La intuición ya fue motivo de discusiones apasionadas en diferentes campos del conocimiento. Fue protagonista de numerosas decisiones políticas, así como de innumerables descubrimientos científicos. Sin embargo, cuando logramos resolver un problema de forma intuitiva, muchos lo entienden como un simple destello de la mente, como un conjunto de coincidencias de la suerte. En general, la intuición es vista como una cosa que está bajo un velo misterioso. Esto es porque se trata de una forma de percepción que nos permite tener acceso a conocimientos sin saber de dónde vienen.Nos permite percibir lo que antes había pasado desapercibido. Incluso, nos volvemos conscientes de una cosa que no desconocíamos, pero que habíamos olvidado. "Es por la lógica que demostramos, pero es por la intuición que descubrimos."
-Henry Poincaré- Compartir Todos nosotros, en algún momento de nuestras vidas, experimentamos momentos de comprensión intuitiva. En general los descartamos por no tener lógica, y dudamos que tengan algún fundamento convincente. Sin embargo, aunque no exista una definición exacta para la intuición, no significa en absoluto que no exista.
En cierta forma, la intuición se entiende como una percepción directa de la verdad. Es independiente de cualquier forma de razonamiento lógico. Este saber que se expresa sin que sepamos que sabemos requiere una integración equilibrada entre mente y corazón.Una mirada sobre la intuiciónPodemos hacer lo que dice la propia intuición y en ese proceso de experimentación, a partir del intento y error, aprender a ser principalmente intuitivos.
Es vital explorar el silencio a la hora de estar conectado consigo mismo para dejar la mente intuitiva fluir. La intuición hace emerger el entendimiento de cuál podría ser el camino a seguir. Encontrar el verdadero sentido de las cosas y la naturaleza profunda de la mente. Nos permite reconocer, aprender y experimentar la verdad.
Es necesario entrenar la atención si queremos desarrollar la intuición.
La peculiaridad de la intuición es que va más allá de la razón sin oponerse a ella. Obviamente no la sustituye, pero la complementa ya veces la precede. Nos envuelve con el creativo y nos transporta más allá de las fronteras conocidas. También no puede enmarcarla dentro del campo de lo racional o de lo irracional.
Obviamente existen factores que dificultan o favorecen el desarrollo de la intuición. Por ejemplo, la indecisión, la razón, el temor de equivocarse y la falta de confianza la dificultan. En contraposición, la acción, la atención, la serenidad, la mente abierta, la percepción y el aprendizaje la benefician. Observaciones puntuales
Existen situaciones que necesitan ser resueltas de forma inmediata. Es ahí donde se activan recuerdos almacenados en la mente y que tienen una relación directa con lo que necesitamos resolver. Tales recuerdos son de carácter emocional y están asociados a aciertos y errores del pasado. Por supuesto, estos recuerdos determinarán la decisión que tomaremos en el presente.
Por ejemplo, aparece una oferta de trabajo. El cerebro recurre a todas las experiencias profesionales almacenadas allí y entonces elegimos la opción que consideramos más conveniente. El desarrollo de esta secuencia se hace de forma consciente. Por eso, estaremos en condiciones de exponer las razones que nos llevaron a tomar tal decisión. Por otro lado, existen situaciones en que tal decisión se toma de forma inconsciente. Si el resultado es positivo, decimos que fue fruto de la intuición y no podemos explicar las razones de saber que ese era el camino correcto. En ese sentido, la intuición es una especie de conjetura que no está mediada por la conciencia o los razonamientos,
sino por las experiencias previas y las emociones asociadas a ellas.
La intuición y la experiencia Estudios avanzados a finales del siglo pasado involucrando a profesionales de diferentes áreas obtuvieron resultados interesantes. Por ejemplo,
se descubrió que aquellos que tenían más tiempo ejerciendo su profesión eran bastante intuitivos.
Lo más sorprendente era que su intuición raramente fallaba. Es el caso de los médicos que tienen un "ojo clínico". Por supuesto, una experiencia mayor dará la posibilidad de un acierto mayor sin tener que pasar por largos razonamientos. Hay quien considera que acertar por intuición es un asunto de pura estadística. La respuesta es no. Las experiencias que constantemente incorporamos a nuestro inconsciente son las que permiten que la intuición quede más afilada.
No es la coincidencia, sino otra forma de llegar a conclusiones verídicas.
Las experiencias anteriores asociadas a un sentimiento son lo que influye en las decisiones que tomamos intuitivamente. Tal proceso se da de forma inconsciente y tiene variables que dependen de la personalidad y creencias de cada individuo. Por eso hay personas más intuitivas que otras. Aunque buena parte del mundo de la intuición sigue siendo un enigma, en la práctica está claro que se trata de una realidad que opera diariamente.