Psicología

El mundo no siempre necesita contribuciones muy complejas

, a veces lo mejor o lo único que podemos ofrecer son pequeñas atenciones; en este sentido, a menudo la realidad es que no es necesario más para lograr un cambio significativo. Es la sucesión de pequeños pasos, la contribución de cada uno con su granito de arena, lo que levanta proyectos que al principio, y por su magnitud, pueden dar la sensación de ser inalcanzables.Si cada uno de nosotros se esfuerza por ver lo que podemos ofrecer al mundo, comenzaríamos una corriente sin fin que multiplicaría los mecanismos positivos con los que funcionamos. Aumentar nuestros recursos y también los de los demás. Entonces,

no es necesario viajar a lugares lejanos o contribuir con enormes cantidades de dinero, ni embarcarse en proyectos muy grandes ; a veces un abrazo, extender su mano para ayudar a la persona al lado o oír es la cosa más simple, y tal vez con eso ya estamos ayudando.Todos podemos ayudar

, todos tenemos algo para contribuir. Basta con parar a pensar, ¿qué puedo hacer para hacer el mundo mejor de lo que está? Todos tenemos un margen de responsabilidad y también un margen de acción: una libertad que podemos decantar con el propósito de mejorar nuestro entorno.Pequeños pasos ... de un largo camino

No hay nada fácil, y eso tampoco nos agrada. De hecho, una de las variables que más influye en el valor que otorgamos a una conquista es el esfuerzo necesario para alcanzarla ... porque en ese esfuerzo hay algo propio y eso genera orgullo. Por otro lado,

cuando no sabemos por dónde empezar, lo mejor es crear metas a corto plazo, cosas pequeñas que puedan motivarnos y dar más ideas (satisfaciendo necesidades siempre se descubren más necesidades). Definir un objetivo y trabajar en ello, ver todo lo que podemos hacer día tras día para que, cuando llegue al final, podamos mirar hacia atrás y encontrar ese valor reconfortante que da significado a toda una vida.

Si lo que quiero ofrecer al mundo es paz, o que en todo lugar del planeta conozcan mi obra, o ayudar a toda persona necesitada, será una meta a largo plazo. Además, es tan grande para ver al principio que acabará con mi determinación. Tendré que empezar construyendo a mi alrededor , ayudando y dando a los que están cerca de mí, y así ir sembrando para obtener poco a poco frutos en un espacio más amplio.

Cada paso cuenta, cada paso construye y cada paso contribuye. Todo aquello donde ponemos voluntad y sueño hace crecer a nosotros mismos y al entorno. Si puedo contagiar mi alegría, ya estaré ofreciendo algo al mundo y contribuyendo con mi grano de arena. No se quede de brazos cruzados, exponga su potencial y descubra su talento, haga eso con una sonrisa y dando lo mejor de usted. El mundo está ahí fuera esperando todo lo que usted puede ofrecerle.¿Cuál es mi propósito para hoy? ¿Qué puedo ofrecer al mundo?

Hablo del día a día. No me refiero a los propósitos que hacemos para comenzar el año o cuando hacemos cumpleaños, porque estos son rápidamente olvidados. Me refiero a ver qué calidades tengo que hacerme mejor y dar algo a los demás. Tal vez sea hacer los demás reír, sacar a alguien para bailar, contar curiosidades, oír, ayudar, enseñar, cocinar, dibujar, ofrecer música ... con nuestro estilo,

todos podemos hacer una contribución que valga la pena.

Entonces pregunto, cuál es su propósito para ahora, para hoy, para mañana o para esta semana?

El mundo necesita gente como tú. Con voluntad de dar lo mejor de sí, con ganas de salir y ver el sol aunque esté lloviendo, con ganas de hacer los demás felices y compartir amor. El mundo necesita de gente que haga su círculo mejor, que tenga ganas de contribuir y de agradecer por todo lo que los que le rodean contribuyen con él. El mundo te necesita, lo que estás esperando para ofrecerte todo lo bueno que tienes? Confía en ti y busca en tu interior, hay algo maravilloso ahí dentro que estás queriendo salir. Algo que los demás necesitan, aunque eso no es lo más importante: hasta que no creas, no servirá para nada. Busque y encuentre, disfrute y luego ofrezca.

Siempre habrá alguien que le agradecer; ese alguien será tú mismo.