Venganza: ojo por ojo y el mundo acabará ciego

Gandhi decía que "ojo por ojo y el mundo acabará ciego". Con la no violencia como máxima, apelaba a esta frase en busca de oídos dispuestos a escucharlo y comprender su mensaje. Su advertencia sobre la venganza es simple de entender, pero difícil de aplicar. Las personas sienten el deseo de vengarse cuando se lesionó profundamente.

Cuando alguien que amamos y apreciamos nos duele, puede dejar una cicatriz emocional que arde con calor intenso, pidiendo ser borrada causando otra herida en el corazón del agresor. Ante una herida emocional profunda podemos tener la necesidad de causar en la otra persona un mal parecido o mayor a lo que hizo para nosotros al principio.

CompartirSatisfacción inmediata, consecuencias permanentes

La venganza es un intento fallido de equilibrar la balanza pues, por más ajustes que se hagan, siempre quedará desequilibrada. La persona herida se sentirá en inferioridad y por debajo de quien causó el mal, por lo que intentará herir al otro para recuperar nuevamente su posición inicial de equilibrio o alcanzar la superioridad.

La primera emoción que suele aparecer cuando nos vengan es la satisfacción y el sentimiento de que todo ha recuperado su equilibrio. Sin embargo, esta sensación se desvanece rápidamente para dar lugar a sentimientos de culpa y remordimiento.

También puede aparecer la sensación de vacío, como cuando acabamos un gran proyecto, si el tiempo y los recursos que dedicamos para planear y ejecutar tal venganza fueron muchos. En los casos en que después de la venganza no existe arrepentimiento, la balanza tampoco puede quedar totalmente equilibrada. Las consecuencias de la venganza perduran y sus efectos pueden ser vistos reflejados en el futuro, cuando el deseo de hacer el mal ha desaparecido y aparece la tristeza por el mal causado.

Es imposible predecir el futuro y saber de quién necesitaremos a nuestro lado. Tal vez esa persona a quien hoy usted quiere herir mañana vuelva a ser importante en su vida. Recuerde que los sentimientos de venganza desaparecen, pero la herida que usted causa motivado por esa sensación puede ser profunda o permanente.La venganza de nunca jamás

Cuando una persona abre la primera página del libro de la venganza y la otra continúa su relato, es difícil que la historia no continúe creciendo hasta alcanzar el punto culminante del libro. La intensidad de las acciones de uno y otro personaje suelen aumentar conforme avanzan los capítulos de la historia. La venganza reside en la Tierra del Nunca, allí donde se es siempre joven, no existen reglas, ni responsabilidades. Compartir Cuando surge un problema entre dos o más personas existen varias alternativas: huir, atacar o solucionarlo. En el caso de la venganza, la alternativa elegida es la de atacar. Si las dos personas deciden usar la misma estrategia, habrá una escalada de conflicto que irá aumentando hasta que una de las partes decida que esta lucha no vale la pena.

En el mundo falta compasión y sobra honor

En la cultura del honor, donde lo importante no es el mal causado sino el honor reparado, se incendian las relaciones quemando a las personas.

Alimentar la venganza con ataques sólo hará avivar la llama del odio.

Acabar con el fuego es sólo el primer paso que permitirá que de las cenizas surja algo nuevo.

No existe justicia en la venganza , ni reparación en el ataque. Responder el dolor con más dolor no cambiará la situación, ni te hará sentir mejor. La mayoría de las veces ser valiente no significa responder más alto que el otro, sino colocarse en el lugar de aquel que lo hirió y decidir que usted no quiere que nadie reviva ese dolor.