Estamos conectados con nuestro interior, pero también con el exterior, y en los dos tipos de conexión la empatía desempeña un papel muy importante. Además, gracias a los avances tecnológicos, el mundo exterior con el que podemos interactuar se vuelve cada vez más amplio.
Al ser más amplio y los canales de comunicación más extensos, pero con menor información, la empatía se vuelve más difícil. Piense, por ejemplo, en cómo puede ser complicado ser empático con una persona con la que usted se comunica por mensajes de texto y cómo puede ser fácil conseguir esa empatía con alguien con quien usted se comunica cara a cara.
¿Qué es la empatía?
Podemos definir la empatía como la capacidad de entender el estado emocional (emociones y sentimientos) y el cognitivo (ideas o pensamientos) de otras personas o de nosotros mismos. Además, este entendimiento es consecuencia de habernos colocado en las circunstancias del otro.
No es un ejercicio fácil ni simple y, a veces, para lograrlo es necesario dejar de lado los estereotipos o los heurísticos con los que nuestras mentes están tan acostumbradas. Además, se trata de un ejercicio complejo porque el mundo de otra persona o el propio mundo son complicados, y exigen una gran parte de nuestra atención para ser comprendidos. Por otro lado, hay personas y circunstancias que tienen el poder de provocar más empatía que otras.
Así, por ejemplo, va a ser más fácil ser empático con personas que son parecidas con nosotros o con personas que piden nuestra ayuda. En el primer caso porque es más fácil ser empático con quien nos identificamos y en el segundo porque tendremos una buena razón para hacerlo si consideramos que el pedido fue sincero. Enemigos de la empatía Los seres humanos son, en parte, producto de las situaciones que nos moldean desde que nacimos.
La indiferencia puede ser el resultado de diferentes factores, entre los cuales podemos enumerar:
El egocentrismo. La desconfianza.
- La pérdida de valores.
- La disputa individual para llegar lo más alto posible, a cualquier precio.
- Las divisiones étnicas, educativas y de estrato social.
- Por otro lado, podemos decir que
- la falta de empatía tiene su precio.
Nos aleja de los brazos acogedores y sinceros, del presente desinteresado, de la sonrisa amigable, de la mano extendida que no pide nada a cambio. La ley del más fuerte impide la comprensión de las necesidades de los demás, sea un compañero o una compañera, familiares, vecinos, amigos o colegas. Los psicólogos atienden diariamente miles de casos cuyo pronóstico mejoraría simplemente con un ejercicio de escucha activa y normalización, para lo cual es imprescindible la empatía. "Mi libertad termina donde empieza la de los demás." Compartir
¿Qué puede hacer la empatía por nosotros y por los demás?Vamos a intentar responder a esta pregunta pasando por diferentes situaciones:
Aumentaremos las posibilidades de que nuestra relación funcione si, de vez en cuando, nos colocamos en el lugar del otro. Así, comprenderemos la necesidad de afecto del otro, cómo funciona su cuerpo y el origen de algunas de sus emociones.
Aceptar el historial de vivencias negativas y positivas mutuas ayudará a vivir, no sólo a sobrevivir.
- Si el empleado entiende las necesidades de la empresa de aumentar el rendimiento y el jefe proporciona lo que sea necesario, la relación jefe-empleado será mucho más satisfactoria. Ser empático nos hace más sensibles y respetuosos con las limitaciones de los demás. Por ejemplo, a través de la empatía seremos capaces de entender la frustración que los padres de los niños con autismo pueden sentir en determinados momentos debido a la imposibilidad de comunicarse con sus hijos.
- ¿Y por qué debemos ser empáticos con nosotros mismos? Al analizar con honestidad nuestros puntos fuertes y débiles no vamos a perderse y, al mismo tiempo, eso va a facilitar oportunidades para que podamos encontrarnos con los demás.
- La profesora verá su poder de influencia mejorado si es empática con sus alumnos. Por ejemplo, la empatía permitirá descubrir que el niño abusivo y violento sólo está copiando el comportamiento de su entorno familiar. Entender la timidez, la hiperactividad, el entusiasmo y la tristeza de sus alumnos va a hacer que su función se vuelva más valiosa y más simple.
- "Un profesor que no es empático no podrá solucionar eficazmente los conflictos en el aula."
- Compartir Si los padres recuerdan que fueron niños y adolescentes, habría más comprensión y la diferencia entre las generaciones disminuiría. Después de todo, ser padres, tener un par de años más, no borrar completamente todos los recuerdos. Muchas veces sólo se necesita un disparador para recordarlas.
Aumentar la empatía de los niños y adolescentes apelando a sus sentimientos es un excelente recurso para prevenir posibles comportamientos sociales indeseables, como el bullying o la pasividad hacia él. Por ejemplo, el método KIVA, aplicado en Noruega, está dirigido al espectador del abuso facilitando la empatía por la víctima; haciendo que los niños-espectadores sean más empáticos con el sufrimiento del niño que está siendo perseguido, de manera que puedan impedir y prevenir esa situación.Como vimos,
- la empatía es una habilidad relacional que sirve exactamente para mejorar las relaciones, estrechar los lazos y acercar los corazones.
- Además, es muy útil para prevenir buena parte del sufrimiento moderno, marcado profundamente por la sensación de vacío y soledad que se ha instalado en muchas personas que gritan, pero no se sienten oídas, reconocidas o queridas.