La enfermedad de la falta de empatía

Uso mucho las redes sociales para trabajar, para investigaciones personales y para reír un poco también. Lea mucho los comentarios, sea en las materias, en el perfil de personas que admiro o en las páginas de humor. Y una cosa me ha llamado mucho la atención: la falta de empatía. Voy a enumerar aquí algunas frases que he leído en los últimos días: "ese es el menos detestable de sus hijos" (Se refiere a un niño de 4 años mayor de 3 hijos de una empresaria famosa); "Me pregunto qué estaba haciendo para que eso suceda" (sobre una niña que fue secuestrada a los 14 años, vio a su padre morir y fue violada durante 6 meses cada día por miembro del Estado Islámico); "No sirve ser rica y tan fea, con cara de vieja" (sobre una artista de 22 años que hizo cumpleaños recientemente); y por ahí va.

¿Qué es lo que esta madre siente al ver a la gente hablando y juzgando a sus hijos, con menos de 4 años, como adultos? ¿Cómo será que una niña que pasó por todo lo que pasó a los 14 años, y que actualmente está internada en un hospital psiquiátrico, se siente en relación a todo lo que pasó? ¿Y cómo se sentiría al ser culpable por lo que sucedió? ¿Cómo una joven de 22 años se siente al ver a la gente hablando de su peso y apariencia y juzgando por ello? Puedo resumir la respuesta en una palabra: dolor.

Me duele mucho oír cosas malas sobre la persona que amamos. Me duele pasar por traumas y ver el dedo de la sociedad señalado para ti, culpándote por cosas malas que te sucedieron, como si ya no bastara el sufrimiento del hecho en sí.

Me duele aprender a lidiar con su apariencia en una sociedad que atrapa tanto la belleza, conquistar tantas cosas y ver que muchas personas no ven ninguna de sus victorias, sólo lo que consideran diferente. Mi vida ha cambiado mucho desde que empecé a actuar de la siguiente manera:hablo y hago con los demás sólo lo que quiero que hagan conmigo.

Y eso comienza desde las pequeñas actitudes: el "buen día" a todos que encuentro, la sonrisa, la palabra amiga, siendo solícita y muy agradecida a todos, escribiendo sobre cosas que me gustaría leer ... Y por ahí va. ¡El retorno es innegable! Las personas son mucho más solícitas conmigo, se ponen más tranquilas y más agradables, sonríen para mí, quedan agradecidas también, y ese increíble intercambio de energía beneficia a las dos partes y al ambiente. Si hacemos el bien el bien retorna, por supuesto que haciendo el mal él vuelve también. ¡Es innegable! Agredir, disminuir o ofender a las personas, sea por envidia, rabia o por qué, va a traer a la vida mucho, mucho más de lo que detesta, y te aleja aún más de lo que realmente anhela. Yo, sinceramente, me niego a creer que alguien en sana conciencia quiera deliberadamente hacer mal a otra persona. Todavía creo en los seres humanos. ¡Yo creo en ti! Sea el cambio. Haga la prueba. ¡No te vas a arrepentir!

¡Muchas gracias! Namaste