La regla del 90/10: el cambio comienza en ti

En la psicología existe una regla que llamamos "regla 90/10". Ella dice que la reacción que manifestamos ante los acontecimientos nos influye mucho más que los acontecimientos en sí. De hecho, sólo el 10% de nuestras vidas se determinan por lo que sucede con nosotros: cometer un error, el retraso de un avión o los atascos de tránsito que hacen que lleguemos tarde al trabajo, por ejemplo. Por otro lado,

el 90% está directamente relacionado con la forma en que reaccionamos ante estas situaciones que son responsables de sólo el 10%. Está comprobado como ante una misma situación las personas reaccionan de formas muy diferentes. En función de la primera reacción que tengan ante el hecho disparador que acaba de suceder, podrán beneficiarse o no de un día más o menos agradable. Esto es, nuestra reacción ante la adversidad puede mejorar o empeorar el resto de nuestro día, de nuestra semana, e incluso del año. Todo depende de nosotros.

CompartirTener conciencia de esta regla es importante ya que nos permite percibir que controlamos la mayor parte de nuestras vidas: el 90%.

También nos libra de sentir emociones inútiles, haciéndonos ver que existe un 10% sobre el que no tenemos ningún control. Si somos capaces de poner fuerza de voluntad en el asunto, una cosa que podría ser muy negativa puede transformarse en un simple hecho puntual, o incluso hacernos ver la parte positiva. ¿Quieres ver cómo lograrlo? Continúe leyendo. Un ejemplo cotidiano de 90/10

Para que quede más claro cómo podemos poner en práctica esta maravillosa regla, tomemos un ejemplo con el que podamos sentirnos identificados. Imagínese que usted pasó el día trabajando en un proyecto que su jefe pidió. Usted necesita entregarlo pronto, y finalmente está terminando. Exactamente cuando usted va a salvarlo, la luz de su computadora se apaga de repente.

Sucede que su esposa conectó el calentador que siempre hace que los disyuntores caigan. Usted se vuelve loco de la vida, se pone ansioso y piensa que el mundo ha terminado. Se vuelve a su mujer y termina discutiendo con ella severamente.

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Como usted está nervioso, va a la cocina y acaba arrojando al suelo las tazas que están sobre la encimera. Inesperadamente, tu taza favorita se rompe, la que usas todas las mañanas para tomar tu café. Aumenta aún más su rabia y usted juega la culpa en su hijo por haberlos usado de tarde y dejado allí jugadas.Pasados ​​algunos minutos, usted intenta por todos los medios posibles recuperar su trabajo pero no puede. Usted ha perdido todo.

Usted se enfurece, hace los peores insultos y va a la calle a través de la puerta.

Cuando usted vuelve, está enojado con su hijo, con su mujer, perdió su taza y no tiene el proyecto hecho: usted tiene lo que hasta ahora podemos llamar un día malo. ¿Qué pasó? Como vemos, existe un gatillo que es responsable de ese 10%: encender el calentador, haciendo que el disyuntor caiga. Este es un hecho que no depende de nosotros, una cosa incontrolable que otra persona hizo sin malas intenciones, un simple error. Lo que depende de nosotros es todo lo que sucedió después. Son el 90% que transformaron un día normal en un día horrible. A causa de un problema, nuestro protagonista acabó creando varios otros.

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En vez de poner su energía para rehacer el proyecto, pedir ayuda a su esposa o contar el imprevisto al jefe y pedir que éste le diera un plazo mayor,

decidió desatar una reacción o un poco útil.Toda la familia termina discutiendo a causa de un hecho puntual incontrolable. ¿Vale la pena? ¿Cuándo puedo poner en práctica la regla del 90/10? Existen innumerables situaciones que pueden ser potenciales desencadenantes de reacciones disfuncionales e inútiles. Es en esas situaciones que hay que recordar esta regla y poner nuestra voluntad para no dejarse llevar por la emoción. En realidad

la clave está en aceptar las frustraciones como parte del juego que es vivir.

Si usted es juzgado Usted no puede controlar los juicios y críticas de los demás porque ellos tienen el derecho de pensar lo que quieran.

Usted puede controlar el peso que da a estos juicios

, la importancia que usted les da. Si no puedo controlar lo que piensan de mí, ¿por qué gastar energía en eso? Si usted comete un errorUsted no puede controlar sus errores. Usted puede aprender de ellos, pero aún así, continuará cometiendo errores porque es su naturaleza.

Usted sólo puede controlar su reacción ante estos errores

, si usted se acepta o no con ellos, si usted se reprende demasiado, si es capaz de tolerarlos ... Si los demás no actúan como usted quisieraLas reacciones de los problemas otros son incontrolables por nuestra parte.

Exigir que alguien sea de una forma diferente es irreal, y lo único que lograremos es una enorme frustración y perder la calidad de la relación que tenemos con esas personas.

Si vives alguna adversidad Vivir trae consigo innumerables adversidades. Las investigaciones muestran que cada ser humano vivirá 20.000 desgracias a lo largo de toda su vida: desde leves como pisar las heces de un perro, hasta más graves como perder un ser querido. Es una cosa que necesitamos considerar en el presupuesto general de la vida y que es imposible de controlar.

Sólo somos responsables de la forma en que estas adversidades nos afectan.

Por lo tanto, cuando usted está delante de un hecho que usted sabe ser incontrolable, ponga en práctica la regla del 90/10.

Usted sabe que el 90% depende sólo de usted y que si usted es capaz de no dejarse influenciar por ese 10% de lo que pasa, se mantendrá como un grano de arena y usted se librará de haberlo transformado en una montaña.