¿Quién no ha oído hablar de inteligencia emocional? ¿Hay muchas publicaciones sobre el tema, pero quién sabría definirla exactamente o hablar sobre los beneficios que ella puede traernos?
A pesar de todo el material disponible sobre este tipo de inteligencia, parece que aún no quedó muy claro. Por eso, voy a intentar responder a algunas preguntas, de una manera agradable y, sobre todo, que sea útil en su día a día. "Es muy importante entender que la inteligencia emocional no es lo opuesto a la inteligencia, no es el triunfo del corazón sobre la cabeza, es la intersección entre ambos".
-David Caruso-
¿Qué es la inteligencia emocional?
Para empezar a hablar de la inteligencia emocional es importante destacar algunos aspectos. La primera idea interesante que quiero resaltar es que nuestro nivel de inteligencia emocional no es estable a lo largo de nuestras vidas.
Así, la buena noticia es queusted puede entrenar y desarrollar la inteligencia emocional. Por otro lado, si la etiquetamos como "emocional", es porque hay otros tipos de inteligencia. Esto no quiere decir que una sea mejor que la otra, pero que se complementan y que debemos tenerlas en cuenta para lograr el desarrollo ideal. Pero, ¿qué es la inteligencia emocional? Salovey y Mayer (1990) definieron inteligencia emocional como: "la capacidad de percibir, evaluar y expresar la emoción de forma precisa; para acceder y / o generar sentimientos a través de los pensamientos; para entender la emoción y el conocimiento emocional; y regular las emociones para promover el crecimiento emocional e intelectual ".
¿Qué quiere decir? Que la inteligencia emocional consiste en cuatro capacidades: 1- Percibir las emociones de forma precisa: incluye habilidades involucradas en la identificación de sentimientos por estímulos, como la voz o la expresión facial, por ejemplo. La persona que posee esa habilidad identifica la variación y el cambio en el estado emocional de la otra persona.
2- Utilizar las emociones de modo que faciliten el pensamiento y el razonamiento. Esto es lo opuesto a la idea clásica de que la razón y la emoción no pueden coexistir. En realidad, nuestro raciocinio puede mejorar si valoramos la información emocional en el proceso.
3- Comprender las emociones:
conocer su nombre, saber identificar, diferenciar y entender las relaciones que existen entre ellas. Es la habilidad de captar variaciones emocionales no siempre evidentes.4- Controlar y transformar tanto las propias emociones como las de los demás,
sin suprimir o reprimir las emociones negativas, porque si lo hacemos, pueden convertirse en crónicas y limitar considerablemente nuestra vida diaria. Es la aptitud para lidiar con los propios sentimientos. Como podemos observar, cada recurso tiene como base lo anterior. Es decir, para que las emociones puedan facilitar el raciocinio, es necesario percibirlas correctamente. De la misma forma, es necesario primero utilizarlas e identificarlas adecuadamente. Finalmente,
para lograr controlar las emociones de forma correcta, es necesario desarrollar la comprensión, la utilización y la percepción de las mismas.¿Cuáles son los beneficios que la inteligencia emocional proporciona para nuestra salud
Basado en todo lo que ya hablamos de la inteligencia emocional, parece obvio que tener habilidad para relacionarse con las emociones será muy útil para nosotros.Ya se ha comprobado que las personas emocionalmente inteligentes son más exitosas a nivel profesional y académico. Además, las relaciones sociales son más satisfactorias y de mejor calidad.
"Las personas con buen humor son mejores en el razonamiento inductivo y en la resolución creativa de los problemas." -Peter Salovey-
Además de las ventajas a nivel profesional y social, también influye positivamente en nuestra salud.
Tener una inteligencia emocional adecuada nos ayudará a prevenir varios trastornos psicológicos, como la depresión y la ansiedad . Por ejemplo, ya está comprobado que las personas que prestan mucha atención a las emociones, sin tener capacidad para controlarlas, presentan niveles más altos de emociones negativas. Siguiendo este razonamiento, ser emocionalmente inteligente es un factor de protección para el desarrollo de disturbios psicosomáticos.
Estas enfermedades son aquellas enfermedades físicas cuyo origen y desarrollo están influenciados por factores psicológicos. Un ejemplo de esto es el herpes labial que ataca a algunas personas en momentos de estrés. También incluyen las enfermedades del corazón, el cáncer o la diabetes, entre otros.
Definitivamente,
los altos niveles de inteligencia emocional nos ayudarán a regular eficazmente las emociones negativas. Esto significa que el malestar psicológico presente en el inicio y la evolución de estos problemas físicos será reducido. De esta forma, seremos más eficientes usando los recursos que tenemos a nuestra disposición para lidiar con la enfermedad, y tendremos una mayor adhesión al tratamiento aunque sus efectos no sean inmediatos.