Confucio dijo que "cometer un error y no corregirlo es otro error". Siguiendo este razonamiento,es verdad que dejamos de aprender de nuestros errores al negarlos? En otras palabras, reconocer los errores es el primer paso para reparar las consecuencias de lo que hayamos cometido?
Al final de cuentas, cuando decimos la famosa frase "no fui yo", que en muchos casos involucra una negación obvia de nuestra posible responsabilidad, no estamos tratando de justificar un error? ¿Y el hecho de justificarlo no es una manera de no reconocer algo que hicimos mal? Entonces, después de todo, no estaríamos ante una negación?
"Me gustan mis errores, no quiero desistir de la deliciosa libertad de estar equivocado." -Charles Chaplin-
¿Qué pasa al negar un error?
O sea,al no decir "es mi culpa" ante nuestros errores, muchas veces lo que intentamos hacer es crear una distancia entre lo que sucedió y sus consecuencias. Sin embargo, también es cierto que esa misma distancia dificulta la posibilidad de aprender de lo sucedido. Esto aleja la posibilidad de revisar el proceso e identificar las fallas.
Por otro lado,esta distancia también puede hacer que respiremos de alivio en un primer momento.Un alivio que se convertirá en ansiedad, si tenemos que volver a enfrentar el mismo desafío, cuando empezamos a arrancar los cabellos por no tener medios suficientes para corregir nuestras carencias.
Por ejemplo, si el departamento de la empresa en la que trabajamos tiene que comunicarse con un país que habla otra lengua y nosotros, como gerentes generales, no asumimos que debe haber alguien (o nosotros mismos) que esté en condiciones de hacer esa comunicación, difícilmente asumiremos eso como nuestra responsabilidad, difícilmente se hará la comunicación en esa ocasión y difícilmente se hará en las siguientes ocasiones.
Además de hacer imposible para el futuro, renunciar a la tarea de explorar nuestras fallas, por no reconocerlas, es una actitud que se traduce en un obstáculo para el autoconocimiento. Al renunciar a este proceso, también nos negamos a aceptar la responsabilidad de los aciertos que ocurrieron, ignorando así nuestras capacidades más acentuadas e impidiendo que las mejoramos.No reconocer los errores nos impide aprender con ellos
En este punto, vale la pena recordar un estudio realizado en equipo entre investigadores de las Universidades de California y de Nueva York. En él se ha revelado que el hecho de no asumir nuestros propios errores está relacionado con nuestra personalidad, y eso disminuye nuestro potencial de crecimiento.
Para llegar a estas conclusiones, se analizaron millones de perfiles. Los investigadores intentaron identificar los tipos de personalidad dominantes según las reacciones que los participantes tenían ante los errores. Definitivamente, el estudio reveló resultados curiosos. Se estima que el 70% de la población puede ser perfectamente clasificada dentro detres grandes grupos según sus reacciones al error:
La culpa es de otra persona
Una frase tan difundida entre los niños, el clásico "no fui yo", sigue siendo muy utilizada por un gran número de adultos. Es decir, al cometer un error, ellos deciden ignorar sus responsabilidades y la atribuyen a una segunda persona.
La verdad es que, al culpar a los demás por sus propios errores, en cierto modo están negando esos errores. Así pues,
por no tener la madurez necesaria para reconocerlos, tampoco la tienen para mejorar el propio conocimientointerior cualitativo. Esas personas suelen optar por actitudes victimistas, incapaces de asumir culpas, y sin un criterio constructivo sobre lo ocurrido.
No sucedió nada aquíOtro grupo de personas se engloba entre aquellos que no culpan al otro, pero tampoco ven error alguno. En otras palabras, por más que alguien les muestre pruebas, son incapaces de reconocer los errores.Así, este grupo de personas negará sobre todas las cosas haber hecho algo mal.
No son capaces de lidiar con la culpa directamente, ya que no la ven.
Es decir, para ellos es imposible aprender con algo que no existe, o que directamente no están dispuestos a reconocer en ninguna circunstancia. Asumir una responsabilidad más allá de su propia
Aprender con nuestros errores requiere admitir que fallamos, y decir frases como "la culpa fue mía". Afortunadamente, otra buena parte de la población es capaz de reconocer que se equivocó, y por eso está dispuesta a corregir, reparar, enmendar y mejorar. Sin embargo, hay que tener cuidado, ya que a veces nos encontramos con personas con una actitud que se sitúa en el otro extremo, asumiendo su responsabilidad y también la de los demás. Por lo tanto, los recursos que pueden llegar a asignar para la reparación son muchos y el castigo que pueden imponerse a sí mismos por los errores atribuidos, siendo proporcional a esa asignación, también puede ser muy grande. "La experiencia es el nombre que todo el mundo da a sus errores".-Oscar Wilde-