Razonamiento emocional: cuando las emociones oscurecen el pensamiento

El razonamiento emocional es un proceso cognitivo a través del cual formamos una idea o una creencia sobre la base de cómo nos sentimos. Es posiblemente la forma de autómata más común, aquella en la que si me siento triste es porque sólo ocurren desgracias en mi vida, en la que si siento celos es porque mi compañero o mi compañera tiene una intención secreta de ser infiel en el momento en que que menos esperar. Razonar en función de cómo nos sentimos es una cosa que todos hemos hecho más veces de lo que tenemos conciencia. Es una trampa, un truco sucio de nuestro cerebro, que en ciertos momentos tiene dificultad para interpretar y administrar correctamente las propias emociones. Por su parte, las evidencias observadas tampoco van a tener importancia porque

todo hecho objetivo y racional es deliberadamente ignorado o descartado a favor de la "verdad" asumida por los propios sentimientos. "Si nuestro pensamiento queda atascado de significados simbólicos distorsionados, razonamientos ilógicos e interpretaciones equivocadas, nos volvemos realmente ciegos y sordos." -A. Beck-

Así, de nada va a importar, por ejemplo, saber que nuestro trabajo y nuestro hogar no son lo mismo. Porque a veces, cuando llegamos estresados, agotados e irritados en casa y nuestro compañero o nuestra compañera hace un comentario poco oportuno, acabamos proyectando sobre ella nuestras emociones negativas porque después de todo "todo el mundo quiere lo mismo": irritarnos, dejar infelices.
Podríamos sin duda dar muchos más ejemplos, algunos de ellos llegan a la más absurda irracionalidad. Como quien sube en el juguete más desafiante del parque y de repente siente una verdadera convicción de que va a morir. Entonces, con la firme y desesperada idea de huir de ese riesgo que en su perspectiva es real e inminente, decide soltar los mecanismos de seguridad, poniendo realmente su vida en peligro.

El razonamiento emocional nos lleva a una verdadera tempestad, a un caos absoluto de pensamientos distorsionados

, situación de la que raramente salimos ilesos ...

El razonamiento emocional, un mecanismo muy primitivoPodemos traer aquí la interesante teoría de Paul MacLean sobre el cerebro triunico . Podemos hablar sobre el segundo cerebro, el límbico, que fue formado sobre la base del cerebro reptiliano y que controla y forma nuestro comportamiento emocional. Es él quien, para muchas personas, regula procesos tan básicos como el condicionamiento clásico o el condicionamiento operante, y es él quien nos hace actuar a veces de una manera poco lógica e incluso irracional. Sin embargo, vale destacar que para la neurociencia ese modelo no es sólido porque nuestro cerebro en realidad es una estructura única, interconectada y sofisticada en la cual ninguna área específica asume de la nada y exclusivamente el control sobre nosotros. Sin embargo, es innegable que en la gran mayoría de las veces permitimos que las emociones razonan por nosotros, cayendo en esa trampa tan primitiva en la que la fuerza de un sentimiento da forma a una convicción que nada tiene que ver con la realidad.

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De un lado queda nuestra capacidad de análisis, de reflexión, de inducción y ese principio de lógica tan necesaria para establecer relaciones sólidas y salir exitosos y eficientemente de determinada situación. Paralelamente, vale destacar que el razonamiento emocional es una de las piedras angulares en la terapia cognitiva fundada por Aaron Beck en los años 70. Sus teorías y sus enfoques son de gran utilidad para comprender mejor ese tipo de mecanismo tan poco saludable.Vamos a ver cuáles son a continuación. Aaron Beck: sus emociones y la realidad a su alrededor no son la misma cosa

A veces, al pasear durante el amanecer por un parque o en lo alto de una montaña, podemos ver cómo el espeso humo nos envuelve. Sin embargo, este humo no es el resultado de un incendio, nada está quemando. Es sólo niebla.

El simple hecho de provocar en nuestra mente ese sutil equilibrio entre la razón y la emoción nos permitirá sin duda sacar conclusiones mucho más sutiles y acertadas en nuestro día a día. Sin embargo,quien se deja llevar por el impulso de la emoción quedará atrapado en el miedo que turba y deforma todo.

Vamos a ver los incendios donde sólo hay pastos en silencio. Paralelamente, este fenómeno da forma a lo que Aaron Beck definió en su época como un tipo de sabotaje por parte de nuestra propia mente, un tipo de distorsión cognitiva en la que nos dejamos llevar exclusivamente por el polo más adverso de nuestras emociones negativas. La mayoría de nosotros no presta mucha atención en cómo nos sentimos, ni nos preguntamos de dónde vienen nuestras reacciones. Casi sin darnos cuenta, permitimos que los pensamientos automáticos tomen por completo el control sobre nuestra vida.

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Otro fenómeno curioso que ocurre en el razonamiento emocional es la procrastinación.

Si tiene algo que me molesta o me preocupa o algo en lo que creo que voy a fracasar, en lugar de enfrentarme, yo adio. Este aplazamiento continúa en la toma de decisiones, que se rigen por ese mundo exclusivamente emocional e instintivo que busca evitar riesgos a toda costa, hundiéndose en nuestra zona de confort. A la procrastinación, a veces, puede ser sumada una generalización excesiva a partir de un hecho muy puntual.

Por ejemplo, "si la persona de quien me gusta me rechazó, está obvio que esa historia de amor no sirve para mí ... ". Por fin, una característica especialmente común en las personas acostumbradas a razonar con base en las emociones está el hecho de juzgar las conductas o los estados emocionales de los demás sobre la base de cómo se sienten en el momento.

Así como podemos ver, producimos verdaderos humos a partir de huecos inexistentes que comprometen por completo nuestra calidad de vida, nuestras relaciones personales y nuestro crecimiento personal ...¿Cómo podemos combatir el raciocinio emocional?
  • La terapia cognitivo-conductual, basada en los enfoques del propio Aaron Beck, es un buen intento para disminuir este tipo de distorsión cognitiva. A continuación, se presentan algunas estrategias básicas sobre las que puede reflexionar: Identifique pensamientos automáticos. Para ello, es necesario recordar que nuestros pensamientos influencian de forma directa lo que sentimos, así que debemos ser capaces, en primer lugar, de identificarlos y después de analizarlos.
  • Cuando el raciocinio emocional gobierna, los sentimientos se confunden con los hechos. El raciocinamiento emocional empeora el estrés, agrava la depresión y también empeora la sensación de ansiedad. Por lo tanto, siempre que experimentamos una emoción negativa, es esencial parar para reflexionar, analizar, canalizar y disminuir su fuerza. Siempre que usted emita un juicio, por menor que sea, pregunte qué emoción está detrás de ese juicio y qué mecanismo le llevó a formar esa idea, esa evaluación. Pregunte si usted es capaz de pensar en la situación actual de una manera diferente. Por ejemplo, si usted se dice a sí mismo que fue ingenuo por haber confiado en alguien que se equivocó con usted, en vez de concluir pensando que "no se puede confiar en nadie", piense que "usted no es más ingenuo porque hoy ya ha aprendido la lección y con certeza no va a cometer el mismo error de nuevo. Para concluir, sabemos que el principal problema del razonamiento emocional es que una vez que permitimos que nuestras emociones se transformen en verdades asumidas, es muy difícil salir de esas islas habitadas por la tormenta.
  • Sin embargo, es necesario asumir el control de nuestros universos emocionales. "Si somos lo que pensamos, entonces debemos permitir que esos pensamientos nos hagan ser libres, felices y competentes."

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Referencias bibliográficas:

Beek, A. (1985), Terapia cognitiva de la depresión. Paidós

  • Blanchette, I. (2013), Emoción y razonamiento. Psicología Press Damasio, A. (2010), El error de Descartes, la emoción y la razón. Crítica