Uno de los rasgos que caracterizan a las personas que sufren de un trastorno de personalidad limítrofe es la dificultad para administrar sus emociones. Las emociones están siempre "a la flor de la piel" y es difícil encontrar la estabilidad emocional. Pueden experimentar muchos altos y bajos emocionales que dificultan y, en algunos casos, comprometen sus relaciones con el mundo exterior. Por lo tanto, necesitarán ayuda especializada para proporcionarles herramientas útiles relacionadas con el comportamiento social.
Para situarnos, necesitamos entender que un trastorno de personalidad limítrofe (TPL) se caracteriza por una forma de ser rígida e inflexible. Estamos hablando de personas que tienen dificultades para relacionarse, socialmente desajustadas, con una gran inestabilidad emocional y una autoimagen muy negativa. Pero, ¿por qué el manejo emocional es tan complicado para las personas que sufren este trastorno? La teoría biossocial del trastorno de personalidad limítrofe
La teoría biossocial sostiene que el principal problema de la TPL es la falta de control emocional.
Además, esta dificultad puede tener orígenes diferentes: una cierta predisposición biológica, un contexto ambiental de invalidación y la interacción de estos dos factores. De acuerdo con esta teoría, los desequilibrios emocionales serían una consecuencia de la vulnerabilidad emocional y de la falta de estrategias efectivas para controlar las emociones. La vulnerabilidad emocional se define como una hipersensibilidad ante cualquier emoción, independientemente de si es positiva, negativa o neutra. Esta hipersensibilidad generalmente resulta en una respuesta muy intensa y variable de la persona con TLP. Esta intensidad produce un desequilibrio tan grande, que estas personas tienen mucha dificultad para recuperar el equilibrio emocional. Por otra parte, la inestabilidad y la falta de control emocional, de acuerdo con la teoría biossocial, tienen una base biológica , lo que no significa que sea hereditario. Esta predisposición biológica puede ser diferente para cada persona. Por lo tanto, aún no se ha encontrado un factor biológico común que esté presente en todos los casos de trastorno de personalidad limítrofe.
Un ambiente familiar incapacitante afecta el control emocional Uno de los factores que afectan la dificultad de regular las emociones de las personas con TPL y, también de las personas que no sufren con ese trastorno, es el ambiente familiar y social donde crecieron. Generalmente, encontramos en el consultorio familias que no validaron las necesidades emocionales de sus hijos. Las emociones son vistas como expresiones sin importancia por el ambiente en el ambiente donde vivieron.
Una familia incapacitante puede causar muchos daños a la autoestima de una persona, ya que es moldeada en la infancia. Si los padres ignoran las necesidades del niño o responden con críticas, ella crecerá si se siente rechazada e incomprendida. Un ambiente muy crítico transforma a los niños en personas frustradas, irritadas, tristes y medrosas. Por ejemplo, si el niño llora y, en lugar de tratar de averiguar lo que está mal, le dicen que es un bebé llorón y que debe dejar de llorar, ella aprende que no es bueno demostrar sus emociones y que, las "lleva una bronca". El niño aprende también a expresar sus emociones de forma extrema: las inhibe o las desinhibe completamente. A medida que crece, esta expresión disfuncional se vuelve más pronunciada.¿Cómo las personas con TPL reaccionan a sus emociones?
Intensidad y sensibilidad emocional extremas
Las personas con trastorno de personalidad limítrofe
son muy sensibles a las experiencias externas porque tienen miedo del abandono. Por lo tanto, responden con gran intensidad a cualquier emoción, sea rabia o alegría. Ellas sufren de una inestabilidad emocional difícil de controlar. Por ejemplo, a menudo presentan episodios de intensa ansiedad y frustración que proyectan en otras personas a través de comportamientos irrespetuosos.
Dificultad para calmarse
Volver a la calma, después de la intensidad con que experimentan las emociones, no es fácil. Las personas con TPL
pueden ser muy impulsivas
y tener dificultad para modular sus emociones ante algo que las perturba. Tanto que, en muchas ocasiones, deleguen involuntariamente el control de sus actos para sus propias emociones. Además, estas personas tienen opiniones que son imprudentes, radicales y muy volubles.
La inestabilidad, en este sentido, perjudica también el círculo de apoyo social que poseen. Generalmente, tienen pocos amigos y las personas que permanecen de su lado son aquellas que entendieron que muchos de sus comportamientos impulsivos son una consecuencia de su enfermedad.
"La autoagresión es una manera que las personas con TPL tienen para expresar su rabia contenida; es importante que aprendan a manejar su rabia de una forma que no las perjudique ". Compartir Vacío y tristeza profunda
El sentimiento de vacío es un sentimiento muy común entre personas que sufren del trastorno de personalidad limítrofe. Nada es suficiente para llenar ese gran vacío no específico y esto provoca una tristeza que, muchas veces, no saben explicar o expresar. De esta forma, en su mochila emocional cargan una melancolía con la que no saben lidiar. Rabia contenida y autoagresiones
Ellas tienen muchas dificultades para controlar su rabia. Por eso,o explotan sin control, o inhiben la rabia hasta que se vuelvan autoagresivas.
La autoagresión es una forma de expresar la rabia que no saben expresar de otra manera. En estos casos, es importante que aprendan a controlar la rabia, eligiendo de forma consciente la manera en que gastarán la energía que acompaña la emoción. Expresar la rabia a través de un impulso excesivo puede acarrear serias consecuencias, de las cuales más tarde podrán arrepentirse.
Cómo controlar las emociones en los trastornos de personalidad limítrofe? El primer paso es aprender a aceptar y entender sus emociones a medida que se presentan. Identifique y acepte las emociones que existen en su horizonte antes de que las inunden sin negar la realidad. En ese sentido, es importante que aprendan a tolerar su sufrimiento emocional con estrategias de control emocional.
Una de las terapias que ha presentado buenos resultados es la TDC (Behavioral Dialectic Therapy) de Marsha Linehan. Esta terapia se basa en la enseñanza de habilidades sociales y motivacionales para reducir comportamientos impulsivos e ideas suicidas, para que puedan ver el mundo como un lugar donde también hay espacio para ellas.
Desarrollar las habilidades emocionales de las personas con trastorno de personalidad limítrofe será un aspecto muy importante para mejorar su adaptación social y personal. La terapia individual, los grupos terapéuticos y las tareas que pueden realizarse en casa serán fundamentales, siempre que sean orientadas y supervisadas por un especialista.