Preocupación exagerada: cuando se preocupa impide la acción

La preocupación es algo natural y común a todos los seres humanos. Muchas veces, sin embargo, tenemos una preocupación exagerada y quedamos atrapados en ese pensamiento, olvidando que tal vez sería necesaria una acción para conseguir avanzar. La preocupación es un intento de nuestro cerebro de encontrar una solución a una situación que está causando ansiedad.Esta situación o problema puede estar ocurriendo o puede también ser una posibilidad que estamos apenas imaginando. Es una actividad cognitiva que nos prepara para lo que creemos que está por venir. Por eso, la preocupación no es por sí sola algo malo, siendo un mecanismo para generar acciones y enfrentar las dificultades que surgen.

Pero lo que pasa es que podemos tener una preocupación exagerada, andando en círculos sin salir del lugar

, sin llegar a ninguna solución. Pensamos y pensamos en cosas que nos preocupan, removiendo situaciones hasta que prácticamente olvidamos que el objetivo inicial era encontrar una solución para la cuestión. ¿Por qué invertimos más tiempo preocupándonos que tomando una actitud?La preocupación es el primer paso hacia el enfrentamiento de un problema.

En muchos casos sólo pensar ya da la sensación de estar un poco en el control de la situación, ya que nos vemos más cerca de encontrar una solución.

Pero esa tranquilidad a corto plazo que nos lleva a relajarse puede transformarse rápidamente en un comportamiento de evitación. Evitamos actuar porque nos sentimos más acomodados apenas pensando en la solución

, ya que esa puede no mostrarse efectiva en la realidad. De este modo, el tiempo pasa y, por más que pensemos que ya estamos enfrentando el problema, en realidad acabamos sintiendo que estamos presos. Que después de pensar repetidamente en modos o alternativas para resolverlo, quedamos parados y entonces surge la ansiedad. Es ahí donde la preocupación pierde su función y se convierte en un gran obstáculo, robando mucho tiempo de personas que ya no lo tienen, además de demandar mucha energía porque se vuelve una preocupación que, de tan alimentada, se ha convertido en una preocupación exagerada .

Cómo lidiar con la preocupación exagerada Esas son algunas ideas para conseguir sacar la preocupación exagerada del lugar de protagonista, y dar espacio para las acciones necesarias:Dé un paso atrás: procure ser más objetivo

Analice lo que te está preocupando de manera objetiva, y escriba lo que usted cree que sucederá.

Muchas veces no somos realistas en nuestras premoniciones, ya que nuestras emociones las contaminan. Escribiendo, lo que no parece irreal en nuestra mente puede parecer en el papel. También podemos pensar en tercera persona. ¿Veríamos la situación de la misma forma si fuese un amigo o familiar que tuviera el mismo problema? Evalúe la probabilidad de que algo realmente suceda, y cuán real es su preocupación.

De un paso hacia adelante: y si ocurre?

¿Y si ocurre lo que estás tan preocupado que suceda? Puede pensar en la peor hipótesis. Somos más capaces de enfrentar las cosas cuando suceden en la realidad que cuando sólo son hipótesis en nuestra cabeza. Somos infinitamente más fuertes en las acciones que en las preocupaciones.Acepta que hay cosas que son inevitables

Si lo que te preocupa es algo que va a suceder, independientemente de lo que hagas, piense en lo que puedes hacer para enfrentar la situación con un poco más de calma. Porque hay situaciones que no podemos controlar, pero podemos decidir cómo manejarlas y vivirlas de modo que el impacto sea por lo menos un poco amortiguado por nuestra seguridad. Tenga en cuenta que volver una vez u otra para detalles de un problema que no tiene solución es garantía de sufrimiento sin nada bueno a cambio.

Proteja a sí mismo Protegerse, fortalezca los aspectos que cree que es necesario para enfrentar el momento de forma más tranquila.

En algunos casos la mejor protección está en distraerse.

Otras veces, sin embargo, la solución depende únicamente de usted y llega el momento de pasar a la acción, de dar el primer paso y romper con esa relación de apego con la preocupación que usted llevó tanto tiempo construyendo. Fije un tiempo determinado para preocuparse Si usted está preocupado, pero al mismo tiempo huye de pensar en una solución, ese pensamiento puede acompañarse a lo largo del día como si fuera una sombra, impregnando todas sus emociones y pensamientos. Parar! Es en ese contexto que las preocupaciones no sirven de nada, apenas distrayendo y causando ansiedad.

Tenga un momento para pensar en una solución clara al problema, piense y anote lo que pueda organizar, qué va a hacer y cuándo, de modo que no quede todo el día con un eco en su cabeza.

El mejor es enemigo suficiente Así pensaba Voltaire. A veces perdemos mucho tiempo y energía buscando la manera perfecta de salir de una situación, pero si es posible salir de ella, vaya adelante! Estipule un tiempo para pensar en las alternativas. Acabado ese tiempo que determinamos, sin embargo, llega el momento en que tenemos que tomar la decisión de actuar, aunque ninguna de las opciones sea absolutamente perfecta. Es el momento de quedarse con el menos peor, porque lo perfecto puede no aparecer nunca.

Sea valiente

Detrás de cada solución hay un problema o una preocupación? No necesariamente. Crecimos, ya medida que crecemos vamos interiorizando la idea de que la preocupación es una etapa necesaria para el enfrentamiento del problema. La acción puede, sin embargo, existir sin ni siquiera pasar por la preocupación. Esto es una cuestión de abordar lo que pasa a partir de la aceptación, y con la certeza de que somos capaces de superar prácticamente todo lo que puede suceder en esa vida. Mucho más allá de las preocupaciones Detrás de los muros de la preocupación hay un hermoso paisaje.

Muchas veces el tiempo se cierra y las tempestades impiden ver el horizonte ... pero por un tiempo. Temprano o tarde llueve hasta que el sol aparezca y coloree todo de nuevo. Esto puede ocurrir el mismo día.

Lo que quiero decir es que cuando nos quedamos mucho tiempo atrás de un muro por miedo a lo que puede haber del otro lado, lo que está allí nunca va a cambiar. Perdimos tiempo y las nubes no paran: ellas sobrepasan el muro por encima de nuestras cabezas. Si no desea mojarse, tome el paraguas. Si no tiene paraguas, atraviese el muro y se moje, pues la lluvia ha de pasar. "No mire el reloj. Haz lo que tienes que hacer y sigue caminando. "

-Sam Levenson-