del área cingulada anterior

que, como dijimos, está involucrada en la activación de las emociones y de los sentimientos negativo.Algo que queda muy claro para nosotros, de toda esta información, es que el dolor físico y el dolor emocional comparten el mismo camino. Por eso no debemos menospreciar las heridas emocionales y dejar que se cure "de todos modos".Cuando nuestro corazón se parte o nuestro amigo nos traiciona, el dolor es intenso a nivel mental y fisiológico. La mayoría de nosotros tendrá conciencia de la devastación sentida cuando necesitamos terminar la historia con, por ejemplo, nuestro primer amor.Estamos acostumbrados a enterrar el dolor emocional y no hacer caso del sufrimiento al que las heridas psicológicas nos someten. Sin embargo, como destacamos, generalmente no escondemos cuando nuestra cabeza duele intensamente o cuando sentimos fuertes puntadas en el estómago.

Actuar sobre nuestro bienestar mental y emocional, tratar de comprender lo que sucede con nosotros y aliviar nuestras quejas y angustias son maneras de evitar que el sufrimiento se vuelva mayor.

Compartir De la misma forma que el dolor físico nos advierte sobre una lesión, no podemos olvidar que el dolor emocional de una separación, un rechazo o una decepción es adaptativa

, pues nos ayuda a entender que algo no está y que debemos buscar ayuda. Una vez que esto queda claro, continuaremos con la expectativa de nuevos y rigurosos estudios que nos ayuden a comprender mejor no sólo la presencia del dolor psicológico, sino también la mejor manera de aliviarla y aprender de la angustia generada por ella.